Mafias del cibercrimen golpean a cientos de víctimas

La unidad de Investigación Tecnológica de la Comisaría de Pontevedra alerta de un gran incremento de las estafas a través de phishing y de las ventas fraudulentas en Internet

Pantallazo de una página hackeada. DP
photo_camera Pantallazo de una página hackeada. DP

Al principio eran delitos contra la intimidad, estafas o usos fraudulentos de tarjetas de crédito, "pero la cantidad de delitos hace unos diez años era muy inferior a la actual". Rubén Viejo, oficial con más de una década de experiencia de investigación del cibercrimen de la Comisaría de Pontevedra, explica los motivos del repunte de la criminalidad informática que, tal y como desveló el miércoles la subdelegada del Gobierno, se incrementó en más de un 100 por ciento en la ciudad en los últimos doce meses.

"El comercio electrónico ha ido creciendo y las compras por Internet crecen, lo mismo que el número de portales que ofrecen esos servicios, como Wallapop, Milanuncios... También aumenta el uso de pasarelas de pago que se consideran seguras, como Paypal". Con el aumento de estas operaciones, los ciberdelincuentes han encontrado un caldo de cultivo perfecto.

"Estos delitos han ido aumentando de forma gradual, pero entre 2017 y 2018 el aumento ha sido muy considerable, enorme. Los primeros años iba creciendo, pero en el último año tuvimos unas 500 denuncias". El investigador asegura, entrando en detalle, que las estafas "en compras y ventas y utilización fraudulenta de tarjetas de crédito se dan muchísimo. A través de técnicas de ingeniería social, los delincuentes se hacen con la información de las tarjetas de crédito. Existen distintas modalidades. Puede ser por spam, haciéndose pasar por una entidad bancaria para hacerse con los datos". También se emplea como gancho la venta de un producto a un precio muy atractivo "que debe validarse con un euro, por ejemplo, a través de la tarjeta. Si se pica ya se hacen con los datos, que pueden ser empleados directamente o venderse en paquetes a organizaciones criminales".

El crecimiento del comercio electrónico ha traído como consecuencia la aparición de un gran caldo de cultivo para los ciberdelincuentes

Los grupos de los que habla el experto las adquieren a través de empresas alojadas en el extranjero que utilizan el dinero muy rápido. "El seguimiento es, además, muy complicado, porque nos llevan a servidores de otros países. Se trata de una modalidad habitual".

Un delito con una menor presencia en Pontevedra en la actualidades el sexting, que "ha estado muy presente, pero el aumento de la información parece que sirvió para reducirlo".

Un volumen más importante lo constituyen los delitos contra la intimidad, como lo son los robos de perfiles de las redes sociales como Instagram y Facebook. "Es relativamente sencillo sustraer un perfil teniendo conocimiento del correo electrónico asociado. Existen técnicas para hackear la red y apoderarse de ella", detalla el oficial de la Policía.

La sustracción de los perfiles de Facebook o Instagram es sencilla para personas con ciertos conocimentos informáticos

LAS TARJETAS DE CRÉDITO. En cuanto a los usos fraudulentos de tarjetas de crédito, cuando son utilizadas por mercantiles alojadas en el extranjero "la investigación resulta muy complicada. Esas sociedades están en Estados Unidos o en otros países. En Estados Unidos, por ejemplo, las empresas a las que pedimos colaboración nos dicen que se ciñen a la legislación americana, que dice que si no se lleva a cabo una comisión rogatoria internacional y se lo ordena una Corte de su país, no aportan datos". Gran Bretaña es otro ejemplo. Si no se superan las 5.000 libras estafadas no colaboran, salvo que se acredite que se trate de una banda organizada. Los delincuentes lo saben y hacen cargos que no superan estas cantidades. "En esos casos es muy complicado llegar a ellos, en ese momento se agota la vía de investigación", concluye el funcionario policial.

Grupos criminales se dedican a apropiarse de datos bancarios y venderlos en pack a terceras personas de terceros países

LA INVESTIGACIÓN. Ante la posible existencia de un delito de estafa de estas características se emplean varias vías de investigación. Rubén Viejo explica que "en primer lugar, a través de la informática, seguimos rastros de correos electrónicos, de IPs, de tarjetas telefónicas..., de todos los elementos que han utilizado los distintos delincuentes. Intentamos seguir ese rastro telemático. Por otra parte, vamos detrás del dinero que se ha sustraído, que también deja un rastro si se efectúa una transferencia bancaria o se ingresa a través de compañía del tipo de Money Transfer o Western Union. Estas firmas piden un número de identificación para cobrar el dinero en cualquier oficina del mundo". Algunas de las empresas que cita el policía no son muy severas en la identificación, y solo con ese número de seguimiento y un carné falsificado pueden cobrar. "Cuando se realizan transferencias bancarias intentamos hacer un seguimiento para localizar a la persona que recibe el dinero. En estos casos aumenta el índice de esclarecimiento, pero los malos van aprendiendo e intentan dejar el menor número de rastros posibles".

La pérdida del DNI es muy peligrosa, pues los cacos lo utilizan para pedir préstamos o comprar a plazos a nombre de las víctimas

El ocultamiento de las direcciones IP es una práctica muy habitual, además de que los ciberciminales emplean redes oscuras o servidores en otros países. "Usan herramientas informáticas y el seguimiento del dinero se complica", apunta el experto.

En cuanto al esclarecimiento de ilícitos penales que atentan contra la intimidad de las personas, Viejo puntualiza que "una de las vías de investigación para quienes se apoderan de los distintos perfiles es el seguimiento de las IPs, pero los delincuentes se van dando cuenta de que deben ocultar sus domicilios o emplear redes wifi de otros lugares".

Los criminales van adquiriendo experiencia y se cuidan de no cometer errores más de una vez. La Policía no dejará escapar la ocasión de detenerles.

Identificado
Busca y captura a un cibercriminal con víctimas en Pontevedra


Los juzgados de Pontevedra se han unido a la larga lista que ha dictado órdenes de localización, búsqueda y captura o detención contra un individuo cuyo último domicilio conocido estaba en Zaragoza, acusado de múltiples delitos contra el patrimonio a través de Internet.

En el caso de la Boa Vila, el presunto estafador cobró diversas cantidades como parte del pago de unas piezas de coche que jamás entregó, una práctica que también se le atribuye en la venta de un barco en Badajoz.

 

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