El mal tiempo bloquea el remate de la primera fase del paseo peatonal a Marín

La Subdelegación alerta del riesgo de transitar por una zona aún en obras con sanciones de hasta 3.000 euros
Numerosos ciudadanos se saltan habitualmente el vallado y recorren a pie o en bici un tramo cuyo acceso está expresamente prohibido. MB
photo_camera Numerosos ciudadanos se saltan habitualmente el vallado y recorren a pie o en bici un tramo cuyo acceso está expresamente prohibido. MB

El nuevo paseo peatonal que unirá Pontevedra y Marín es un proyecto con una enorme demanda social que esbozó el PP en la etapa de Ana Pastor como ministra de Fomento, pero en el que el PSOE puso toda la carne en el asador y acabó haciéndolo realidad. En agosto de 2019, el Ministerio de Transición Ecológica lo licitó por 2,5 millones de euros y, dado que su plazo de ejecución debían ser nueve meses, se anunció entonces que la obra estaría terminada el pasado año.

El delegado del Gobierno en Galicia visitó la zona en varias ocasiones para visibilizar el especial interés del Gobierno en esta infraestructura. Nada más licitarse, efectuó una gran presentación desde el mirador de la autovía, rodeado de los alcaldes y concejales de ambos municipios.

A mediados del pasado mes de diciembre, con la obra muy avanzada, regresó y anunció que la primera fase -que discurre entre las rotondas de Mollavao y de Celulosas a lo largo de 783 metros- estaría terminada en Navidad.

Sin embargo, más de un mes después de ese plazo, las vallas continúan. Aunque el tramo peatonal está prácticamente terminado (aún faltan por colocar unos puntos de luz y sellar unas arquetas), todavía falta el remate final de la actuación: el asfaltado del firme. Mientras esto no se produzca, no se puede dar por finalizada la obra y entregarla.

Fuentes de la Subdelegación del Gobierno han explicado que esta demora se debe a las lluvias de las últimas semanas, pues impiden que el asfalto se consolide adecuadamente, por lo que los técnicos optaron por esperar a una mejoría del tiempo.

Mientras tanto, el parón de los trabajos ha sido aprovechado por numerosos ciudadanos que han visto en este vial una magnífica zona de esparcimiento, sobre todo cuando la lluvia da un respiro. A pesar de no estar terminado y de existir una señalización que prohíbe expresamente el paso, cada día decenas de personas recorren el paseo a pie, en bici, solos, en familia, corriendo... incluso hay quien ya ha encontrado su espacio para disfrutar de la pesca.

Desde la Subdelegación se alerta del riesgo de sufrir un accidente o un percance, "porque eso está sin terminar, aunque no lo parezca". A mayores, fuentes policiales recuerdan que la retirada de vallas de obra por personal no autorizado es una infracción tipificada como muy grave, que puede acarrear sanciones de hasta 3.000 euros.

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