La mala combustión de un calentador deja al borde de la muerte a un vecino de la Rúa Nova

La intervención de sus familiares y de algunos vecinos y la rápida llegada de los servicios de emergencias salvó la vida al varón, que inhaló una gran cantidad de gases tóxicos
El establecimiento de hostelería ubicado en el inmueble en el que sucedieron los hechos tuvo que cerrar este lunes. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera El establecimiento de hostelería ubicado en el inmueble en el que sucedieron los hechos tuvo que cerrar este lunes. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
La revisión de las calderas, los calentadores y cualquier sistema de calefacción que incluya combustión es una obligación periódica para todos los ciudadanos. Los peligros de una mala combustión están siempre sobre la mesa. Eso es lo que, según los primeros informes, sucedió en la madrugada del domingo al lunes en una vivienda de la Rúa Nova de Arriba, muy cerca de la Alameda de Pontevedra, donde un varón tuvo que ser hospitalizado de urgencia tras inhalar una gran cantidad de gases tóxicos, supuestamente monóxido de carbono, mientras descansaba en una vivienda del número 13 del citado vial.

El aviso de un particular de lo que estaba ocurriendo llegó al teléfono de Emerxencias del 112 Galicia poco antes de las dos de la madrugada. De inmediato se activaron todos los mecanismos para socorrer a la víctima, un varón de 48 años que, según declararon, no se despertaba.

Agentes de la Policía Nacional llegaron al lugar rápidamente. También fue alertada la Policía Local, Protección Civil, los Bomberos del Parque Municipal y Urxencias Médicas. En manos de estos últimos fue puesta la víctima en cuestión de unos minutos. Una ambulancia medicalizada le trasladó con urgencia al Hospital de Montecelo. Las noticias posteriores fueron positivas, pues la víctima consiguió recuperarse. Pensaban darle el alta durante la jornada del lunes.

VENTILACIÓN. Una vez que el afectado estaba en manos de los sanitarios en el Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra, llegó el turno de los Bomberos, que desarrollaron su trabajo a continuación.

Provistos de sus equipos de medición Drager de última generación y con todo el material necesario, procedieron a la medición de gases en las distintas estancias. El resultado, el esperado: la existencia de una gran acumulación de monóxido de carbono que, si es respirada de forma constante, puede causar la muerte.

Los vecinos, que percibían el olor, ya habían procedido a la apertura de las puertas y las ventanas. Los Bomberos completaron la ventilación y realizaron mediciones en otros puntos del inmueble. Además, ordenaron el inmediato apagado de la caldera, a la espera de que sean los técnicos competentes los que determinen el origen de la mala combustión y le pongan solución.