Malestar porque desde 2014 sea el operario de la grúa el que alerte de las infracciones

Este procedimiento, aún siendo legal, continúa levantando muchas ampollas entre los conductores
Un trabajador de Setex Aparki efectuando un enganche. GONZALO GARCÍA
photo_camera Un trabajador de Setex Aparki efectuando un enganche. GONZALO GARCÍA

Una de las novedades recogidas en el último contrato de la grúa empezó siendo algo excepcional y ha acabado por convertirse en práctica habitual. Desde el año 2014, es el conductor de la grúa -y, por tanto, un particular- el que se encarga de localizar las infracciones, fotografiarlas y dar el chivatazo vía WhatsApp a un policía local de guardia, que es quien se encarga de avalar y tramitar una denuncia telemática.

Este procedimiento, aún siendo legal, continúa levantando muchas ampollas entre los conductores, sobre todo entre quienes han sido objeto de un enganche. El principal reproche no es haberse saltado las normas (eso nadie lo cuestiona, porque es una obviedad), sino que sea personal de una empresa privada el que haga las funciones de vigilante.

De hecho, es frecuente ver a las grúas realizando rondas por toda la ciudad a la espera de detectar una posible infracción y actuar de inmediato. Fuentes sindicales llegaron a insinuar que había una prima para los trabajadores que realizasen más enganches, premiando así la productividad, pero desde la empresa se negó tajantemente esta afirmación y la atribuyeron más a una difamación en el contexto de una negociación del convenio colectivo.

En cualquier caso, no son pocos los ciudadanos que desconfían de la neutralidad de unos operarios cuyos sueldos -y, por extensión, los propios empleos- dependen directamente de la recaudación que consiga la empresa. Esto ha dado pie a no pocos enfrentamientos en plena vía pública cuando se producía un enganche dudoso.

La Policía Local, no obstante, reconoce que en los últimos años ya no viajan agentes acompañando al operario de la grúa, salvo en ocasiones excepcionales (eventos, pruebas deportivas, manifestaciones, etc.). De este modo, gracias a los avances de las nuevas tecnologías, son los conductores los que alertan a los agentes mediante una aplicación telemática.

Fotografía

Así, cada vez que detectan una irregularidad, toman una fotografía y la envían al policía de turno, quien determina si procede o no la retirada. En caso afirmativo, se redacta el correspondiente boleto de sanción y se tramita, de modo que cuando el usuario acude a recoger su coche al depósito ya se encuentra en el parabrisas una copia de la denuncia, indicando el motivo de la retirada y el importe.

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