"El reconocimiento de la gente que está en casa tiene un punto de vindicación personal"

Tras la publicación de su novela 'La ladrona de huesos', tiene la agenda repleta. Madrid, Valladolid, Valencia... Dentro de poco cruzará el charco para continuar con la promoción de su libro, que ya es tercero en ventas. Manel Loureiro (Pontevedra, 1975) hará un parón para recoger el Premio Pontevedreses en su ciudad el próximo 7 de junio
Manel Loureiro. DP
photo_camera Manel Loureiro. DP

¿CÓMO recibe el Premio Pontevedrés de la Cultura?
Lo que voy a decir parece un lugar muy común, pero es que es una satisfacción enorme. Ganar un premio en tu casa es algo muy especial. Sobre todo viniendo de Diario de Pontevedra, que es donde di mis primeros pasos en prensa escrita como colaborador hace muchos años. Es una sensación de gratitud y responsabilidad. No solo frente a los otros premiados, sino también porque paso a formar parte de un club muy selecto y que da mucho prestigio. Tanta ilusión me hace que tenía que presentar una gala en Sevilla y desmonté todo para poder estar ahí, porque el reconocimiento de los tuyos sabe el doble de bien. El reconocimiento de la gente que está en casa tiene un punto de vindicación personal. Porque al final quien está viendo eso no solo es el lector de Diario de Pontevedra o los ciudadanos, es el niño que iba a comprar el periódico para mi padre o para mi abuelo y que hoy sale en sus páginas, y la noticia no es mi trabajo, sino el reconocimiento que se me hace por ser embajador de Pontevedra.

¿Se siente profeta en su tierra?
Es curioso porque hace un tiempo, un amigo común, Manuel Jabois, decía que envidiaba esa clase de éxito profesional que no implica salir de la ciudad en la que vives. Me di cuenta de que tenía razón. Me siento profeta en mi tierra, pero curiosamente el reconocimiento me ha llegado en casa mucho después de que me haya llegado fuera. Sí se cumple esa vieja maldición. Cuando ya había publicado en muchos países del mundo, cuando ya me había convertido en best-seller en muchos países, en Pontevedra seguía siendo Manel. Me gusta seguir siendo simplemente Manel, pero al mismo tiempo que te digan que eres el pontevedrés del año en cultura, porque has llevado el nombre de Pontevedra por todo el mundo, está muy bien.

Pontevedra
"Me gusta presumir de donde soy y de lo que soy"

Pontevedra es una constante en sus novelas.
Pontevedra ciudad es el escenario principal de mi anterior novela. Es un referente en mi obra escrita que ha aparecido en casi todos mis libros, y si no, siempre sale algún guiño, algo que tiene que ver con la ciudad. Para mí es mi paisaje humano, emocional, es mi mundo y eso lo acabo trasladando a lo que escribo, con la suerte de que lo van a leer cientos de miles de personas en todo el mundo y al final ejerzo de embajador de mi ciudad. Me gusta presumir de donde soy y de lo que soy.

¿Cómo se lleva vender cientos de miles de ejemplares de cada uno de sus libros en hasta veinte países, diez idiomas...?
Se lleva con mucha responsabilidad y satisfacción. Ser escritor es un trabajo no vocacional, sino aspiracional. Mucha gente aspira a dedicarse a esto y, utilizando la parábola bíblica, muchos son los llamados y pocos los elegidos, porque al final depende de muchos factores que escapan a tu control. No solo se trata de la cantidad de trabajo que inviertas, del talento que tengas, sino que hay una enorme dosis de azar y suerte. Se tienen que dar todos los ingredientes para que lo puedas conseguir. Sabes que en cada nuevo libro tienes que responder a las expectativas de los lectores que te siguen y los que se incorporan a leer tus libros. Tienes mucha responsabilidad con ellos porque invierten dos cosas muy importantes, su dinero y su tiempo de ocio. Es una mezcla de sensaciones: la alegría, la responsabilidad y el vértigo de estar en medio de un huracán.

Referentes
"Mis referentes son mis padres, que me inculcaron una filosofía de vida, de trabajo y disciplina, que es lo que permite que las cosas salgan"

¿Cuáles son sus referentes?
Los referentes vitales son mis padres porque son los que me inculcaron una filosofía de vida, de trabajo y de disciplina, que es lo que permite que las cosas salgan. Y tuvieron la suficiente visión cuando era un crío para permitir que aquel chaval que era un poco despistado, soñador y un lector voraz tuviese metros para recorrer en ese camino. La biblioteca de mi casa estuvo siempre abierta para mí. Evidentemente, hoy en día también son mis referentes mi propia familia, mi mujer y mis hijos, porque son mi soporte emocional, la base sobre la que puedo trabajar. Y después mis referentes literarios son tan amplios... Me encanta cambiar de género, de registro... Stephen King siempre me ha parecido un referente. Ese detalle, ese virtuosismo, que es algo que casi nadie aprecia de él, todo el mundo se queda con que es el maestro del suspense. Amigos escritores como Juan Gómez Jurado, Javier Sierra, con los que he aprendido y compartido parte del camino. O autoras como Colleen McCullough, la autora de El pájaro espino, con la que he aprendido a ordenar las ideas para que un relato tenga consistencia a lo largo del camino. ¡Hay tantos!

¿Ya tiene otra historia germinando en su cabeza?
Empezó a germinar hace aproximadamente un año y ya está perfectamente organizada. Lo único que necesito es tiempo para sentarme y escribir, pero de momento La ladrona de huesos me lleva de la mano. Dicen que el trabajo de escritor es perfecto para un bipolar porque te pasas la mitad del tiempo encerrado escribiendo sin hablar con nadie y la otra mitad de la pasas viajando por todo el mundo, hablando con todo el mundo. Las presentaciones forman parte del rock and roll literario y te permite contactar con los lectores.

Su última novela, La ladrona de huesos, ha sido salir a las librerías y empezar a volar.
Sí. Planeta ha apostado por ello, y ya está entre los tres libros más vendidos.Se está haciendo el trabajo correcto en la dirección correcta.

Internet. «Lo que conseguí hace 17 años con el blog probablemente hoy no lo conseguiría»

Todo empezó con un blog...
Sí. Era el 30 de diciembre de 2005, el día de mi cumpleaños decidí escribir la primera línea de la primera página de mi primera novela. Entonces, la red era completamente distinta a como es hoy. No existía Instagram ni Twitter. El mundo de las redes va a una velocidad brutal y 17 años después es como preguntar por la Edad de Piedra. De todas formas intervienen muchos factores: trabajo, talento y mucha suerte, lo que conseguí entonces con el blog probablemente hoy en día no lo conseguiría.

¿Qué relación tiene ahora con las redes sociales?
Procuro utilizarlas como herramienta para tener contacto con los lectores. Es cierto que con el paso de los años me he vuelto más retraído en cuanto a dar opiniones personales porque las redes pueden ser muy abrasivas.

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