Los primeros días de Manuel Bouzas Canosa en Pontevedra han sido intensos. Una semana en las dependencias policiales de Joaquín Costa le sirvió para profundizar en los principales problemas que persisten en la Comisaría que ya dirige y para conocer de primera mano la noticia del incremento en un 16 por ciento de la tasa de criminalidad en la ciudad de Pontevedra en el último trimestre. Sin temblarle el pulso, el exjefe de la Policía Nacional de Cádiz pronunció un discurso en el que no esquivó la realidad social de la provincia y durante el que miró de frente, cara a cara, a algunos de los representantes de la vida política, judicial, militar, vecinal y, por supuesto, policial con responsabilidades en Pontevedra y con los que deberá tratar durante los próximos años.
El acto se inició con una pequeña presentación por parte del jefe regional de operaciones del Cuerpo Nacional de Policía, Félix Díaz Fuentes. «Suerte en la singladura», le deseó, al tiempo que le recordó que a partir de ahora estará al frente «de la plantilla más grande de Galicia, tanto en personal como en medios materiales». Incidió, además, en la problemática de la delincuencia transfronteriza, uno de los asuntos sobre los que tendrá que enfocar parte de su atención el nuevo dirigente policial, que, entre otros cargos, estuvo al frente de la Policía Autonómica.
El siguiente en intervenir fue el protagonista de la mañana, que inició su discurso con un protocolario saludo a las autoridades presentes en el salón noble de la Subdelegación del Gobierno. El fiscal jefe de la provincia, Juan Carlos Aladro Fernández, y el general de la Brilat, Luis Cebrián Carbonell, presenciaron juntos el acto rodeados de miembros del Cuerpo Nacional de Policía procedentes de toda Galicia, incluidos el recién nombrado comisario de Vigo y el jefe de la Policía Autonómica, además del intendente principal de la Policía Local de Pontevedra, Daniel Macenlle.
Tampoco faltaron a la cita invitados de la esfera empresarial y vecinal y representantes sindicales. Mención aparte mereció la presencia del fiscal especial Antidroga, Luis Uriarte, una de las autoridades judiciales que, por cuestiones de trabajo, mantiene una colaboración más estrecha con los agentes de la Policía Nacional de Pontevedra.
Bouzas lo calificó de «gran reto» al tratarse del principal cargo policial «de mi provincia», cuya Policía es «un referente de primer orden a nivel nacional y que traspasa incluso nuestras fronteras».
«Me preocupa la seguridad como factor esencial para la calidad de vida de los pontevedreses y de las personas que nos visitan».
Bouzas, que hizo hincapié en la necesidad de trabajar contra la trata de seres humanos, entre otras cuestiones, pidió ayuda «a todos los colectivos sociales» antes de manifestar que «el trabajo policial siempre es mejorable y para ello pondré todo mi esfuerzo».
El comisario tendió la mano, por otra parte, a los sindicatos policiales (el histórico José Freire se hallaba entre el público), y agradeció el trabajo de sus antiguos compañeros en la Comisaría de Cádiz y el apoyo de su esposa y de su hijo durante todos estos años. «Son un pilar básico para mi trabajo», dijo.
El último en intervenir fue el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Antonio Coello Bufill, que presidió el acto, que ensalzó el extenso currículum del comisario que tomó posesión de su cargo, recordó la buena labor de su predecesor, Guillermo Sánchez, y reconoció que, pese a los buenos datos generales, las últimas estadísticas apuntan a un aumento de la delincuencia en Pontevedra.
