Bouzas: "Me preocupa la presencia de bandas de ladrones itinerantes en viviendas"

A su llegada impulsó la creación de las nuevas dependencias para la expedición del DNI y el pasaporte y puso en marcha la Unidad de Familia y Mujer

Manuel Bouzas. GONZALO GARCÍA
photo_camera Manuel Bouzas. GONZALO GARCÍA

Tres años de investigación del caso Sonia Iglesias, de operaciones internacionales contra el narcotráfico y de lucha contra la delincuencia itinerante, pero también de nuevas infraestructuras y unidades policiales y de reducción de las tasas de criminalidad. El paso de Manuel Bouzas por la Comisaría Provincial (este domingo cesa en su puesto al alcanzar la edad de jubilación) ha dejado huella entre los más de 1.000 policías que estuvieron a su cargo, pero también entre la ciudadanía. Una mujer se presenta como candidata número uno para ocupar su puesto antes de final de mes. 

¿Cómo es el día a día de un comisario?
Llego al despacho sobre las 8.15, 8.20 de la mañana. Contacto con todas las comisarías y reviso los partes de denuncias. Me intereso por las más graves y por el estado de las investigaciones. Después traslado esa información a Jefatura. A continuación me reúno con los mandos de la Comisaría en el ‘briefing’. Los responsables de Judicial, Seguridad Ciudadana, Científica y Extranjería me relatan el trabajo que se avecina. En ese momento tenemos un pequeño descanso para el café. Después ya seguimos la dinámica del día a día, que incluye atender los problemas del personal y las cuestiones cotidianas.

¿Qué le llamó más la atención cuando llegó a Pontevedra?
Lo primero fue ver a un señor en silla de ruedas que venía a renovar el carné de identidad. Le vi salir así de la Comisaría. No dije nada. Después hice un recorrido y comprobé lo apretada que estaba la gente aquí. El espacio vital me pareció muy escaso, y eso que venía de un Comisaría similar, la de Cádiz. Ya conocía Pontevedra. Fui jefe de Información en Galicia y me movía por aquí. Intervine, por ejemplo, cuando un vigués del grupo Resistencia Galega venía a poner un artefacto explosivo a un transformador de Pontevedra. Tenía todo el conocimiento estadístico. Me llamó también la atención que Pontevedra no tuviese Unidad de Familia y Mujer. Es una Comisaría importante. Eso me llevó a adoptar, como primeras decisiones, los cambios en las instalaciones del DNI y la creación de la citada unidad. También quiero destacar la buena relación con los sindicatos, que me han aportado información diversa. Por ejemplo, no había un área de descanso de los policías. Parece una tontería, pero eso significa tener un sitio para poder hacer la parada correspondiente, y no hacerlo en un puesto. Eso es dignificar el trabajo policial. Esa fue una de las primeras cosas que abordé. 

"En el Sur los jóvenes trafican por necesidad. Aquí es distinto, lo hacen para poder pasear en Porsche o en Ferrari"
 

Conoce bien Cádiz y también Pontevedra, dos provincias que tienen en común el problema con el narcotráfico. ¿En qué se diferencian? 
Existe un problema de narcotráfico en el Sur, focalizado en el Estrecho, por la proximidad del continente africano y en concreto de Marruecos. Allí se encuentra la producción de hachís y eso lo facilita. En Galicia han habido unas redes de contrabando de tabaco que han mutado hacia el tráfico de drogas. Esa similitud existe. Ahora bien, en una localidad como La Línea de la Concepción, con una de las tasas de paro más elevadas de España, hay chicos que no piensan en las consecuencias y se embarcan en esas aventuras. Un joven que está trabajando puede ganar 1.000 euros al mes, algo que consigue en una descarga. Confluyen la proximidad con África, el paro y también el factor educativo. En Galicia no es así. Aquí no hay esos niveles de paro, no existe ese componente, el factor de la necesidad. Aquí el motivo ya no es el sobrevivir, sino el pasear un Porsche o un Ferrari. No es lo mismo, pero sigue siendo una motivación económica. 

Pasaron por aquí en estos años grandes narcotraficantes colombianos, Pérez Lago, Charlín. ¿Es un problema sin solución?
Estuve leyendo una entrevista a Emilio, el jefe del Greco, que hablaba de los viejos rockeros. Es un fenómeno con una solución que trasciende a la Policía y a los jueces. Influye todo. Nuestra eficacia es importante, sobre delito consumado, pero la solución va más allá. Si disminuimos la oferta baja la posibilidad de que los jóvenes se inicien en ese mundo. También si reducimos el paro. Por otra parte, es importante el factor educativo en los colegios. Ya no preocupa tanto el viejo rockero, que, por ley de vida, terminará, como las estructuras que monte. El hecho de si detenemos a Charlín, a Pérez Lago o a Sito nos es indiferente. Vamos al hecho delictivo. Yo había hecho en Córdoba la mayor aprehensión de hachís de Europa, 64 toneladas en varias naves. Aquí, en Pontevedra, al poco de llegar, batimos el récord de heroína, una sustancias mucho más peligrosa. Ese es el recuerdo que te llevas, más allá de los nombres. Lo importante es erradicar el fenómeno. Aquí tenemos dos grupos de Udyco y vamos a fortalecer el segundo, que está formado por personal de Pontevedra, muy preparado y motivado, y que no tiene horas. El narcotráfico y la atención a la mujer son dos temas prioritarios que seguiremos potenciando en cuanto los recursos humanos sean favorables.

¿Qué deberes le deja a su sucesor en el cargo?
Ahora mismo lo más importante, lo que más me preocupa, son los robos en viviendas. Es difícil, porque tenemos un delincuente autóctono que trabaja este palo, pero que se detecta muy fácil por el modus operandi. Pero después están las bandas itinerantes, que no están afincadas en ningún punto. La última que cogimos era muy prolífica. Era del Este, georgianos, y residían en Cerceda, en la provincia de A Coruña. Allí eran como turistas, pero se desplegaban por la mañana y salían a ‘trabajar’. Venían a Pontevedra y a otros sitios. Los colombianos recién detenidos en Vigo, teóricamente afincados en Madrid, robaron en Ponte Sampaio. Este es el principal problema de la itinerancia en un país como el nuestro, donde no existen fronteras. La Policía no puede perseguir, pongamos el caso, a un delincuente hasta Valença do Minho.

Le veo preocupado por las dificultades para investigar a estos individuos...
Cierto. Me preocupa por la dificultad de la investigación, porque son gente muy preparada, por las trabas a su seguimiento. Toman muchísimas medidas de seguridad. Nosotros cuando trabajamos estamos sometidos a la legalidad vigente, siempre contamos con jueces y fiscales. Los maleantes no. Esa dificultad añadida del movimiento, los medios... Muchos proceden de ejércitos del Este, tienen formación militar. Se están deteniendo muchas bandas, recientemente la de colombianos y georgianos, que cometieron ocho o diez robos en Pontevedra, pero también en el resto de Galicia. A mi ‘heredero’ le diré que controle esto.

Y dan salida rápidamente al botín, para lo que disponen de mecanismos adecuados.
En efecto. Hace unos meses aparecieron en Málaga joyas robadas en Pontevedra. Dan el golpe aquí y al mes están en el Sur. De vez en cuando viajan a sus países de origen, descargan y vuelven.

¿Están más expuestas las casas unifamiliares?
No. Son grupos urbanitas. Se ha detectado que antes de dar un golpe observan, comprueban si hay movimiento en las casas. Actúan de forma muy profesionalizada, vigilan sus objetivos, trabajan con información. Yo pido la colaboración ciudadana. En el momento en el que se pasa la llave dos veces hay un resbalón. Otro método es el ‘bumping’, abren con un golpeo, pero hay sistemas que lo evitan. Son bandas muy jerarquizadas, profesionalizadas, con estructuras definidas. Se van a su país, cambian de identidades y reclutan a otra gente.

¿Se va satisfecho del trabajo hecho durante estos tres años en Pontevedra?
Ha sido una satisfacción mandar a esta Policía más de tres años. Vengo de una Comisaría muy dura, la de Cádiz, donde confluyen factores que aquí no hay. La emigración se une al narcotráfico, tres fronteras..., era complicado. Aquí por suerte estamos mejor. Deseo que mejoremos en cuanto a recursos humanos, porque estamos mal. Vamos saliendo del paso a base de alumnos en prácticas, que son policías a todos los efectos. Este verano hemos tenido a 50 entre Pontevedra y Vigo y se ha notado. También espero que el espacio que ganamos aquí, que está diáfano, se reutilice. Está aprobado el proyecto de remodelación visado por Madrid, solo resta la partida presupuestaria. Es una obra importante pero no una Comisaría nueva. Veremos si encaja en los presupuestos del año próximo. Esta remodelación, junto a la creación de la UPR y el aumento de personal, dejaría en buena situación a la Comisaría de Pontevedra. Otra de mis satisfacciones fue el estreno de las nuevas instalaciones del DNI.

Caso Sonia Iglesias: "Parece que se esfumó, pero la materia no se desintegra"
¿Cómo es posible que una chica se esfume en el centro de Pontevedra a las diez de la mañana y que nadie viese nada?
Es posible porque ha pasado. A veces confluyen circunstancias que facilitan algo que parece imposible. En el estudio que hemos hecho después de la visita al zapatero, que es un hecho perfectamente contrastado (pocos minutos después de las 9.00 horas del 18 de agosto de 2010), llega un momento en el que, por muchas cámaras que sigamos, no existe visibilización. Parece que se esfuma. Pero no se desintegra la materia. Ahí vienen las investigaciones. Partimos de los datos contrastados y planteamos las hipótesis. Eso desemboca en una línea de investigación que de momento, y repito, de momento, no ha dado resultados.
La coartada del sospechoso no parece muy sólida, pero tampoco las pruebas, pese al convencimiento por parte de algunos investigadores, que han elaborado informes contundentes sobre la posible autoría del crimen...
Los jueces y el fiscal saben mucho más que yo de esto, pero no basta con el convencimiento de algo siempre y cuando no podamos demostrarlo. Afortunadamente hay que probar la comisión del delito, no es el acusado el que tiene que demostrar su inocencia. Y en eso estamos. Todo el mundo en Pontevedra se hace hipótesis, pero no dejan de ser opiniones. Yo tengo esperanza, confío en el equipo de investigación que creé para ello. Elegí a los mejores, que llevan más de un año trabajando. No es sencillo, han pasado ocho años. Hablé el otro día con sus familiares y les dije mirándoles a los ojos que esta investigación policial ni se ha dejado ni se va a dejar. Ojalá mañana podamos resolverlo.
¿La mayor dificultad para seguir adelante está en el tiempo transcurrido desde la desaparición?
Es cierto que el tiempo corre en nuestra contra, pero insisto en que Sonia no se desintegró. Ha seguido un recorrido y en eso estamos. Se están produciendo pequeñas noticias y estamos ahí, en plena investigación, enfrascados. Pero me permitirá que no le dé más datos, no solo porque no puedo, sino porque entraríamos en el terreno de la opinión.
 

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