Los mariscadores subastan casi seis toneladas de bivalvos en su vuelta a la ría

Tras dos meses y medio parados, retomaron su actividad satisfechos por poder regresar a la faena y deseando que la toxina no vuelva a aparecer a corto plazo: "Se volve, estamos apañados", alerta el sector tras perder la campaña de verano
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photo_camera Mariscadores del sector de a pie trabajando, este lunes, en la playa de O Ameixal, en Poio. GONZALO GARCÍA

Tras muchas semanas de paro forzoso por culpa de la presencia de biotoxinas, los mariscadores del fondo de la ría de Pontevedra pudieron volver a faenar por fin este lunes. Los del sector de a pie llevaban sin poder hacerlo dos meses y medio (desde el 27 de julio); y los de a flote, desde el 20 de septiembre.

Fue un regreso a las playas bastante satisfactorio y que los socios de las cofradías de San Telmo, Lourizán y Raxó estaban esperando como agua de mayo para poder recuperar un poco de fuelle. Y es que, aunque la aparición de biotoxinas es un fenómeno natural que de cuando en vez afecta a las rías e impide temporalmente la extracción de moluscos bivalvos, en esta ocasión el episodio fue anormalmente largo y provocó que los trabajadores, sobre todo los del sector de a pie, perdiesen la campaña de verano, que junto con Navidad es la época más importante del año en cuanto a ventas y beneficios.

La esperada remisión de las biotoxinas hizo posible que los trabajadores de a pie pudiesen faenar en el banco de O Ameixal (en Lourido) y en las zonas 2 y 7 de Os Praceres; y que los de a flote lo hiciesen en lo que ellos llaman o río y que corresponde a la desembocadura del Lérez.

La lonja de Campelo cerró la subasta del lunes con una facturación global de 78.206 euros entre almeja y berberecho

Entre unos y otros recogieron 5.889 kilos de bivalvos para subastar en la lonja de Campelo, que por fin volvió a tener actividad después de tanto tiempo prácticamente parada y que cerró la subasta de este lunes con una facturación global de 78.206 euros entre almeja y berberecho.

En concreto, los mariscadores de a pie extrajeron 5.130 kilos de moluscos. La almeja japónica de categoría extra superó los 16 euros por kilo; la de tipo A sobrepasó los 12 euros y la B se pagó a más de 10. La fina extra pasó de 50 euros por kilo; la A varió entre 34 y 36 euros dependiendo de la zona de extracción (la procedente de O Ameixal fue la que alcanzó un precio mayor) y la de tipo B se pagó a 29 euros. También se subastó una pequeña cantidad de almeja babosa a 12 euros el kilo.

Por su parte, los mariscadores de a flote subastaron 759 kilos de mercancía. En su caso, la fina osciló entre algo más de 50 euros la extra; casi 36 la A y casi 30 la B. La babosa varió entre 17 euros; 14,50 y 12 dependiendo del tamaño; la japónica se pagó a 16, a 12 y a 10 euros; y el berberecho llegó a 25 euros por kilo en el caso del extra, el A se quedó en 9 y el B en 5,80.

Aunque no fueron malos, los precios "non foron nada do outro mundo para levar tanto tempo parados e haber tantos peches por aí"

"Non son uns prezos malos tendo en conta a época na que estamos, porque os turistas xa marcharon. Pero para levar tanto tempo cerrado o marisqueo e estar tantas outras zonas por aí pechadas, tampouco foron nada do outro mundo. Os da ameixa xapónica si foron bos e os do berberecho extra que colleron os de a flote, tamén. Pero a babosa dos homes non foi gran cousa e o resto da mercancía, máis ou menos", apuntó el patrón mayor de la cofradía de Raxó, Iago Tomé, que recordó que, más allá de los precios, lo vital es que las toxinas no vuelvan a aparecer a corto plazo y obliguen a cancelar la actividad de nuevo. "O importante é que isto non volva pechar para ir recuperando, que se non estamos apañados", indicó. 

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