El marisqueo a pie salva la Navidad

El sector finaliza diciembre con más ventas que en 2021 por el aumento de cuotas y los buenos precios y deja atrás un año con 91 días de cierre por toxinas, la peor cifra desde 2016 ► La japónica sigue siendo la especie más rentable de la ría
Mariscadoras faenando ayer en las playas de Combarro (Poio) antes de romper el día con la ayuda de sus linternas. GONZALO GARCÍA
photo_camera Mariscadoras faenando este miércoles en las playas de Combarro (Poio) antes de romper el día con la ayuda de sus linternas. GONZALO GARCÍA

El marisqueo a pie salva la Navidad. El sector termina diciembre con más ventas que en 2021 gracias al aumento de las cuotas y a los buenos precios. "A campaña de Nadal non foi mala. Pensabamos que ía ser peor", señala el patrón mayor de la cofradía de San Gregorio de Raxó, Iago Tomé.

Su diagnóstico coincide con el balance económico de la lonja de Campelo, que es donde se comercializan los bivalvos que se extraen de las playas del fondo de la ría de Pontevedra. El pasado diciembre, la rula de Poio facturó 1,24 millones de euros, casi un 12% más que en el mismo mes del ejercicio anterior.

El mercado poiense sigue liderando el ranking de las lonjas de la ría en términos económicos. Sobre todo gracias a la almeja japónica, que sigue siendo la especie más rentable. Las capturas de este bivalvo se tradujeron en más de 3,4 millones de euros en 2022.

A pesar de este resultado, el volumen de negocio de las seis rulas de la ría se resintió durante el año pasado. La facturación superó ligeramente los 15,7 millones de euros, lo que supone un 3,6% menos de los cerca de 16,3 millones registrados en 2021.

Las únicas lonjas que invirtieron esta tendencia fueron Marín y Portonovo, que aumentaron ventas con respecto al ejercicio anterior. Aldán-Hío, Bueu, Pontevedra y Campelo, por el contrario, se desinflaron.

La rula poiense fue la que peores datos cosechó. Y el motivo reside en las alertas por toxinas, que obligaron a cerrar las playas del fondo de la ría durante 91 días. Es la peor cifra desde 2016, cuando el parón forzoso alcanzó las 111 jornadas.

"O 2022 foi bastante malo. Tivemos que vivir día a día por culpa das toxinas. Sabemos que é algo cíclico", recuerda la patrona mayor de la cofradía de San Andrés de Lourizán, Mari Carmen Vázquez Nores. "O cambio climático está aí. E sempre houbo momentos bos e outros malos. Traballamos nun medio natural e isto vai así. Pero é que despois de tres meses pechados polas toxinas, as chuvias que viñeron a finais de ano están matando a ameixa, sobre todo a fina", apunta.

Mariscadora con 26 años de experiencia, la cabeza visible del pósito de Lourizán se muestra preocupada por el año que empieza. "Temos que aproveitar a primeira semana deste mes, porque despois do Nadal, o mercado baixará", añade.

De momento, los precios en lonja se mantienen estables y con buenas cotizaciones. En la primera jornada de faena de 2023, que se desarrolló este miércoles en las playas de Combarro (Poio) y Os Praceres (Lourizán), el marisqueo a pie capturó 4.907,18 kilos de almeja fina y japónica. Su venta en la lonja de Campelo se tradujo en 52.775,28 euros.

A esta cantidad se sumaron 15.612,74 euros más por los 788,54 kilos de almejas (de tipo fina, babosa, japónica, rubia y bicuda), carneiro, berberecho y navaja vinculados a la jornada de trabajo del marisqueo a flote, que es el que extrae bivalvos desde sus embarcaciones. La zona faena de este sector se situó en A Brensa y en el entorno de la Illa de Tambo.

Inflación

El marisqueo emplea en la ría de Pontevedra a cerca de 600 personas. De las cuales, 466 pertenecen al sector a pie y los aproximadamente cien restantes al ámbito de a flote.

Aunque 2023 empieza con buenos precios, vinculados a la campaña navideña, en las cofradías temen que la inflación les impacte de forma negativa. "O que máis lle tememos agora é á economía. Porque se a xente non consume estamos fastidiados", advierte el patrón mayor de Raxó.

Ranking de especies que más dinero facturaron en las lonjas de la ría durante el año 2022

Almeja japónica

Es la reina de la ría de Pontevedra. En 2022 se recogieron 359.384,81 kilos de este bivalvo, que se vendió principalmente en la lonja de Campelo, aunque también en la de Aldán- Hío y Bueu. Su facturación se situó en 3.428.900,56 euros.

Pulpo

El pulpo se vendió el año pasado en las seis lonjas de la ría. En 2022 se subastaron 252.929,45 kilos de este cefalópodo, lo que generó una facturación de 2.399.499,02 euros. El 61% del dinero se movió en la rula de Bueu.

Navaja

La venta de navaja fue repartida entre las lonjas de Aldán-Hío, Bueu, Campelo, Marín y Portonovo. En total se subastaron 108.762 kilos de este bivalvo y se facturaron 1.427.903,63 euros durante el año pasado.


 

Pota voladora, pequeña y común

La pota voladora, la pota pequeña y la pota común se comercializaron en las lonjas de Marín y Portonovo. En 2022 se subastaron 974.230,15 kilos de este cefalópodo parecido al calamar, lo que generó una facturación de 1.407.134,60 euros.

Erizo de mar

El erizo de mar se comercializó en las lonjas de Aldán-Hío, Bueu y Portonovo. En 2022 se subastaron 48.803,50 kilos de este animal perteneciente a la familia de los equinodermos. Su facturación en las tres rulas alcanzó los 718.103,59 euros.

Almeja fina

La almeja fina movió 18.099,32 kilos entre las lonjas de Aldán-Hío, Bueu y Campelo, siendo esta última la principal rula en término de ventas. En total, este bivalvo generó 631.084,16 euros. El precio máximo por kilo superó los 80 euros.

 Almeja babosa

La almeja babosa se generó movimiento en las lonjas de Bueu y Campelo, aunque la mayor parte de las ventas se realizaron en esta última. En 2022 se subastaron 33.203,62 kilos de este bivalvo y se facturaron 627.780,80 euros.

Rapantes

Los rapantes llegaron en 2022 a las lonjas de Bueu, Marín y Portonovo. En total se comercializaron 116.109,41 kilos de este pescado, que generaron ventas por valor de 615.673,08 euros. El precio máximo por kilo fue de 15,50 euros.

Merluza

La merluza se vendió en cinco de las seis lonjas de la ría: Aldán-Hío, Bueu, Campelo, Marín y Portonovo. En total se subastaron 139.935,41 kilos y se facturaron 520.850,14 euros. Más del 90% del dinero se movió en la rula marinense.

Jurel

El jurel llegó a las lonjas de Aldán- Hío, Bueu, Campelo, Marín y Portonovo. Se subastaron 518.732,05 kilos de este pescado, lo que generó unas ventas de 414.284,74 euros durante el año pasado. Más del 60% del dinero se movió en Portonovo.

Centolla

La centolla llegó a todas las lonjas de la ría: Aldán-Hío, Bueu, Campelo, Marín, Pontevedra y Portonovo. En 2022 se subastaron 32.408,27 kilos de este crustáceo y se facturaron 325.382,38 euros. El precio máximo por kilo fue de 43 euros.

Rape

El rape o pez sapo se comercializó en dos de las seis lonjas de la ría: Portonovo y Marín. En 2022 se subastaron 28.872,91 kilos de este pescado. La facturación alcanzó los 288.658,47 euros. El precio máximo por kilo fue de 29 euros.

Un sector que da trabajo a 466 en las playas de la ría
El marisqueo a pie da trabajo a 466 personas en las playas del fondo de la ría. La de San Telmo es la cofradía con más socios, 238 en total. Le siguen Lourizán y Raxó, con 176 y 52 permisos, respectivamente. Sube la cuota masculina Los tres pósitos de la ría cuentan con 322 mujeres y 144 hombres.

Aunque son minoría, la cuota masculina sigue creciendo en el sector a pie. De hecho, en 2010, el número de trabajadores se situaba en 23. Diez años más tarde, en 2020, la cifra se elevó hasta los 131. Parte de este repunte de hombres se debe a la falta de salidas profesionales o a la incorporación de personas de otros ámbitos en crisis, como la que vivió la construcción a partir de 2009.