El marisqueo a pie regresa esta semana a la faena en las playas del fondo de la ría de Pontevedra. Y lo hace después de que remitiese el episodio de toxina, que mantuvo los arenales cerrados durante 17 días.
La de julio fue la primera alerta biológica decretada este año por el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar), que, sin embargo, mantiene cerrada la actividad extractiva en otras dos zonas de la ría. En una de ellas desarrollan su labor las personas que recogen almejas y berberechos desde sus embarcaciones. El parón en su caso acumula 18 jornadas consecutivas debido a los elevados índices que presentan las lipofílicas, que son biotoxinas que pueden generar problemas de salud a los seres humanos en caso de ingesta, principalmente al aparato digestivo.
Aunque el marisqueo a flote no podrá salir a faenar, el sector a pie sí lo hará. Y un día antes de lo previsto, concretamente este martes, lo que obligará a trasladar el rareo a otra jornada. Las 460 personas que forman parte de las cofradías de San Telmo, San Gregorio y San Andrés podrán extraer hasta diez kilos de almeja japónica por cabeza.
Campelo, por delante
La rula que más dinero movió entre enero y junio de este año fue la de Campelo. Se facturaron 2.236.676,57 euros. En el ranking le siguen Marín (1.715.021,12 euros), Bueu (1.275.892,80 euros), Portonovo (843.547,68 euros), Aldán-Hío (258.966,27 euros) y Pontevedra (24.781,20 euros).
1.189.021 kilos
Las seis lonjas de la ría subastaron más de 1,1 millones de kilos de productos del mar en el primer semestre de 2022.
La japónica manda
La especie que más dinero generó en las subastas de la ría fue la almeja japónica: 1.638.986,49 euros en total.
