La Audiencia de Pontevedra ha dictado un auto histórico. Será la primera vez, al menos en el siglo XXI, que los principales investigados por un alijo descomunal (en este caso, 3.800 kilos de cocaína) esperarán el juicio en libertad. Con argumentos como "no dar un trato discriminatorio con relación con los otros investigados" y "valorando positivamente" el hecho de su entrega voluntaria, el tribunal dictó la salida de prisión bajo fianza de Juan Carlos Santórum, presunto líder del grupo de narcotransportistas que debía recoger el cargamento que se dirigía hacia Galicia a bordo del buque Karar.
El vilanovés, que se halla en la cárcel por una causa anterior (en la que recibía chivatazos de guardias civiles) no tardará en salir merced a una decisión judicial sin precedentes que ha dejado boquiabiertos al fiscal Antidroga, Pablo Varela, y a los responsables de la Policía Nacional. Ello es así por la gran carga probatoria que existe contra Santórum, obtenida a partir de las conversaciones grabadas por los investigadores y en las que da cuenta de sus planes y que este sábado desvela este periódico. El presunto capo, por su parte, mantiene su inocencia.
"Juan Carlos Santórum se sitúa en la cúspide de la pirámide organizativa de una actividad criminal innegablemente compleja", explica el fiscal Antidroga, Pablo Varela, en uno de sus escritos de la presente causa. "Las conversaciones intervenidas han permitido grabarle haciendo referencia a fardos de cocaína con el sello ONG", o lo que es lo mismo, los que fueron incautados días después al agente de Aduanas que fue detenido en Madrid cuando se los entregaba a su presunto socio colombiano.
Esa es, aunque contundente, la menos relevante de las pruebas. Más destacable es la presencia de las coordenadas exactas en las que debía efectuarse el transporte en el buque Karar (donde viajaba la droga) y en una de las naves atribuidas a Santórum y su gente. Pero más destacables aún son las múltiples conversaciones que, a ojos de la Policía, dejan claras las intenciones del vilanovés.
-Juan Carlos:
"Si acaso saliera yo en la pequeña, en caso de ir yo en esta roja por cualquier burrada, ¿sabes? y hubiera allí un marrón criminal (...) en Esteiro, donde miramos, allí, os meto la mercancía en el monte o allí en la cueva (...) si hubiera una marronada criminal y no tuviéramos comunicación puedo sacar algo de mercancía y la echo allí"
-Braulio:
¿Si hay problema vas a buscarla?
-Juan Carlos:
(...) "Si a última hora hay que zafar algo zafamos allí (...) echas a una persona al monte y que controle (...) para zafar 1.000 kilos los zafo bien, en un plis"
Cualquiera que entienda la jerga del narcotráfico sabe a qué se refiere la anterior conversación entre Santórum y Braulio Vázquez, uno de sus presuntos socios, lo mismo que la siguiente, en la que adelantan la cantidad exacta de droga que después sería incautada en el Karar, 3.800 kilos de cocaína.
-Juan Carlos:
"Va a ir cargadita"
-Emilio:
"Cargada hasta las orejas" (...) ¿Son tres ocho no?
-Juan Carlos:
"Tres siete fue lo que dijo de aquella"
El investigado, por contra, sostuvo su inocencia en Diario alegando que "llevan años metiéndome en procesos por relacionarme con gente de mi pueblo" y añadiendo que "en mi época de adolescente consumía y traficaba con cocaína, pero nunca a gran escala".
