Coincidiendo con los años de crisis económica, los bancos endurecieron considerablemente las condiciones para acceder a un préstamo hipotecario y este hecho, unido a la escasez de empleos, ha llevado a muchos ciudadanos a optar por el alquiler de vivienda en lugar de la compra. Estas circunstancias se han dejado notar en la cifra de hogares sujetos al pago de una hipoteca.
En el caso del área de Pontevedra, desde el año 2010 el porcentaje bajó casi un siete por ciento y, aunque hay indicios de cierta recuperación, todavía se mantiene muy lejos de las cifras de los años de bonanza.
Así lo señalan los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE), que indican que hace ocho años la proporción de familias que pagaban hipoteca por vivienda habitual era del 30,2% en la capital del Lérez y toda su área de influencia, mientras que en los ejercicios posteriores se ha venido situando en torno al 24 y al 23%. El último registro del IGE (del año 2016) la coloca en el 23,5%.
En el caso de la provincia pontevedresa, la proporción ronda el 20%.
Además, no solo ha bajado el número de hipotecas, sino también su importe. Según la misma fuente, en el territorio provincial la cuota media por un préstamo de vivienda principal se sitúa en unos 398 euros al mes, mientras que en el año 2007 ascendía a una media de 485 euros mensuales.
En el conjunto de la comunidad gallega, el porcentaje de hogares que aún está pagando letras al banco ronda actualmente el 17,59%. Mucho más bajo es el número de familias que tiene hipoteca por una segunda vivienda (solo el 2,43%), mientras que un 7,77% paga un préstamo por la compra de un coche, de acuerdo con los datos recogidos este mismo año.
En estas circunstancias, solamente el 38,37% de los hogares consiguió ahorrar dinero a fin de mes durante el primer trimestre de este año. El Instituto Galego de Estatística precisa que únicamente el once por ciento pudo permitirse el lujo de pagarse unas vacaciones, viajes o estancias de ocio y más de la mitad de los gallegos (concretamente, el 51,53%) declara llegar a fin de mes con dificultad.
