Más de 500 pontevedreses disfrutan ya de la revolución de los sensores de azúcar

El comienzo de la financiación pública disparó la demanda de estos dispositivos, que miden la glucosa en tiempo real 
Una paciente con un sensor de azúcar y el receptor que interpreta los datos. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Una paciente con un sensor de azúcar y el receptor que interpreta los datos. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

El Área Sanitaria de Pontevedra y O Salnés ha registrado en los últimos dos años un auténtico bum de los sensores de azúcar, unos dispositivos que permiten al paciente diabético medir la glucosa con más precisión y confort que los tradicionales glucómetros, esos que exigen pincharse el dedo unas cuantas veces al día.

Actualmente hay más de medio millar de pacientes del área que disponen de esta nueva tecnología, integrada por un sensor (pequeño y redondo) que se coloca en el brazo para medir la glucosa y un receptor móvil que interpreta los datos enviados por el primero.

Carmen López, una de las tres enfermeras educadoras en diabetes del servicio de Endocrinología del CHUP, explica que el volumen de beneficiarios se disparó por dos hechos fundamentales: el inicio de la financiación pública de este tipo de dispositivos (aprobada a partir de 2019) y las ventajas que implican para el enfermo, que no son pocas. "Los pacientes pueden conocer su nivel de glucosa sin tener que hacer los famosos pinchazos en el dedo y hacerlo de forma continua. Es como comparar tener un vídeo de tus 24 horas del día o solo fotos. Antes solo veíamos los datos del momento del pinchazo, pero ahora tenemos mucha más información, incluso de las horas de sueño", explica la especialista.

Los sensores facilitan la medición de la glucosa a los pacientes con aversión a las agujas y, sobre todo, ayudan a decidir el nivel de insulina que se debe tomar para regular los niveles de azúcar en sangre. Además, permiten aprender con más exactitud cómo reacciona el cuerpo ante los diferentes alimentos, "ya que no todos los gramos de glucosa se absorben de igual manera".

DERRIBA MIEDOS. La enfermera López asegura que la gran mayoría de pacientes "se adaptan de maravilla" a los sensores, que además de las ventajas señalan aportan "más seguridad" y ayudan a espantar miedos. Según dice, el temor más habitual entre los diabéticos es el de sufrir una hipoglucemia, una bajada de glucosa "que en casos extremos puede llevar a la pérdida de conocimiento". De ahí, el triunfo de estos aparatos, que cuentan con alarmas de hipoglucemia e hiperglucemia (subida de azúcar), e incluso alertas predictivas que dan aviso cuando la glucosa baja o sube muy rápido. Esto permite al paciente "actuar a tiempo" y evitar o menguar este tipo de episodios.

PERFIL DEL PACIENTE. La financiación de los sensores (antes restringida a embarazadas y menores de edad) y las ventajas hicieron que muchos pacientes retomasen el contacto con Endocrinología.

En pandemia se llegó a formar lista de espera para colocar este tipo de dispositivos, si bien en la actualidad las peticiones se suelen resolver en el plazo de siete o quince días.

Actualmente los casos con derecho a los sensores que cubre la Seguridad Social son (en líneas generales) los enfermos con diabetes tipo 1; es decir, pacientes (muchos de ellos niños) que son incapaces de generar insulina, la hormona que permite que la glucosa de los alimentos pase a las células del organismo.

El listado también incluye diabéticos insulinodependientes, pero no así enfermos con diabetes tipo 2, que sí crean insulina pero no en niveles suficientes. En casos especialmente complejos o en los que no se logra un control correcto de la enfermedad, se puede dar el paso a las bombas de insulina, unos dispositivos que, en función de lo que detecte el sensor, liberan insulina de forma automática y constante a través de una sonda.

Los usuarios reciben información para aprender a implantar el sensor e interpretar los datos. Endocrinología cuenta con tres enfermeras educadoras en este campo. DP
Los usuarios reciben información para aprender a implantar el sensor e interpretar los datos. Endocrinología cuenta con tres enfermeras educadoras en este campo. DP

Más de tres millones de diabéticos en España

Según información aportada por el Área Sanitaria de Pontevedra y o Salnés, en España existen más de tres millones de adultos, de entre 20 y 79 años, diagnosticados de diabetes, siendo la de tipo dos la responsable de más del 90% de los casos.

La tasa nacional de incidencia supera el 14%, el segundo porcentaje más elevado de Europa. El incremento de casos ha sido una constante durante los últimos años y es palpable en las consultas de Endocrinología del Área Sanitaria, "donde cada vez se ven más pacientes" con diabetes. Sobre todo, de la de tipo 2, en la que ha influido el crecimiento de la obesidad y la pérdida de calidad en la alimentación.

Fuentes del Área Sanitaria indican que la diabetes es la primera causa de ceguera, de diálisis o trasplante renal, y de amputación no traumática en los países occidentales. Además, implica "un importante factor de risco cardiovascular". Según la comunidad científica, el 70% de las diabetes tipo 2 podrían prevenirse mejorando la nutrición y la actividad física.