Más ciberestafas y más cuantiosas en el confinamiento

La Guardia Civil y la Policía Nacional de Pontevedra desvelan las más recientes argucias que utilizan los ciberdelincuentes ► Los expertos aconsejan extremar las precauciones
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photo_camera Dos agentes policiales especializados en delitos telemáticos.

Estafas que antes del 14 de marzo eran de 60 o 70 euros, de media, se han convertido en timos que superan con facilidad los 3.000 euros. Las largas semanas de confinamiento a causa del decretazo del estado de alarma impuesto por el Gobierno central han sido un caldo de cultivo espectacular para los ya de por sí avezados ciberdelincuentes, que han ampliado hasta el infinito sus potenciales víctimas y se han convertido en los delincuentes más prolíficos del confinamiento. Así lo confirman los especialistas de la Comisaría Provincial, dependientes de la Udev, y los responsables de la Guardia Civil, que aseguran que "la inactividad, el aislamiento y la incertidumbre" se han convertido en factores "de alto riesgo" para que se dispare la ciberdelincuencia. Así lo asegura José Torres, experto del Instituto Armado de Pontevedra, que explica que "en comparación con otras actividades criminales, el impacto del coronavirus en el cibercrimen ha sido el más visible". Los responsables de delitos informáticos de la Comisaría coinciden al valorar que "durante el confinamiento, casi todas las denuncias que entraron eran por ese tipo de delitos". Y al incremento de ataques y el uso indiscriminado de Internet por parte de la población se ha unido un elemento nuevo: la capacidad de los criminales de infectar toda clase de dispositivos, incluidos los smartphone y las tabletas, considerados más seguros que los ordenadores.

"La sobreinformación provocada por la enorme cantidad de noticias que nos llegan sobre el virus hace más difícil distinguir entre los correos auténticos y los falsos", destaca Torres, que asegura que "esto supone un gran riesgo para la seguridad de las personas, ya que conduce a la descarga de malware que los criminales emplean para acceder a datos personales" y, como consecuencia, al robo de la identidad y el ataque directo al patrimonio.

nuevo modus operandi. Por otra parte, Policía y Guardia Civil advierten de que los cacos siguen variando su modus operandi, y si bien han insistido en perfeccionar las tentativas para apropiarse de las claves de cuentas bancarias (el sistema más sencillo para robar en la red), apuestan por métodos más complejos. "Compran espacios publicitarios en webs legítimas y populares para captar la atención del usuario y que haga click, enlazándole con una página de un aspecto similar al de un medio de comunicación que incluso incorpora entrevistas falsas. Así le dan más credibilidad a la estafa, lo que hace que el usuario caiga en la trampa".

Al mismo tiempo, los cibercriminales están atentos a las modas en el mercado. Un ejemplo de ello ha sido la adquisición de perros durante el confinamiento. Parece increíble, pero fueron muchos los pontevedreses que decidieron comprar un can durante el estado de alarma, y algunos fueron engañados: pagaron por un animal que nunca les fue enviado.

Otro campo de actuación que ha irrumpido de repente en beneficio de los cibercacos ha sido el teletrabajo, puesto en marcha por numerosas empresas de forma exprés en la pandemia. "Durante estos días los trabajadores han accedido a información sensible de sus empresas que en muchos casos no se ajustan a los estándares de ciberseguridad", detalla Torres, de la Guardia Civil. Los ataques a través de Ransomware (un virus que infecta un equipo y lo bloquea) han sido habituales y perjudiciales para muchas compañías, incluido este periódico, que logró solventar uno de ellos merced a la pericia de su responsable de Informática.

los más repetidos. Los delitos más repetidos han sido durante los últimos meses las estafas y el phishing, los mismos que en los anteriores, aunque con un nivel de perfección muy superior. "Nos encontramos constantemente con mensajes y correos electrónicos procedentes de fuentes de confianza, tales como autoridades sanitarias, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, comercios, bancos o eléctricas, que nos envían información adjuntando un link que se nos pide rellenar con nuestros datos, imprescindibles, según el mensaje. La mayor parte de ellos son falsos y solo buscan obtener información personal para estafarnos o defraudarnos", explica el responsable de la Guardia Civil.

Policía y Guardia Civil insisten a los ciudadanos en que deben replantearse adquirir productos a precios muy bajos que actúan como reclamo para que el consumidor abone una cantidad por algo que nunca va a recibir.

Otra de las alertas que ponen sobre la mesa los especialistas tiene que ver con las fake news. "Si los difundimos ponemos en peligro nuestra ciberseguridad y la del resto de los usuarios. La gran norma que debemos seguir es la de desconfiar de lo que no conocemos y de aquello de lo que no hemos podido comprobar su autenticidad", concluyen los especialistas.

recomendaciones. Entre las recomendaciones para evitar se objeto de todas estas prácticas, los especialistas hacen énfasis en el empleo de contraseñas seguras, no solo en los correos o aplicaciones bancarias, sino también en las conexiones wifi; también indican que conviene conocer bien el funcionamiento del citado ransomware para no caer en las redes de un criminal que acabe por bloquear los equipos y pedir un rescate; inciden, junto a ello, en que se debe sospechar de los mensajes electrónicos de remitente desconocido; piden, por otra parte, que se empleen para la descarga de aplicaciones los dos markets oficiales, Google Play y Apple Store, porque "pasan por unos filtros y, al menos en principio, son seguros".

Por último, el agente Torres pone un ejemplo gráfico que indica a las claras la magnitud del problema. "Si los ciberdelicuentes envían 100.000 correos maliciosos (la cantidad es muy superior) y solo un uno por ciento de las víctimas cae en la trampa, ya tenemos a 1.000 usuarios infectados. Debemos ser conscientes de que se trata de ataques masivos".

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