Al grito de "sen industria non hai futuro" y "queremos traballar e non emigrar", casi dos mil trabajadores de Ence salieron este viernes a las calles de la ciudad para exigir que la pastera "permanezca en Lourizán". La marcha arrancó pasadas las 20.30 horas de la Estación de Autobuses y recorrió las calles de Eduardo Pondal, Uxío Novoneira, Benito Corbal o Michelena. En ella participaron distintas autoridades como el delegado territorial de la Xunta en Pontevedra, Luis López; varios ediles del PP local, liderados por Rafa Domínguez; la alcaldesa de Marín, María Ramallo; el portavoz del PP en Poio, Ángel Moldes; el presidente de la Autoridad Portuaria de Marín, José Benito Suárez Costa; o el presidente de la Cámara de Comercio, Eduardo Barros.
La tensión de la protesta fue ‘in crescendo’ a medida que avanzaban el recorrido. De hecho, hacia el tramo final, los manifestantes comenzaron a tirar bengalas.
Frente a la Subdelegación del Gobierno, los presidentes de los comités de empresa de la fábrica, de las oficinas centrales y del sector forestal y transporte dieron paso al manifiesto. Teniendo en cuenta que la protesta se celebró cuatro días antes de que el Tribunal Supremo se reúna para valorar la batería de recursos de casación que se presentaron contra las sentencias de la Audiencia Nacional, era de esperar que dicho documento estuviese en gran parte dirigido al alto tribunal.
"Estamos angustiados y muy preocupados. Solo le pedimos al Tribunal Supremo que marque una fecha de sentencia, que no prolongue esta agonía, que tenemos familias, que tenemos hijos que dependen de nosotros, y que tenga en cuenta que en nuestras casas entra solamente nuestro sueldo, que estamos a las puertas de una recesión económica y que no podemos permitirnos el lujo de cerrar empresas", afirmaba Ana Cedeira, del comité de oficinas.
En este discurso también se puso el foco sobre los partidos de izquierda. "Nos hemos sentido engañados, traicionados y utilizados. No es normal que la izquierda de este país quiera reventar los puesto de trabajo y no es legítimo que no apoye a los trabajadores. La izquierda es la que quiere quitar la única industria que queda en Pontevedra y por eso tienen una doble moral y hacen demagogia, porque por un lado apoya a Ence en Navia y en As Pontes y por otro lado quiere cerrar Ence Pontevedra".
Los operarios aseguraron sentirse utilizados "como piezas de ajedrez, en un tablero que manejaba el Gobierno central a su gusto y por sus propios intereses. Un Gobierno que se comprometió a escucharnos y nos tomó el pelo, nos mintió a la cara y nos engañó".
Cedeira también recordó que hace tres años, con el allanamiento por parte de la abogacía del Estado, "empezó nuestra peor pesadilla, nuestro vía crucis", e insistió en que lo único que buscan los operarios de la pastera es acabar con esta "batalla" y tener "un puesto de trabajo con un salario digno".