Alerta por el aumento de positivos por alcoholemia en Pontevedra

La Guardia Civil de Tráfico detectó 18 positivos al día por alcoholemia en las carreteras de la provincia durante este verano. El capitán del subsector manifiesta que "no se aprecia una opinión unánime de rechazo ante estas conductas". Las drogas también suponen un problema: los casos se duplicaron respecto al verano de 2014
Control de alcoholemia efectuado el pasado viernes en la salida sur de Pontevedra
photo_camera Control de alcoholemia efectuado el pasado viernes en la salida sur de Pontevedra

Más de 1.000 positivos al volante (en solo dos meses) en una provincia en la que el 40 por ciento de los accidentes con resultado de muerte tienen como detonante la presencia de alcohol en la sangre de los implicados son, a todas luces, excesivos. Así lo cree el jefe del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Pontevedra, cuyos agentes redoblaron su presencia en las carreteras durante el período estival para mitigar, en la medida de lo posible, los riesgos que entraña la actitud de los infractores ya no solo para sí mismos, sino para el resto de automovilistas que sí cumplen las normas.

"Hemos percibido un mayor número de vehículos y de desplazamientos, tanto de largo recorrido como realizados dentro de la provincia, en especial en zonas costeras. El balance es positivo, pues han disminuido tanto el número de accidentes como sus consecuencias teniendo en cuenta ese incremento en la circulación. No resulta tan favorable el número de conductores detectados al volante tras consumir alcohol y/o drogas, que se mantiene en números similares a los del verano pasado en el caso del alcohol, con casi 1.100 positivos entre julio y agosto, y casi se duplica en el caso de las drogas, con 164 conductores que habían incorporado a su organismo esas sustancias", explica Villares.

El jefe de los agentes de la Guardia Civil de Tráfico que trabajan en la provincia detalla que "uno de los principales problemas es el abuso de la ingesta de alcohol antes de ponerse al volante. No se aprecia una opinión unánime de rechazo a estas conductas que, en cambio, sí se da más en el tema de las drogas. Aquí tenemos un factor que incide en nuestra labor, es el del uso de distintas redes sociales para advertir de nuestra presencia, con lo que nos obliga a modificar, en algunos casos, la manera de realizar nuestros controles, el emplazamiento y la duración de los mismos. Quizás deberíamos saber que cerca del 40% de los fallecidos en accidente de circulación habían consumido alcohol y/o drogas, un dato tremendo que hace reflexionar".

Villares, sin embargo, señala que la infracción más común sigue siendo el exceso de velocidad, seguida, eso sí, de la citada alcoholemia.

«Nosotros aportamos vigilancia, pero hace falta educación para que ciertas conductas dejen de asumirse como aceptables»

"Las cifras de positivos se mantienen. No obstante, hay que decir que hemos ganado en eficiencia y actualmente se controla a más conductores que hace años, con lo que la relación entre conductores controlados y positivos se ha reducido", añade el responsable del Subsector.

SIN ESCRÚPULOS. Villares, que incide en que el binomio alcohol/conducción no halla el reproche social que merece, pone un ejemplo muy ilustrativo. "Causa cierta desazón el comprobar como en los pasados controles de la Festa da Auga de Vilagarcía había algún conductor que llegaba al punto de control conduciendo ebrio y con el cubata al lado. Son conductas que difícilmente se explican hoy en día, y que tampoco dejan en buen lugar a sus amigos por permitirles conducir en esas condiciones. Esa permisividad cambiaría si el que se ha tomado varios cubatas fuera un cirujano y fuera a operar a nuestro hijo o si se tratara de un conductor de transporte escolar y se tomara un par de rayas de coca antes de iniciar el servicio. Seguramente que no le permitiríamos hacerlo y avisaríamos a quien hiciese falta". "Por eso -continúa Villares-, frente al problema del alcohol nosotros aportamos vigilancia y control, pero hace falta algo más, llámese educación vial o de otra forma, que haga que ciertas conductas no se asuman como aceptables".

MULTAS Y PRODUCTIVIDAD. Varias asociaciones de guardias civiles han denunciado que, de un tiempo a esta parte, la institución vincula en cierto modo el número de multas impuestas por cada agente con pluses de productividad que perciben a final de mes. El capitán del subsector de Tráfico de Pontevedra explica al respecto que "cuando vine a la especialidad de tráfico ya existía un resumen de actividades individuales que, con los años, ha ido evolucionando, y que hoy en día abarca numerosas variables vinculadas al servicio que se presta. Es una manera de medir la actividad de los agentes en pro de la seguridad vial. Hasta la fecha no he exigido a ningún componente que tuviese que realizar un determinado número de denuncias, lo que sí les pido es que estén vigilantes con todas las conductas que puedan desembocar en infracciones, especialmente aquellas que son susceptibles de generar accidentes", asegura.

Sobre la presencia de los agentes en las carreteras, Villares explica que "hay numerosos estudios que han analizado la influencia sobre la seguridad de distintas intensidades de vigilancia y, por citar uno, el informe final del proyecto europeo PEPPER concluye que el control masivo de la velocidad y el control continuo de la conducción bajo los efectos del alcohol pueden jugar un papel decisivo en una reducción del número de muertes".

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