El dueño de la cafetería San Francisco falleció de un tiro en la sien en México

 El emblemático establecimiento permanece cerrado desde el crimen ▶ El fallecido residía en el país sudamericano. Sus familiares, afincados en Pontevedra, ya reconocieron el cuerpo

El coche del empresario fallecido, instantes después del hallazgo del cuerpo
photo_camera El coche del empresario fallecido, instantes después del hallazgo del cuerpo

La situación de violencia extrema que se vive en México asestó un duro golpe a una familia afincada en Pontevedra. Manuel Teixeira Guerra, propietario de la cafetería San Francisco, apareció muerto el miércoles por la mañana en el interior de su vehículo, en una carretera cercana a su domicilio. Falleció de un disparo en la sien en lo que, según las primeras hipótesis, se produjo en el marco de un violento robo, dados los indicios hallados por los investigadores en la escena del crimen.

El trágico suceso provocó el cierre inmediato del ya emblemático establecimiento hostelero que preside la parte baja de la Praza da Ferrería, cuyo futuro próximo está ahora en el aire. La hija del fallecido, que regentaba el local, viajó al país americano junto al resto de familiares afincados en la Boa Vila.

Las fuentes consultadas por este periódico detallan que, a estas horas, ya habrían reconocido el cadáver de su allegado. Los hechos se produjeron en la carretera que une las localidades de León y Comajilla, en Jalisco.

La Policía de México sospecha que el crimen fue obra de un grupo de ladrones profesionales que sabían que el empresario, natural de Beariz (Ourense) pero afincado desde hace más de cuatro décadas en Guadalajara (México), haría a esa hora un recorrido por algunos de sus negocios para realizar cobros. Tenían información de que manejaba dinero en efectivo, lo que, según las mismas hipótesis, pudo haber sido el móvil del homicidio.

Su cuerpo fue hallado por vecinos del lugar tras percatarse de la existencia de sangre que salía del maletero de su coche, un Mazda de color blanco. 

Teixeira tenía en México varios negocios similares al de Pontevedra, en el sector de la hostelería. Era un hombre que se hizo a sí mismo, procedente de una familia muy humilde y que se abrió un hueco en el mundo de la empresa tras emigrar a Suiza, primero, y a México, después, donde hizo toda su fortuna.