La Policía Nacional anunció este jueves que Pontevedra ha sido escenario de la mayor incautación de pasta base para la elaboración de cocaína de todos los tiempos en Europa, 1.300 kilos, hallados en el interior de una nave industrial de la parroquia de Mourente. La sustancia servía para abastecer al que también es el mayor laboratorio para la producción de clorhidrato de cocaína hallado hasta este momento fuera de territorio sudamericano, el localizado en Cerdedo-Cotobade a mediados del pasado mes de marzo. A pesar de que ninguno de los detenidos tendría lazos directos con Galicia, lo cierto es que el máximo responsable de la rama colombiana de la organización responsable del laboratorio manejaba datos de primera mano acerca del narcotráfico en las Rías Baixas.
Y es que el cabecilla, en prisión desde el momento en el que estalló el operativo, responde al nombre de Hernando Sánchez Rey. Es hermano de Gonzalo Sánchez Rey, alias Coletas, ni más ni menos que el hombre de confianza de Daniel El Loco Barrera, el gran capo de la cocaína colombiana tras la caída de los cárteles de Cali y de Medellín.
La relación de Coletas con los capos de las Rías Baixas se inició ya a principios de siglo. De hecho, Sánchez Rey, hermano del jefe del laboratorio de Cerdedo-Cotobade, operó en coordinación con los principales clanes de la ría de Arousa que fueron desmantelados en la conocida operación Destello, en la que figuraron Los Charlines y otros nombres que posteriormente tomaron su relevo en el negocio de la cocaína en Galicia. Coletas fue detenido en 2018, también a manos de los Greco de Pontevedra.

El mayor alijo de pasta de coca de la historia de Europa apareció en una nave de Mourente
Entre los máximos responsables de la Policía Nacional a nivel estatal que comparecieron para detallar el operativo se encuentra Emilio Rodríguez, jefe de la Sección Greco Galicia de la Brigada Central de Estupefacientes con sede en Pontevedra, que explicó que en el interior del laboratorio de Cerdedo-Cotobade fueron detenidas ocho personas, de las cuales seis "vivían en régimen de esclavitud·, al hallarse indocumentados e incomunicados y "trabajando 24 horas al día", sin posibilidad de salir nada más que para fumar, pues en el interior era muy arriesgado dada la labor que se realizaba en la instalación. Junto a él estuvo Antonio Duarte, jefe de la Udyco Central, que subrayó la clave más inquietante: el establecimiento de grupos mexicanos aliados con colombianos en el territorio.

En el laboratorio también se encontraban los dos ciudadanos mexicanos que estarían al frente del entramado, uno de ellos el encargado de desencaletar la pasta base y el otro el notario, emisario enviado desde Sudamérica para supervisar el negocio al lado de su principal socio, un colombiano instalado en Madrid.
En cuanto a la pasta base, llegaba a la ciudad de Pontevedra a través del puerto de Oporto dentro de maquinaria industrial de gran tonelaje. Una persona se dedicaba exclusivamente a la extracción de la citada pasta, de gran complejidad. La droga llegaba dentro de una máquina trituradora de piedra que fue detectada por las autoridades lusas. De hecho, su colaboración y la de la Policía de Colombia fue muy importante para el buen fin del operativo.
Junto a la pasta base, fueron incautados 151 kilos de cocaína ya elaborada en dos puntos (Madrid y Pontevedra), más de 23.000 litros de precursores líquidos y cuatro toneladas de sólidos para la fabricación de la droga. Todo ello permitía a la red criminal sacar al mercado 200 kilos de cocaína al día, una cantidad monstruosa que supera a la capacidad de la mayor parte de los laboratorios existentes en la selva colombiana. El laboratorio disponía de todos los útiles necesarios para la producción a gran escala.
El golpe policial impidió un negocio multimillonario: la red pensaba producir 6.000 kilos de cocaína al mes y había encargado otros 4.500 kilos de pasta base.

Junto a ellos, contaban con un bilbaíno que aportaba la maquinaria precisa para el laboratorio y había creado una empresa ad hoc para la importación de las máquinas que ocultaban la pasta base