El mayor complejo de alterne de la provincia se queda al borde del cierre

La fiscal solicitó la clausura del hotel-club Peinador, conocido como T-4, tras el juicio celebrado este jueves en Pontevedra
El acusado (i) y el actual administrador, en el juicio. GONZALO GARCÍA
photo_camera El acusado (i) y el actual administrador, en el juicio. GONZALO GARCÍA

Las mujeres que trabajan en el hotel-club Peinador dicen que se hospedan allí pero que no viven allí. Niegan cualquier relación laboral con la empresa, pero tampoco acreditan otra ocupación que les sirva de sustento. El administrador del establecimiento de alterne conocido como la T-4, el más grande de la provincia de Pontevedra, explicó que él solo regentaba un negocio de hostelería cuando fue objeto de inspección y registro por parte de los especialistas de Extranjería de la Policía Nacional y los representantes de la Seguridad Social. El juicio por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores que se celebró ayer en la Audiencia pontevedresa sirvió para que la Fiscalía se mantuviese en sus postulados, que apuntan a que en el citado complejo trabajaban 28 mujeres sin contrato en el año 2014 y que seis de ellas ni siquiera tenían permiso para estar empleadas en España. Ninguna confirmó en el plenario una relación laboral típica con la empresa investigada, pero lo cierto es que su ocupación transita en un espacio en el que nadie dice lo que realmente hace. Reconocieron que se encontraban en el T-4 muy ligeras de ropa y en compañía de hombres, con los que se tomaban copas y subían a las habitaciones que, según dijeron, ellas mismas pagaban a razón de 60 euros la noche. Añadieron que hacían todo eso por su cuenta y riesgo, sin percibir nada a cambio por parte de la empresa. 

Justo lo contrario fue lo que dijo la Policía, y también las inspectoras de la Seguridad Social, que aseguraron que lo que allí se encontraron eran personas trabajando por cuenta ajena pero sin contrato, tal y como defiende la Fiscalía. Es por ello que el Ministerio Público mantiene la petición de tres años de prisión y la solicitud del cierre del complejo durante cinco años, considerando al administrador culpable de un delito laboral. 

Uno de sus administradores se enfrenta a tres años de cárcel por delitos de los trabajadores

La defensa, por el contrario, exige la absolución de su representado, entendiendo que nada tiene que ver con las mujeres que comparecieron como testigos. 

El acusado, el primero en declarar, expuso que las mujeres "no tienen ninguna función para la empresa. Se hospedan en el hotel, pagan y nada más", a lo que añadió que "son clientas, no tienen horario. Cada una vista como quiera. Sabrán ellas lo que harán", desvinculándose, de ese modo, de sus supuestas actividades de alterne. 

Las mujeres indicaron que solo se hospedaban en el hotel y que no tenían vinculación alguna con los dueños del establecimiento

El jefe del departamento de Extranjería de la Policía que supervisó la intervención que desembocó en el juicio relató que las mujeres eran en su mayoría extranjeras y que vestían ropa sugerente. "Muchas de ellas carecían de papeles", dijo. Uno de sus compañeros añadió que "hacían funciones de alterne y prostitución. Estaban con los clientes o a la espera de que llegasen". Este policía señaló que, por los testimonios que recabaron sobre el terreno, las chicas cobraban 70 euros por cada pase sexual y que "la casa" cobraba 5 por las sábanas y diez por las copas. 

El testimonio de las todas las mujeres que comparecieron fue en la misma línea. "No vivo en el hotel, estoy hospedada en el hotel. Lo que hago dentro de la habitación es mi vida", dijo una de ellas. El 100 por cien de ellas negó la recepción de instrucción alguna por parte de los propietarios del negocio. 

Sentencias para todos los gustos
Juicios por asuntos muy similares al que tuvo lugar ayer en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra se han celebrado en el Pazo de Xustiza de la ciudad del Lérez con distinto resultado. El más reciente de ellos acabó en absolución, pero existen condenas que avalan la tesis que defiende el Ministerio Fiscal.

En septiembre de 2017 se conoció que los cuatro administradores del complejo Habana Club-El Edén, ubicado a las puertas de Pontevedra (en Vilaboa), resultaban absueltos del delito contra los derechos de los trabajadores del que venían siendo acusados. La Fiscalía pedía penas de dos años de prisión para cada uno de ellos. La clave fue el testimonio de las chicas, que afirmaron en el plenario que no existía relación laboral alguna entre ellas y los procesados, sino que trabajaban por su cuenta. Habían sido detectadas ocho personas sin el correspondiente contrato de trabajo.

No tuvo tanta suerte el responsable del club Montparnasse, ubicado en una de las rectas de la carretera que une Pontevedra y Vilagarcía (en el término municipal de Meis). En su caso también contó con la ayuda del testimonio de las trabajadoras, que dijeron que eran clientas del local de copas. Resultó decisiva en este caso la investigación y posterior comparecencia de los agentes de la Brigada de Extranjería de la Policía, que confirmaron los hechos. En este club de alterne habían sido detectadas diez personas sin contrato, muchas menos que las 28 halladas en el T-4.

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