La incertidumbre de cómo afectará la pandemia a la visita a las playas y la duda de si habrá nuevas medidas restrictivas ha disparado la demanda de alquileres de casas situadas en zonas próximas a la costa y provistas de piscina.
Martina Durán, de la inmobiliaria Pisos en Galicia indica que, así como a principios del estado de alarma se registraron cancelaciones que apuntaban hacia un año negro, en las últimas semanas el mercado se ha reactivado con peticiones de este tipo de propiedades, "sobre todo para el mes de agosto", por las que se llegan a pagar una media de 7.000 y 8.000 euros mensuales en la zona de Sanxenxo. "La duda de si habrá problemas de movilidad ha incrementado la demanda de alquiler vacacional de casas con piscina o con zona de recreo. Y como no abundan en exceso, ha motivado un ligero repunte en los precios".
"Para agosto podemos hablar de entre 3.000 o 6.000 euros en el alquiler de pisos turísticos, incluso de 7.000 si están en primera línea de playa"
La demanda de pisos turísticos para pasar las vacaciones también se ha recuperado del batacazo inicial, aunque la agente advierte de que ahora los que tienen más salida son los pisos con piscinas comunitarias (cuyo uso debe ser autorizado por cada comunidad de propietarios) y de pisos que disponen de terraza, cuyo alquiler varía en función de la ubicación. "Para el mes de agosto podemos hablar de entre 3.000 o 6.000 euros, incluso de 7.000 si están en primera línea de playa", indica Durán.
Por el contrario, las propiedades que carecen de este tipo de estancias y, particularmente, los pisos alejados de los arenales, "lo van a tener más complicado este año", aunque todavía queda margen para formalizar las reservas. Hay stock disponible.
En cuanto a las ventas, Durán asegura que los buenos resultados de principios de año se han frenado con el coronavirus y que quizás ahora el precio será objeto de "negociaciones más amplias".
