Un médico pontevedrés, ante la llegada del otoño: "Vanse saturar os laboratorios"

La ausencia de historial clínico de los foráneos que acuden a cualquier centro de salud gallego dispara la preocupación y la incertidumbre de quienes deben darle un diágnóstico a su dolencia
Enrique Márquez Cortizo. ARCHIVO
photo_camera Enrique Márquez Cortizo. ARCHIVO

El movimiento poblacional es uno de los reveses añadidos a los que se deben enfrentar los médicos, especialmente los de Atención Primaria, punta de lanza en la lucha contra la pandemia, pues en sus centros desembocan la mayoría de los casos sospechosos. La proliferación de turistas y, sobre todo, la ausencia de información médica fiable reportan una complicación extra a su tarea, disparando la incertidumbre.

El médico de familia Enrique Márquez Cortizo es uno de estos galenos que cada día se enfrentan a esta incógnita asistencial. "Eu traballo en Vilaboa e aquí non temos moito turista, pero é lóxico que os compañeiros de Baltar (Sanxenxo) ou O Grove estean moi preocupados", subraya.

Su inseguridad se acentúa ante un paciente llegado de fuera de Galicia, puesto que el sistema informático del Sergas no tiene acceso a su historia clínica, lo que dificulta y retrasa la elaboración de un diagnóstico. "O único que aparece no ordenador nestes casos son cousas moi básicas e para conseguir máis información a verdade é que o acceso é bastante complicado", se lamenta Márquez.

El doctor Márquez recalca que en su área de influencia (Vilaboa) "non temos ningún caso positivo", si bien varios de los sanitarios en cuarentena por el reciente fallecimiento de un paciente están bajo su supervisión "porque residen nesta zona, pero ata o de agora recupéranse con normalidade nos seus fogares".

Reconoce que el trasvase de población entre comunidades dificulta la atención sanitaria y tensa aún más los protocolos de respuesta, pero aclara que "en Pontevedra non temos ningunha transmisión comunitaria, como sí a teñen na Coruña". Esta situación se da cuando los contagios superan el ámbito más cercano del paciente cero y se multiplican las infecciones.

Pese a todo, Enrique Márquez recalca que el gran temor del gremio es la llegada de agosto: "Chegarán os colexios, os catarros, as gripes... Dispararanse os cadros respiratorios e será moi complicado distinguir cada caso, polo que se multiplicarán as peticións de PCR e se saturarán os laboratorios. E mentres á xente non se lle aclare cal é a súa doenza, terá que agardar catro ou cinco días na casa. Se ó final só ten un resfriado, non pasa nada; pero se da positivo por coronavirus, a xente coa que estivo en contacto seguirá propagando o virus nese tempo".

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