"Esperemos que este sexa o curso da prenormalidade", manifestó el jefe territorial de Educación, César Pérez Ares, en la visita realizada este miércoles al IES Sánchez Cantón con motivo del inicio de curso en Secundaria y Bachillerato. Un curso marcado por la menor distancia entre pupitres —de 1,5 metros se pasó a 1,2 y en algún caso menos, con la utilización de mamparas—, lo que redunda en la ampliación de ratios al estilo de la vieja normalidad.
La mascarilla obligatoria y el gel hidroalcohólico también forman parte del estricto protocolo establecido en los centros educativos derivados de la pandemia de la covid-19, a pesar de que en este nuevo curso ya se puede actuar con algo más de libertad por el importante avance de la vacunación entre los jóvenes mayores de 12 años.
Cerca de 9.500 alumnos de ESO (6.957) y BAC (2.514) volvieron este miércoles a las aulas de centros educativos públicos de la ciudad capitalina y de los concellos de Barro, Bueu, Cerdedo-Cotobade, Marín, Poio, Ponte Caldelas, Soutomaior, y Vilaboa.
En la visita al Sánchez Cantón también participó el delegado territorial de la Xunta de Galicia en Pontevedra, Luis López, quien garantizó la seguridad sanitaria frente a la covid-19 y una elevada calidad educativa y formativa y aludió a la "total e absoluta normalidade" en el inicio de curso gracias al "esforzo e alto grao de responsabilidade que fixeron os espazos educativos".
Este novo curso empezou con total e absoluta normalidade en Pontevedra
López comprobó el funcionamiento de los protocolos establecidos por la Xunta y supervisó junto a Pérez Ares y al nuevo director del centro, Carlos Rodríguez, las obras de mejora que el departamento autonómico está realizando en este instituto para ampliar la superficie de las aulas con el objetivo de favorecer su versatilidad y seguridad sanitaria.
Las obras suponen la rehabilitación de espacios infrautilizados en un centro que cuenta con 9.500 metros cuadrados y que presenta un buen estado a pesar de sus 36 años de antigüedad gracias a las obras realizadas por la Xunta a lo largo de los últimos años, subraya el propio departamento autonómico en una nota.
Esta actuación, que cuenta con una inversión de 236.000 euros por parte de la Consellería de Educación, aun se prolongará durante varias semanas, pero se programó un detallado cronograma de las obras para no interferir en la actividad lectiva.
Los trabajos, explica la Delegación de la Xunta, se centran en la ampliación de las aulas, pero también se adaptaron otros espacios interiores como departamentos, seminarios y estancias reducidas, mejorando las condiciones de las aulas de tecnología, laboratorios y salas de música. Además se recolocarán elementos como mesas, pizarras, proyectores o tarimas, se sustituirán falsos techos, luminarias y pavimentos, se renovarán sistemas eléctricos y de calefacción y se reforzará la ventilación de modo natural y también con aparatos mecánicos.
HORARIOS. Esta actuación supone que el Sánchez Cantón ya no tendrá necesidad de impartir Bachillerato en horario de tarde-noche, como ocurrió el curso pasado al realizar los desdobles y que se tradujo en protestas de alumnos y familias a principio del pasado curso y en la fuga de algunos estudiantes, cerca de una treintena, antes de iniciarse este.
"En Bacharelato temos uns 130 alumnos de 1º e 150 e algo de 2º —explicó el director—. En 1º son algúns menos que ao ano pasado", ya que "algúns marcharon pola incerteza de se as clases serían de tarde". Este horario resultó "moi danoso para os rapaces que facían actividades deportivas ou complementarias, para academias, para a conciliación... A quenda de tarde implicou cambios de instituto. Había rapaces que non tiñan os pais pola mañá. Hainos moi responsables pero outros necesitan ese empurrón para levantarse". En algún caso también se produjo "unha baixada de rendemento", pero en otros casos ocurrió justo lo contrario, gracias a las ratios de solo 17 alumnos que ahora han pasado a la historia. "Hai que intentar evitar a tarde", sostiene Rodríguez.
Existen casos dalgúns alumnos marcharon do centro ao rematar a ESO ante a incerteza de se Bacharelato seguiría impartíndose en horario de tarde
Tampoco en Secundaria están para tirar cohetes. "Temos aulas de 30, que son moitos". A 1,20 metros de distancia están "xustiños" y al menos dos alumnos están separados por mamparas. Aun cumpliendo el protocolo, subraya, "certamente cando entras na clase, asusta. Parece que eses 30 están pegados. Agradecería tamén desdobres". Los medios de comunicación no pudieron tomar imágenes de estas aulas llenas.
La ampliación de estas aulas supone, además, que "a cambio perdemos moitos espazos pequenos. Algúns podían sobrar pero outros necesitámolos para facer eses desdobres. Agora quedamos sen departamentos... Foi unha remodelación que igual facía falta por covid pero que penso que non pode quedar así. Nalgún momento teremos que volver ao termo medio porque a situación actual a longo prazo tampouco é sostible".
La presencialidad es la máxima en todos los institutos, también en el IES Torrente Ballester o en el Frei Martín Sarmiento, donde el Bachillerato vuelve al horario diurno y donde las presentaciones se alargaron este miércoles desde las 8:30 a las 21:15 horas con intervalos de unos 60 minutos para evitar la mezcla de grupos, explicó su director, David Alvariño.
FP. También empezaron este miércoles los ciclos de Formación Profesional. A falta de cerrar cifras, porque la matrícula sigue abierta, Pérez Ares subrayó el "incremento considerable de novas matrículas" en todas las ramas, también en FP básica y en la Dual. "Vemos que o alumnado, nesa dobre elección que ten entre bacharelato e FP sopesa".
A matrícula en FP incrementouse de xeito considerable; hai un alumnado que non quere acceder á Universidade
La formación profesional "unha vez máis demostra a alta calidade e cualificación que ten para despois integrarse no mundo laboral e creo que se está a facer esa diversificación —sostiene—. Os que elixen Bacharelato fano porque queren facer estudos universtarios e tamén teñen a opción de incorporarse a ciclos formativos". Asimismo, "hai un alumnado que non quere acceder á Universidade e inclínase por ciclos medios ou superiores, moi demandados, sobre todo os da rama sanitaria, así como tamén outro da familia de informática e robótica".
"O alumnado sentiuse algo agobiado na aula"
La jornada de regreso a las aulas "transcurriu ben" a pesar de las circunstancias, pero el propio alumnado trasladó su malestar al equipo docente por la situación y condiciones que se encontraron al llegar: aulas concretas con 35 estudiantes, mamparas por todas partes y espacios reducidos. "Os de 2º de Bacharelato, cando se viron nas aulas con mamparas, sentíronse un pouco agobiados, porque ademais están preocupados polo seu futuro —en alusión a la ABAU— e iso repercute na súa situación académica". En todo caso, el equipo del centro explicó el compromiso alcanzado con la Xunta y los alumnos "entenderon a situación de provisionalidade" en la que se encuentran, quedando a la espera de que se materialicen los refuerzos necesarios.
El director demanda que los criterios para conformar grupos "se adapten ás características" del propio centro y que doten de los efectivos necesarios para asegurar esa buena atención "desde o punto de vista pedagóxico".
Más estudiantes
Pérez Ares matizó que "o centro optou no seu momento —el curso pasado, con otra directiva- por non ter quenda de tarde de Bacharelato e polas mamparas", pero admitió este miércoles, a preguntas sobre este instituto, que "no último momento estanse adxudicando vacantes, incorpórase novo alumnado e aumentan os grupos", por lo que entiende la demanda. "Enviouse o escrito a Santiago para que se incorporen" los nuevos docentes. "Con isto damos por zanxada a pequena polémica. Do que se trata é de buscar solucións, non crear problemas".
