La evolución de la pandemia no solo ha dibujado un panorama más optimista en lo referido a la situación sanitaria. En la parte económica, las empresas también reflejan una realidad que dista mucho de aquellas cifras tan negras que llenaban titulares durante el 2020 y el primer trimestre de 2021. Un ejemplo de ello son los expedientes de regulación temporal de empleo. En la provincia de Pontevedra, menos de la mitad de las firmas que comenzaron este año acogidas a un ERTE continúa actualmente en él. En concreto, a 31 de agosto solo 1.653 empresas pontevedresas estaban en esta situación (cuando a 31 de enero el número ascendía a 3.954).
De los casi 12.000 trabajadores de la provincia que estaban entonces afectados por uno de estos expedientes de regulación, ahora únicamente siguen 3.783, de los cuales la mayor parte (2.483) están afectados por una suspensión total de empleo y 1.300 por una suspensión parcial.
Con respecto a los tipos de ERTE, los de fuerza mayor incluyen en la provincia a 533 empresas (con 897 trabajadores) y 962 están cubiertas por uno de los ERTE aprobados por el RDL 30/2020 y posteriores para proteger el empleo durante la pandemia (impedimento, limitación, CNAE y cadena de valor). Otras 158 están acogidas a un ERTE que no se considera de fuerza mayor.
MÁS MUJERES QUE HOMBRES. En todos los casos, las mujeres continúan siendo las más damnificadas por la precariedad, pues en la provincia de Pontevedra son 2.098 las que están consumiendo parcialmente su prestación por desempleo, frente a 1.685 hombres en esas mismas circunstancias.
En todo caso, el número de trabajadores en ERTE asociado a la covid-19 se sitúa ahora en el nivel más bajo desde el inicio de la pandemia, justamente cuando faltan un par de semanas para que termine la prórroga aprobada por el Gobierno para mantener esta figura de protección.
Será el próximo 30 de este mes cuando finalice el plazo acordado entre el Ejecutivo, los sindicatos y las organizaciones CEOE y CEPYME para extender esta medida que ha ayudado a tantas empresas a ir capeando el temporal de la crisis generada por la pandemia. Y es que las cifras hablan por sí solas: solo en la provincia pontevedresa, 82.652 trabajadores se acogieron a un ERTE a lo largo del año 2020 y, en el conjunto del territorio español, en su punto más álgido estos instrumentos llegaron a proteger a más de 3,6 millones de asalariados. Actualmente, en toda España ya han salido de esa situación más del 92% de ellos.
HOSTELERÍA Y TURISMO. Las empresas y los trabajadores de los sectores de restauración y turismo han sido de los más castigados por la crisis de la covid y también los que más expedientes de regulación temporal de empleo han declarado. Según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, las ramas denominadas Servicios de Comidas y Bebidas y Servicios de Alojamiento concentran al 38% de los asalariados en esa situación. En concreto, el sector de agencias de viajes y operadores turísticos es el que más trabajadores mantiene bajo este instrumento de protección, con un 35,07% de los afiliados del sector; y el de servicios de alojamiento tiene en esas circunstancias al 11,61%.
Por fortuna para ellos, el fin de la prórroga de los ERTE llega ahora que la mejoría de la situación sanitaria ha dejado a la práctica totalidad de los concellos gallegos en el nivel medio bajo de restricciones, lo que permite funcionar a los negocios de hostelería y turismo con bastante normalidad.
Este hecho no solo se nota en los expedientes de regulación, sino también en las listas de parados. En Galicia en agosto se crearon 3.197 empleos, la mayor caída del paro en cinco años. En la ciudad de Pontevedra, el mes remató con 4.942 desempleados, 996 menos que un año antes.
Teniendo en cuenta la temporalidad que afecta a estas ramas de empleo, la Confederación Empresarial de Hostelería de España ha alertado ya de la situación y su secretario general incluso ha planteado la necesidad de mantener los ERTE hasta que no se recupere la normalidad.