De mercado de leña a paraíso del tapeo "tranquilo y con encanto"

Cuatro locales de hostelería ocupan los bajos del Eirado da Leña, uno de los lugares más simbólicos de toda la ciudad del Lérez
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photo_camera Los hosteleros de esta plaza, que recuperó el nombre de Eirado da Leña el año pasado. GONZALO GARCÍA

Situada entre las calles Figueroa y Pasantería, el Eirado da Leña es uno de los lugares más simbólicos de la ciudad. El nombre se debe a que este era el punto de venta de este producto, así como también de las piñas, ambos elementos fundamentales para alimentar el fuego en la época. Hasta el año pasado, y tal y como se puede ver aún en su placa, esta era la Praza da Leña, pero el Concello decidió recuperar su antiguo nombre e introducir la leyenda de Eirado da Leña, una denominación que, tal y como recoge Juan Juega Puig en su libro Rúas de Pontevedra, data del año 1635.

Liderando la plaza se encuentra el crucero, el cual estuvo emplazado en el puente do Burgo hasta la segunda mitad del siglo XIX. Se dice que en él se llevaban a cabo los bautizos de non natos, es decir, "se bautizaba al niño cuando aún estaba en el vientre de su madre, para así lograr que llegara a buen término", explica Pepy González Clavijo en la obra Las calles de Pontevedra

Esta institución, apunta Ramón Rozas en el libro Rúas de Pontevedra, "é a que completa un dos laterais da praza e coa maxestuosidade da súa arquitectura palaciega ofrécenos otra percepción da mesma".

Oferta gastronómica

Aunque en sus laterales hay otros establecimientos hosteleros como A Casa da Leña o el Restaurante Rúas, en la propia plaza solo hay cuatro negocios. El más veterano de ellos es el Bar Rianxo. Su dueño, Jesús Agrelo, lo abrió hace 26 años, convirtiéndose en uno de los impulsores de su gran cambio.

"Mi padre tenía el antiguo Bar Rianxo que estaba frente al edificio de los sindicatos, en la calle Pasantería, y esta era una zona de trapicheo, donde se concentraba la droga. De negocios, estaba la popular Tapicería Pereira y Antigüedades Moreira, pero esta casa, donde estamos nosotros, estaba vacía. De hecho tenía dos plantas y nosotros hicimos el sótano", explica su propietario.

Agrelo recuerda como al principio "la gente nos decía que cómo nos íbamos a trasladar para aquí, pero a nosotros siempre nos pareció una plaza curiosa y decidimos movernos para esta zona. A los dos años abrió otra cafetería y después el restaurante La Medina. Al venir ese segundo local para aquí ya fue cuando fuimos haciendo un poco de plaza. Al principio nos costó mucho trabajo conseguir la licencia porque nos decían que no estaba contemplado poner mesas aquí pero lo conseguimos y poco a poco se fue generando más ambiente".

A día de hoy, añade, "esta es una plaza de referencia y, al no ser tan dinámica como la Praza da Verdura, por ejemplo, yo siempre digo que es la plaza tranquila del tapeo".

Sumándose a la oferta hostelera del entorno, en el año 2003 aterrizó aquí el chef Iñaki Bretal abriendo el restaurante O Eirado da Leña, que se convirtió, casi veinte años después de su apertura, en el primer restaurante de la ciudad con una Estrella Michelin. Además, en el 2010, Bretal puso también en marcha el Loaira, otro local referente en la Boa Vila.

"A praza cambiou moito nos últimos anos. Cando chegamos aquí traballábase máis de noite e agora é un lugar máis de comidas. É unha praza tranquila, moi moi tranquila, para vir a tapear ou a comer. É un lugar preciosa e non ten tanto ruído como outras prazas da cidade, ofrece unha forma de tomar algo moi distinta", señala el chef. Y aunque trabajar en ella también tiene sus desventajas, ya que, tal y como apunta Bretal "aquí soamente hai locais pequenos e non temos algunhas das cousas que poden ter na zona nova, como por exemplo, o caso do aire acondicionado, que nós non podemos instalalo", lo cierto es que "ten un encanto especial".

La última en apostar por esta plaza fue Sara Sorey, que cogió el relevo del local Badiana, donde trabajaba como camarera, y abrió, el 29 de noviembre de 2022, As Greas. "Cuando llegué a la zona, en el año 2015, había muchísima más gente que ahora en la plaza. La oferta gastronómica ha aumentado muchísimo en Pontevedra y supongo que eso provoca que la gente se disperse más por toda la ciudad y no se concentre tanto aquí", asegura la hostelera. "Lo bueno que tiene esta zona", apunta Sorey, "es que como en la ciudad hay un montón de excursiones, por aquí siempre pasa muchísima gente y al final hay opciones de que acaben comiendo en tu restaurante. Eso también ayuda a que podamos interactuar con gente de un montón de sitios".

"Tenemos más exigencias que en otras zonas"
Al estar situada en pleno casco viejo, esta zona tiene infinidad de ventajas pero también alguna que otra desventaja. Sara Sorey, propietaria de As Greas, se queja de la diferencia de trato entre las diferentes plazas de la ciudad. "En muchos sitios se les permite hacer cosas que a nosotros no. Por ejemplo, nosotros no podemos dejar nada fuera por la noche y en otras plazas dejan dejar las mesas o los pies de las sombrillas. Además aquí, todos tenemos que tener la misma terraza y en otras zonas eligen la que quieren tener, no son todas iguales", denuncia la hostelera.

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