Marta Paz: "Jamás he tenido relaciones sexuales ni con Rosendo ni con nadie"

Una docena de miembros de 'Los Miguelianos' siguen en contacto en el área de Madrid ►Negaron los abusos y pidieron la excarcelación de su 'líder espiritual'

El nombre de Isaac de Vega, capellán del centro penitenciario de A Lama, estuvo presente en todos los testimonios vertidos este viernes por miembros y simpatizantes de la extinta Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, que se reunieron en el Hotel Galicia Palace de Pontevedra para proclamar su inocencia y la de su líder espiritual, Miguel Rosendo, que se halla en prisión desde diciembre de 2014, cuando estalló el escándalo de 'Los Miguelianos'.

La primera en intervenir fue Marta Paz, supuesta número 2 de Rosendo. "Soy una de las consagradas", dijo, repudiando el apelativo de pseudomonja. "Jamás he tenido relaciones sexuales, ni con Rosendo, ni con nadie. No he sido humillada ni aleccionada. Me han presentado como víctima de unos abusos que jamás he sufrido". Sobre Rosendo, dijo que es "un padre de familia que no merece estar en prisión".

A continuación intervino Ivana Lima, otra de las 'Miguelianas'. "Fui nombrada en 2006 superiora de la Orden. No éramos una secta. Fue el obispo el que nos obligó a guardar silencio. Aparezco como víctima y ejecutora de abusos que no son verdad. No he sido abducida ni manipulada por nadie". Lima añadió que "han sido nuestros propios padres los que han iniciado el proceso judicial" y manifestó que "para mí fueron los años más felices de mi vida hasta que llegó Isaac de Vega, que sí me coaccionó. Vino como asesor nombrado por el obispo e impuso sus normas. Ese hombre destruyó la asociación. Utilizó a las familias para construir este gran montaje".

Ivana Lima: "Para mí fueron los años más felices de mi vida hasta que llegó Isaac de Vega, que sí me coaccionó"

La 'superiora de las consagradas', como ella misma se denomina, cargó contra sus padres, "que nunca ejercieron como tales y que quieren ganarse la jubilación con este juicio sin importarles la dignidad de sus hijos. Lo que han hecho ellos mal se lo echan encima a Rosendo. Él es, sinceramente, mi mejor amigo".

Iria, la 'segunda superiora' de la extinta Orden, declaró que "Isaac de Vega decidió destruir la asociación llevándole al obispo falsas acusaciones contra Rosendo". La 'consagrada' acusó al citado sacerdote y a Quinteiro (obispo de la diócesis de Tui) de mentir para facilitar una supuesta visita canónica. "Nos engañaron y nos niegan el derecho a defendernos. El obispo nos dejó solos". La exmiembro de la Orden indicó que "el informe de un investigador privado es la gran prueba con la que se inició el proceso".

Miriam, nuera de Miguel Rosendo, defendió que la casa (un gran chalé con piscina climatizada en su interior ubicado en Oia) "la construyeron mis suegros con su sudor. Nos reuníamos allí los fines de semana para organizar campamentos y otras actividades". La joven cargó contra sus padres, "que nunca se ocuparon de nosotras y nos llamaron prostitutas por televisión".

En la actualidad, doce de estas personas se siguen reuniendo en Madrid para realizar actividades en conjunto pese a que su antiguo líder se expone a una condena de muchos años de prisión.


 

"El silencio del Opus Dei supone una responsabilidad muy seria"

Las exmiembros de la extinta Orden de San Miguel estuvieron acompañadas en Pontevedra por tres sacerdotes procedentes de Madrid que vinieron a respaldar su versión de los hechos, incluida la inocencia de Rosendo y la participación en lo ocurrido de Isaac de Vega.

Juan Luis Castón explicó que la Orden "no era una secta destructiva y satánica" y que "Rosendo es inocente". "Como sacerdotes católicos que vamos a la iglesia tenemos la obligación de destapar esta injusticia". Castón añadió que "se llegó a esto por las manifestaciones de Isaac de Vega, capellán del centro penitenciario de A Lama y miembro del Opus Dei".

Eduardo Lostao, compañero del anterior, hizo hincapié en la importancia del citado De Vega en lo ocurrido. "Este hombre, vestido de sacerdote, estuvo durante muchos años, día a día, en casa de Rosendo, en Mougás (Oia). Convivía allí y participaba en todas las actividades", afirmó, a lo que añadió que "no dijo la verdad al obispo ni a muchos sacerdotes del resto de España, ni tampoco al detective (de la agencia Zentral, cuya investigación destapó las actividades de la orden), ni a los medios, ni a la Guardia Civil ni en sede judicial".

Lostao afirmó, además, que "el propio obispo dijo que sabía que Miguel (Rosendo) era inocente pero que no podía hacer nada". Subrayó también que fue "testigo de la contaminación que De Vega, como miembro del Opus Dei, llevó a cabo en toda España. Nos comunicamos con el responsable del Opus, pero no obtuvimos respuesta. Su silencio supone una responsabilidad muy seria".

Castón comentó, al hilo de eso, que "hablamos con varios obispos y remitimos cuatro comunicados al Papa, todos sin respuesta. Miguel (Rosendo) ayudó a muchas parroquias aquí, en Galicia".

Juan Ignacio Martín, el tercer sacerdote que compareció este viernes en Pontevedra para defender a la extinta Orden, incidió en que "fue una investigación diseñada y teledirigida con el único fin de apartar a Rosendo y destruir la asociación. Hay una gran responsabilidad de otros miembros del Opus, amigos de Vega".

El cisma abierto en la Iglesia es, pues, importante, dadas las opiniones encontradas en su seno y entre unos y otros, si bien todo parece indicar que la posición oficial, amparada por el silencio, se alinea con la investigación judicial, al menos por el momento. "En el futuro juicio, la verdad que defendemos quedará probada", añadió Martín.

Isaac de Vega, que ejerció durante muchos años como capellán de la prisión provincial de A Lama, fue asesor espiritual de la Orden durante más de seis años y su denuncia fue la clave para iniciar el proceso judicial.
 

 

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