Mil nuevos 'lombos' para las carreteras provinciales

La Deputación financiará una nueva tanda de pasos sobreelevados tras la petición de los municipios de medidas para calmar el tráfico

'Lombo' instalado en Xeve el año pasado. R. FARIÑA
photo_camera 'Lombo' instalado en Xeve el año pasado. R. FARIÑA

Su presencia en las carreteras es reciente, pero su crecimiento parece imparable. Los lombos han llegado para quedarse y así se desprende de la nueva política de movilidad de la Deputación, que instalará mil nuevos pasos sobreelevados en los viales de titularidad provincial. "Facémolo a petición dos propios concellos", aseguró este jueves el vicepresidente de la provincia, Cesáreo Mosquera.

Los costes de la actuación correrán a cargo de la institución provincial, que en lo que va de mandato ha colocado 1.100 badenes en distintos puntos de las Rías Baixas. Mosquera sostiene que estas medidas han ayudado a frenar los accidentes de tráfico con muertes junto a otras políticas de prevención.

El vicepresidente de la Deputación va más allá y vincula la bajada de la siniestralidad, que se redujo en más de un 41% desde 2015 en la provincia de Pontevedra, con la extensión del modelo urbano de la capital al resto de los concellos de las Rías Baixas. Según datos de la Dirección General de Tráfico, el número de siniestros en carreteras pontevedresas con fallecidos fueron 35 en 2015, 28 en 2016 y 21 en 2017.

Cesáreo Mosquera: "No viario municipal de Pontevedra aínda quedan 'lombos' por poñer"

El sistema de movilidad pontevedrés basa sus líneas de actuación en dos frentes: la instalación de "lombos" y la reducción de la velocidad a través de las denominadas zonas 30. Ambas actuaciones están siendo importadas por otros municipios que quieren reducir los muertos en sus carreteras.

SIETE AÑOS. Jesús García Tomé fue la última víctima mortal de un accidente de tráfico en las vías urbanas de Pontevedra. Murió atropellado el 18 de febrero de 2011. Tenía 81 años y fue arrollado por una furgoneta de reparto al lado del puente de Os Tirantes mientras cruzaba un paso de peatones.

Están a punto de cumplirse siete años desde aquella fatídica fecha. Desde entonces no se ha registrado ningún muerto más, un hecho que el Concello atribuye en gran parte a su modelo de seguridad urbana.

En Pontevedra existen en la actualidad unos 750 pasos sobreelevados y su instalación no se parará ahí. "No viario municipal quedan lombos por poñer", aseguró Mosquera, que además de vicepresidente provincial es concejal de Ordenación do Territorio e Infraestruturas en el Concello capitalino. "Aínda así, os puntos máis sensibles xa están cubertos", añadió.

Los primeros badenes que hubo en el municipio se colocaron en Orillamar. Lo hizo la Deputación en el año 2004 en la avenida de Bos Aires, entre los antiguos terrenos de Tafisa y Monte Porreiro, y debido a la presión de los vecinos del barrio, que denunciaban que este vial se había convertido en un "circuíto de carreiras de coches".

Mosquera vincula la bajada de la siniestralidad en las carreteras a la extensión del modelo de Pontevedra a los concellos de las Rías Baixas

Aunque su instalación no es ilegal, la ausencia de una normativa municipal sigue generando tensiones. El tamaño de los lombos es distinto según el área en la que estén. Si está ubicado entre dos calles, la altura del badén se adecúa a la de la acera. Los reductores situados en el rural presentan distintos resaltes, que normalmente dependen del tipo de carretera y de su peligrosidad.

HASTA 20.000. Mosquera sostiene que las tareas de seguridad vial no se han acabado. "Quedan por poñer lombos en viais da Xunta e de Fomento. De facelo así, deixaremos de estar nos rankings de sinistralidade, que son os que fan que os seguros sexan dos máis caros", señala.

El vicepresidente de la Deputación reconoce que la seguridad total no existe, pero afirma que una de las medidas más óptimas para atajar la violencia viaria pasa por la instalación de más pasos sobreelevados. En la provincia existen en la actualidad más de 2.100 reductores de velocidad. "O mellor sería que houbera entre 15.000 e 20.000. Non se van colocar, pero habería espazo para facelo", señala Mosquera, que indica que las reservas de algunos municipios a este tipo de elementos se ha ido disipando. "Ata o máis reticentes dobran", zanja.

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