Mil objetos perdidos al año

El 72% de las piezas cuyo propietario se puede identificar son devueltas; si el dueño no se puede localizar, el porcentaje baja al 15%

Omil muestra un peluche perdido. OLGA FERNÁNDEZ
photo_camera Omil muestra un peluche perdido. OLGA FERNÁNDEZ

Teléfonos móviles, gafas, carteras, joyas, bicicletas y llaves, muchas llaves. La oficina de Obxectos Perdidos del Concello de Pontevedra, que gestiona la Policía Local, reúne reliquias de todo tipo, desde un iPad que apareció en el arcén de una carretera (como si alguien lo hubiese tirado desde la ventanilla de un coche) hasta un peluche que dice "I love you", pasando por un dron cuyo piloto, probablemente, perdió de vista durante el vuelo.

La Policía Local de Pontevedra registró a lo largo del año pasado 997 objetos perdidos cuyos dueños eran identificables (ya que estaban acompañados de documentación, como en el caso de las carteras). En cuanto a los objetos cuyo propietario es imposible de conocer (ya que no llevan ninguna documentación que lo identifique), permanecen en las oficinas de la Policía Local, pero sin registrar.

La mayoría de los objetos cuyos dueños se pueden localizar, como carteras y móviles, son devueltos. Así, en 2016, el 72% de ellos fueron entregados. Sin embargo, cuando es imposible identificar al propietario, el índice de devoluciones se reduce hasta un 15% aproximadamente, según indican los agentes responsables del área. "Tratamos de devolver los efectos que nos lleguen con la máxima brevedad posible, ese es el principal objetivo, ya que evita que las personas no comiencen a tramitar la pérdida realizando, por ejemplo, nuevos documentos de identificación", explica el portavoz de la Policía Local, Manuel Omil. Para hacer la devolución, el propietario tiene que dar detalles concretos sobre el objeto y aportar documentos que acreditan que es de su propiedad. "No puede venir cualquiera a pedir un iPhone", aclara.

Cuando llega algún tipo de objeto que permite localizar a su propietario, la Policía Local suele avisar por carta al mismo. En el caso de los teléfonos móviles, se mantienen encendidos por si alguien llama y puede indicar quién es el dueño. El Concello tiene la obligación de guardar dichos objetos durante dos años. Una vez pasado ese período de tiempo, si nadie los ha reclamado, el hallador tiene derecho a quedarse con los mismos. Sin embargo, esto no suele ocurrir y el almacén de la Policía Local acumula una gran cantidad de cachivaches. Como un pendiente de oro que apareció en 1982 y nunca nadie fue a buscar o un sobre con 1.800 pesetas que permanecen en la caja fuerte de las dependencias desde 1998.

SUBASTAS. "El Concello puede decidir subastar los bienes, como es el caso de las joyas, se pueden destruir o se pueden entregar a alguna ONG", explica Omil. Así, en la actualidad, la Policía Local tiene ya empaquetadas todas las gafas aparecidas entre los años 2014 y 2015 para entregárselas a una organización solidaria. En alguna ocasión también se entregaron bicicletas.

Las fiestas, los días de mercado y las rebajas son los momentos en los que aparecen más objetos perdidos. No solo porque la gente los pierda, sino también porque es cuando los carteristas actúan. "A ellos les interesa coger el dinero y deshacerse de la cartera, por eso aparecen tiradas con frecuencia y suelen recogerlas los barrenderos o personas que pasan por la calle", indica la Policía Local.