El municipio pontevedrés y el resto de ayuntamientos de la mitad norte de la provincia registran en estos momentos 66 brotes activos, es decir, 66 cadenas de contagios en las que al menos hay tres personas infectadas por coronavirus.
El 92,4% de estos brotes se han originado en el ámbito familiar, lo que pone en tela de juicio el nivel de cumplimiento por parte de los pontevedreses de la restricción que prohíbe las reuniones con personas no convivientes. Dicha medida fue adoptada el pasado 30 de octubre en las grandes urbes gallegas y los brotes en cuestión se declararon, al menos, una semana después (a partir del 6 de noviembre).
Según informan responsables del servicio de Alertas Epidemiolóxicas de la Consellería de Sanidade, el brote familiar más numerosos afecta a 14 personas, de las que la mayor parte se contagiaron en un funeral celebrado en Sanxenxo. No obstante, hay muchos otros brotes de este tipo que superan la decena de infectados, "con 12, 11 y 10 casos", lo que también siembra dudas acerca de cómo se está respetando una segunda limitación que afecta a toda la comunidad gallega y que sitúa en seis el tope de participantes en las reuniones (salvo que sean convivientes en el domicilio y superen este número).
ORIGEN. Los 66 brotes que están ahora mismo latentes afectan a 343 personas, que representan el 28% de los 1.213 casos activos notificados en la jornada del martes por el Sergas. Esto implica que al menos en el área de Pontevedra hay 870 casos con origen desconocido, aunque según advierten las fuentes consultadas, no necesariamente son todos huérfanos. Lo que ocurre es que los distintos responsables de rastrear las huellas del virus carecen de "tiempo para relacionar todos los casos", lo que deja descolgados a un número importante de contagios. En el caso del área sanitaria, las cifras evidencian que solo uno de cada tres positivos está vinculado a un brote concreto.
A estas cadenas de tipo familiar se suman otras de tipo laboral y que, a tenor de las cifras oficiales, están golpeando especialmente al ámbito sociosanitario. Las residencias son un claro foco de contagio y en el área de Pontevedra hay varios ejemplos. Entre ellos, el centro DomusVi Ribadumia, donde se han producido cinco fallecimientos de usuarios y donde constan 45 usuarios y 27 trabajadores contagiados.
NEUMOLOGÍA. En el Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (Chup) también se han detectado varios brotes en servicios sensibles, como Oncoloxía y Urxencias. El más reciente ha afectado a siete profesionales de Montecelo: tres neumólogos que han dado positivo y otros cuatro facultativos que se encuentran en cuarentena por ser contactos estrechos de éstos, de los que dos son neumólogos y dos internistas (uno de ellos residente). Por el momento "todos los casos cursan buena evolución", indicaron responsables del servicio de Medicina Preventiva. Sin embargo, el incidente ha dejado en cuadro al servicio de Neumología, que cuenta con un total de ocho especialistas.
Aparte, según advierten fuentes extraoficiales, la Unidad Covid del Hospital (antigua planta de Traumatología) ha registrado en los últimos días siete positivos, correspondientes a tres enfermeras y cuatro auxiliares. Algunas de las afectadas han presentado reclamaciones ante Medicina Preventiva, ya que el servicio "no reconoce el contagio como accidente laboral" alegando que la infección se ha producido fuera del entorno hospitalario. El caso ha despertado malestar en la plantilla, en la que hay varios afectados que defienden que se han contagiado a raíz de su trabajo.
