La moda de convertir los bajos en viviendas se abre paso en Pontevedra

Los técnicos de urbanismo del Concello reciben varias solicitudes para crear hogares en locales, "una situación que antes no se daba"
Tramo de Amado Carballo donde fue cursada una de las licencias. DP
photo_camera Tramo de Amado Carballo donde fue cursada una de las licencias. DP

El Concello capitalino ha registrado la primera oleada solicitudes de vecinos interesados en cambiar el uso de bajos comerciales para convertirlos en viviendas. Hasta ahora este tipo de permisos eran muy esporádicos, pero en lo que va de año los técnicos de Urbanismo han recibido al menos seis peticiones de este estilo, "una situación que antes no se daba".

En comparación al número de autorizaciones urbanísticas son pecata minuta, pero sí sirven para concluir que Pontevedra ha empezado a seguir la ‘moda’ de transformar los locales comerciales en viviendas. La tendencia comenzó en las grandes ciudades del país, donde los particulares comenzaron a buscar alternativas para capear las dificultades para acceder a una vivienda en propiedad. Esto, unido a la bolsa de locales vacíos por la decadencia del comercio de proximidad, desembocó en la transformación de los bajos comerciales.

Las últimas estadísticas arrojan que, desde 2015, el Ayuntamiento de Madrid ha otorgado más de 778 licencias de este tipo y que en solo en el primer semestre de este año el Consistorio de Barcelona concedió 116 permisos. En ambas ciudades, se ha triplicado la demanda en los últimos tres años.

En el caso de Pontevedra, en lo que va de año se han tramitado solicitudes para la habilitación de viviendas en bajos comerciales de las calles "Amado Carballo, Rosalía de Castro, Don Filiberto" y otros puntos de la "zona monumental".

ORIGEN E INVERSIÓN. Según informa la empresa de construcción Global Projects, el origen del uso de un local como vivienda proviene de Estados Unidos.

"Concretamente, de Nueva York, donde ya en los años 50 los jóvenes estudiantes y los artistas de la ciudad con poco poder adquisitivo vieron en tiendas y almacenes una gran oportunidad de abaratar sus alquileres y, de paso, montar su taller en casa". Con el paso del tiempo esta práctica dio lugar a la habilitación de "lofts y residencias prime" en las plantas bajas de los edificios.

La conversión de un bajo en vivienda implica superar una serie de procesos administrativos en el Ayuntamiento para acreditar que la superficie cumple con las condiciones mínimas de habitabilidad. Además, los propietarios están abocados a contratar a un arquitecto para la redacción de un proyecto técnico y a ejecutar unas obras de reforma, cuyo coste oscila en función de la superficie, la instalación de servicios y el diseño. Global Projects calcula que hace falta invertir unos "50.000 euros para una superficie media de alrededor de 65 metros cuadrados".

Una opción posible en uno de cada dos locales
El 20% de los locales ubicados en las grandes urbes del país son susceptibles de ser convertidos en vivienda realizando un cambio de uso.

Así lo afirma Global Projects, una empresa de construcción de Barcelona, que también precisa que el prototipo de bajo reconvertido dispone de una superficie media oscila entre los 60 y 70 metros cuadrados, repartidos entre una o dos habitaciones, un baño y una cocina integrada en el salón.

"La buena ubicación y los costes son los grandes atractivos para quien apuesta por este tipo de vivienda", añade la firma.

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