El amor no es control ni posesión. Las relaciones amorosas o familiares, las amistades y demás vínculos deben aportar sensaciones positivas y bienestar, no sufrimiento. Esa es una de las máximas del taller que se celebra viernes a las 19.30 horas en la Casa da Luz de Pontevedra. La imparte la psicóloga Mónica Novas.
Su taller coincide con la celebración del día de San Valentín, una fecha que celebra el amor. ¿Hemos ido mejorando el concepto que tenemos del amor con el paso del tiempo?
La cultura y los roles de género no ayudan mucho a que mejoremos. Solo que ahora se está formando más en los centros educativos, enseñando lo que es sano y lo que no en una relación, se está mejorando desde los más pequeños y eso es bueno. Estamos viendo múltiples casos de violencia de género y, para erradicarla, es bueno apostar por la educación.
Los más jóvenes
"Si nadie les dice a los adolescentes qué conductas son inadecuadas no sabrán detectar relaciones insanas"
¿Esta formación está dando sus frutos entre los adolescentes?
En cuanto a los adolescentes, como cuando nosotros lo éramos, si nadie nos dice qué es una relación tóxica y qué conductas empiezan a ser inadecuadas, no va a cambiar nada. Lo importante es aprender qué comportamientos son sanos y cuáles no. Sobre todo es importante saber detectar las señales de que algo no va bien.
Cuando se habla de saber detectar esas señales, nos dirigimos muchas veces a las chicas. ¿Echa de menos un relato dirigido a los hombres que les enseñe a mostrar amor de forma más sana?
Nuestra formación está dirigida a todas las relaciones en general, desde relaciones con amigos o familiares, a parejas. Si tú eres una persona tóxica no lo eres normalmente solo con tu pareja. La formación está pensada para chicos y chicas para mejorar a enfocar las relaciones en general.
Pero los roles de género, en los que la chica se muestra sumisa y el chico controlador, sí juegan un papel importante.
Sí, lo que ocurre es que, si estamos hablando de relaciones de pareja, en la sociedad en la que vivimos y con la educación que traemos, es más fácil tener una relación tóxica en ese sentido. El perfil de chico agresivo que no llora jamás es el que aprenden nuestros niños, en ese sentido tendríamos que hablar de nuevas masculinidades, una forma de ser hombre mucho más positiva para las relaciones de pareja sanas. Yo espero que los roles vayan cambiando a medida que se trabaja en la formación de los más jóvenes.
¿Hay interés por este tipo de contenidos entre ellos?
Sí, sobre todo cuando son charlas en las que tú le pones cara a esas conductas tóxicas. A veces también tenemos que preguntarnos si nosotros mismos somos personas tóxicas, porque pensamos que estamos rodeados de gente que lo es, cuanto tenemos muchas características insanas.
¿Cuáles son esas señales?
Hay que fijarse en lo que nos hacen sentir las personas. Por ejemplo, si alguien me obliga a cambiar las cosas que me gustan, si llevo tanto tiempo con una persona que ya no recuerdas quien eres realmente, si me hace sentir culpable por andar con ciertas personas, si esa persona me manipula o me baja la autoestima... Esas son relaciones tóxicas. Ocurre también que se pueden dejar de hacer ciertas cosas por contentar a esa persona, algo que está muy relacionado con la violencia de género. Cuando se sabe hay que tomar una decisión, apartarte un poco siempre que puedas. Por ejemplo, si es un compañero de trabajo no es tan fácil. Una relación sana sería todo lo contrario, son amistades o parejas con las que te sientes bien, puedes hablar de cualquier tema, te sientes valorada y sientes que eres importante cuando estás con esa persona.
