El modelo de peatonalizaciones del centro, iniciadas en 1999 en el casco histórico de Pontevedra, parece no calar en Monte Porreiro. A las más de 3.000 firmas recogidas en el barrio en contra del proyecto para restar tráfico a la calle Alemaña se unirá ahora una campaña de movilizaciones.
La asociación O Mirador ha convocado a los vecinos a una asamblea que se celebrará el próximo lunes en el Pavillón de Deportes Fina Casalderrey (20.30 horas) con un único punto en el orden del día: la puesta en marcha de acciones en contra de la obra. El presidente del colectivo, Carlos Diéguez, confirma que "en principio" se plantearán protestas frente a la sede del Concello para hacer más visible el descontento vecinal.
La medida es la culminación de un tenso verano entre el Gobierno local, que defiende la necesidad de intervenir en el tráfico, y O Mirador, que no ve necesaria la actuación y urge otras mejoras.
El polémico anteproyecto fue presentado en rueda de prensa a finales de junio por el concejal de Obras, Demetrio Gómez Junquera, que anunció una inversión de 997.000 euros para llevarlo a cabo. La idea consistía en peatonalizar el cruce entre las calles Alemaña, Grecia y Portugal y crear allí una gran plaza de más de 2.000 metros cuadrados. La intervención iría acompañada de la correspondiente reurbanización, que incluiría la renovación de servicios subterráneos.
Aunque la obra fue presentada a representantes vecinales, su impacto en el barrio no colmó las expectativas, por lo que en julio se sucedieron reuniones entre comerciantes, hosteleros y particulares.
Los encuentros desembocaron en la entrega de más de 3.000 firmas en contra del proyecto a finales de agosto, mes en el que el Concello inició trabajos de mejora en la urbanización, como el pintado de la señalización horizontal. Ese mismo día, el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, abría la puerta a cambios en la actuación para lograr el mayor consenso posible, aunque con una meta clara: ejecutar la obra.
BNG y PSOE. El rechazo vecinal, que se hizo visible tanto en el barrio como en distintas zonas de la ciudad a través de carteles reivindicativos, llevó al PSOE a fijar su propia posición respecto a su socio de coalición, el BNG.
Los socialistas manifestaron su rechazo a la obra tras participar en una asamblea en Monte Porreiro, convocada a instancias del portavoz del grupo municipal, Tino Fernández, el pasado 6 de septiembre. El también teniente de alcalde se comprometió a hacer de interlocutor con el concejal nacionalista Demetrio Gómez, después de dejar claro que el proyecto solo debía ejecutarse si lograba el consenso vecinal.
El colectivo 'Monte Porreiro quere avanzar' pide cambios en el proyecto para que la reordenación del tráfico no afecte a la calle Cambria
La discrepancia en el seno del bipartito, la de mayor relevancia desde el inicio del mandato, precipitó una serie de anuncios y aclaraciones por parte del Concello dos días después del desmarque socialista.
La primera fue que el plan de peatonalización no estaba finalizado y que se introducirían cambios para lograr el visto bueno del vecindario. Al tiempo que confirmaba que la actuación contaría con modificaciones, Gómez avanzaba un paquete de pequeñas reformas en espacios públicos de Monte Porreiro (reasfaltados en varias calles, pintado de viales y reparación de aceras) y recordaba su compromiso de presentar al barrio el proyecto definitivo de peatonalización.
Un día después de aquel anuncio, la plataforma 'Monte Porreiro quere avanzar' reiteraba su apoyo a la actuación y solicitaba -vía Rexistro- una reunión formal con el edil de Obras para conocer el proyecto. El colectivo, que se formó en julio como contrapeso a las voces en contra de la peatonalización, se reunió este viernes con Gómez. Le solicitaron que la reordenación del tráfico no afecte a la Rúa Cambria y que la vía mantenga el actual sentido de circulación.
PP. El PP también ha tomado partido en esta polémica. Y lo ha hecho con una moción que se discutirá el lunes que viene en el Pleno. La iniciativa, presentada esta semana, solicita la paralización del plan de peatonalización y el compromiso de diez millones de euros para invertir en el barrio: dos de ellos en obras de reparación urgentes, ya anunciadas por el Concello, y ocho más para la humanización de Monte Porreiro.
La reurbanización integral lleva más de una década en el cajón. La Xunta del bipartito PSOE-BNG lo anunció a finales de 2008, cuando Teresa Táboas era conselleira de Vivenda. El Gobierno gallego iba a destinar seis millones de euros a la reforma, que tenía como objetivo modernizar el barrio más poblado de la ciudad.
Un año después, en 2009, coincidiendo con la llegada al Ejecutivo autonómico del PP de Alberto Núñez Feijóo, la inversión prevista se elevó a diez millones de euros. Pero la obra solo se ejecutó en una primera fase, de 1,5 millones de euros, para mejorar la Rúa Alemaña.
Además del mantenimiento de espacios públicos, el Concello reconoce que el barrio necesita renovarse. Por este motivo, tal y como se avanzó en julio, Monte Porreiro optará a los fondos europeos Next Generation para que programas como el ARI, de rehabilitación de viviendas, que empezó en Estribela y continuó en el casco histórico, también lleguen a esta urbanización, que comenzó a construirse a finales de los años 70.
El edil les dijo que se estudiará la propuesta y confirmó que la semana que viene fijará un calendario para dar a conocer el proyecto definitivo de peatonalización en el barrio
