Con el mes de agosto a punto de finalizar, la Comunidade de Montes de Mourente sigue sin tener noticias del Sergas. La Consellería de Sanidade aún no se ha puesto en contacto con el colectivo parroquial para el inicio de las negociaciones para fijar las condiciones del uso de los terrenos en los que está situado el Hospital Montecelo.
"Se nestes días non nos chama farémolo nós en setembro para comezar a falar", indica Carlos Morgade, presidente de los comuneros de Mourente que acudieron al Registro de la Propiedad y al Catastro para inscribir como propia la parcela en la que está situado el centro sanitario que la Xunta de Galicia tiene previsto ampliar para la creación del Gran Montecelo. La agrupación parroquial aportó la sentencia firme dictada por el Tribunal Supremo en la que le concede la titularidad de la superficie de 3,96 hectáreas (39.600 metros cuadrados) en la que el Sergas edificó el hospital.
Tras haber acudido al Registro de la Propiedad y al Catastro, los representantes de la agrupación parroquial aguardan la respuesta de la Consellería de Sanidade para mantener una entrevista e iniciar las negociones para la cesión de la parcela como parte del Gran Montecelo, "coa mesma duración que a prevista para este proxecto ( entre 50 y 60 años, tiempo tras el que el Sergas se replanteará la posibilidad de una nueva ampliación o de buscar una nueva ubicación) e mediante o pagamento dun canon anual aceptable polas dúas partes".
RESPALDO. La junta directiva de la Comunidade de Montes de Mourente cuenta con el respaldo unánime de los vecinos que participaron en la última asamblea para formular sus propuestas al Sergas, entre la que se encuentra el pago de un canon anual por el uso de los terrenos que sería, según Morgade, "un balón de osíxeno" para afrontar el coste de los trabajos de mantenimiento del monte.
En todo caso, Morgade reitera que "a Sanidade non lle queda outra saída que regularizar a situación dos terreos nos que se atopa o centro hospitalario, para o cal só ten dúas opcións: ou chegar a un acordo con nós para a cesión da parcela nunhas condicións que lle serán facilmente asumibles, ou optar pola expropiación".
Al mismo tiempo, el directivo recuerda que los comuneros rechazan cualquier medida que suponga la pérdida de la propiedad que acaban de recuperar. Advierte de que se oponen a cualquier expropiación que convierta en públicos los terrenos vecinales y que, en un futuro, habría la posibilidad de que acabasen siendo privatizados, "como xa se preparaba co traslado do hospital a outro emprazamento".
