"Muchos hombres afirman su virilidad en los prostíbulos"

El caso de La Manada hizo saltar las alarmas en las empresas informativas y generó una sensibilización especial. Sin embargo, a Méndez le preocupa que los medios de comunicación no profundicen en las causas que crean un imaginario en los varones en el cual ls mujeres son identificadas como objetos a su disposición 

Josefina Méndez Vázquez, directora del curso de verano de la UNED sobre violencia sexual. GONZALO GARCÍA
photo_camera Josefina Méndez Vázquez, directora del curso de verano de la UNED sobre violencia sexual. GONZALO GARCÍA

TODAS LAS formas de violencia sexual y sus orígenes. Las ponentes del curso de verano ‘Violencia sexual en las sociedades actuales: una reflexión necesaria’ repasarán los orígenes del machismo y la violencia hacia las mujeres. Con ella, tratarán de averiguar cómo ha ido cambiando la forma de oprimir a las mujeres y destaparán nuevos métodos de violencia. Entre otros, la directora del curso señala también los vientres de alquiler, una cuestión de actualidad después de que alguna postura política defendiese recientemente su regularización en España. Méndez no duda en señalar la pornografía y las representaciones culturales que se hacen de las mujeres como creadoras de un imaginario que las presenta como objetos.

La violencia sexual es un tema del que se está hablando mucho a raíz de algún caso mediático. ¿Se habla más porque se está tomando conciencia o porque da morbo?

Se habla de ello porque se están dando casos de violencia continuamente. El caso de La Manada en concreto ha dado a conocer al gran público todo lo que está pasando. Ha sido un caso muy mediático que ha contribuido a que el tema esté en el candelero.

¿Qué importancia tiene ofrecer cursos como este que empieza?

El propósito de este curso es crear una reflexión necesaria. Creo que en los medios de comunicación se está generando un circo en torno a noticias relacionadas con la violencia sexual. Se fijan en el suceso en concreto y se obvia todo lo que hay detrás. Lo que yo quiero es hacer una reflexión académica, desde la historia medieval, donde empieza la violencia sexual, hasta la actualidad. No es que vayamos a pasar por todas las etapas históricas, pero sí a entender de dónde vienen ciertos comportamientos o creencias. Tenemos mucha herencia de nuestra cultura medieval. Por ejemplo, hace unos años, durante el franquismo, las mujeres tenían que llevar velo a la iglesia. Como eso, hay muchas costumbres heredadas de esa época. Las de las rejas para que los novios se viesen, sobre todo en Andalucía. Tenemos todavía a día de hoy estereotipos medievales en torno a las mujeres. Más recientemente, queremos reflexionar también sobre qué está pasando para que se haya desatado esta violencia sexual hacia las mujeres.

¿Qué lo ha desencadenado?

Pues es muy importante la pornografía, el acceso desde niños a contenidos que crean en ellos un imaginario sobre cómo es la mujer. La idea que se forman es que las mujeres son un objeto de deseo que está a su alcance y que no tiene identidad propia. Eso es lo que está pasando. Ya no solo es una cuestión de niños, sino que esta forma de ver a las mujeres es también cosa de adultos. Celebrar una despedida de soltero en un prostíbulo es también una forma de que los hombres, entre ellos, celebren una fiesta entendiendo que la mujer es un instrumento a su servicio. Muchos varones afirman su virilidad en los prostíbulos.

Las mujeres han pasado de ser un objeto de veneración y respeto a ser directamente un objeto

Más allá de que cualquier mujer pueda ser una víctima potencial de una violación, ¿de qué forma afecta esta violencia sexual a las mujeres en su día a día? La imagen de la mujer ha cambiado muchísimo, de ser un objeto de veneración y respeto, ha pasado a ser directamente un objeto para uso y servicio de un hombre. Ese imaginario está en los varones actuales. Existe la idea de que toda mujer es utilizable.

Se refería a la pornografía pero, ¿cómo influyen las representaciones culturales que se hacen de la mujer en otras manifestaciones como, por ejemplo, el cine?

El cine influye muchísimo. En el pasado, el cine del destape fue muy importante en este sentido. Mi ponencia va precisamente sobre ello. Cuando se hace una ruptura con la época franquista, para considerar a la mujer de otra forma y crear nuevas representaciones de ella en el cine.

En aquel momento era algo muy transgresor.

Claro, era romper con lo anterior. Pasamos a una liberación total de las imágenes. Coincidió con el final de la censura y los directores se sintieron libres. Ahí se genera una confusión, por un lado, las mujeres consideran que se liberan, por eso muchas actrices de izquierdas deciden que el destape era un acto de liberación para todas las mujeres. Pero, por otro lado, al mismo tiempo se estaba creando una nueva situación, que implicaba perder la identificación de persona y pasar a ser un objeto. Se estaba generando una nueva opresión de forma solapada. Quedó oculta detrás de las ganas de progreso. En aquel tiempo, ciertamente, se abrieron puertas, pero se generó un nuevo problema, que es el que estamos viviendo ahora y que tiene aquellos antecedentes.

Hay una violencia oculta y muchas mujeres la padecen sin ser conscientes; hay más violencia oculta que visible

Cuando se habla de violencia sexual, muchas veces se piensa en países en conflicto o en guerras. ¿Son conscientes las mujeres de la violencia sexual a la que están sometidas? No. Esa es una de las cosas sobre la que es importante concienciar. Hay una violencia oculta, la que no se ve, y la mujer misma es víctima de ella sin ser consciente. Hay más violencia oculta que visible. La visible son sucesos puntuales. En ese sentido hay otra cosa que hacen mal los medios. Dicen que la violencia es producida por hombres algo perturbados, que no son muy ‘normales’. Ese es un error. Los hombres que ejercen violencia sexual son personas normales que tienen un ideario metido en la cabeza sobre cómo es la mujer. Ese ideario viene precisamente de todo lo que ya hemos comentado, como el porno o el cine. Todos esos discursos les dicen que pueden usar a las mujeres como quieran. También en base a este discurso se dan los casos de hombres que matan a sus parejas. Ellos entienden que ellas tienen que cumplir con unos roles establecidos y, si no lo hacen, generan ira en el varón. Ahí también nos viene una dualidad de buena y mala mujer, la Virgen María y la Eva.

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