"Las mujeres que opinan no son peligrosas, son necesarias"

Es una de las periodistas que este viernes se darán cita en el encuentro As mulleres que opinan son perigosas. Tras 10 años en el programa Más vale tarde, Mamen Mendizábal dirige Encuentros inesperados, en el que sienta a personajes muy diferentes a opinar y dialogar sobre temas de actualidad. "Escuchar es fundamental para construir una sociedad mejor", sostiene
Mamen Mendizábal. DP
photo_camera Mamen Mendizábal. DP

Ha visitado Galicia en numerosas ocasiones, pero es la primera vez que vendrá a Pontevedra "y es una oportunidad para conocerla", dice. La periodista Mamen Mendizábal (Madrid, 1976) participará mañana en el encuentro As mulleres que opinan son perigosas que, tras la pandemia, recupera la presencialidad en el edificio Castelao del Museo.

¿Qué espera de este encuentro?
Me parece un encuentro fantástico, muy ambicioso y con muchas mujeres muy representativas de distintos campos. Creo que es la oportunidad, no solo de ponernos en valor, sino de sacarnos a relucir. Ya estamos en los medios de comunicación, en posiciones muy relevantes y haciendo cosas muy interesantes en distintos ámbitos del periodismo, pero a veces se habla poco de lo que hacemos. Este congreso es una ocasión de poner en valor el trabajo que hacen muchas mujeres en nuestra profesión. Somos mayoría, no en los puestos directivos, pero sí en las redacciones, y con un estilo muy singular muchas de nosotras. Espero un congreso muy rico y de mi participación la verdad es que es una sorpresa. Voy a que me entrevisten, que eso para un periodista es una anomalía, pero Ángeles Caballero se va a encargar de ello y estoy segura de que hará algo precioso.

¿Las mujeres que opinan son peligrosas?
Creo que no. Yo diría que las mujeres que opinan son necesarias, pero me gusta el nombre. Me gusta el factor de peligro, porque nos pone en una frontera más osada y no sigue el carril de la convención. Muchas de las que vamos a participar en el congreso somos librepensadoras, y eso conlleva sus peligros, pero también muchas alegrías y mucha satisfacción de ser auténtico.

"La guerra de la libertad, la igualdad de la mujer o todas las que tienen que ver con los derechos fundamentales son mis batallas"

¿Opinar acaba quemando?
Lo que pasa factura es no conectar con uno mismo, no ser auténtico, no aprovechar las posiciones de poder para intentar cambiar las cosas. Eso es lo que pasa factura, que hayas tenido la oportunidad de hacer algo y te hayas quedado quieto por miedo. Claro que todo tiene consecuencias: la valentía, el arrojo, ser hiperdirecta tiene consecuencias, pero también reporta una satisfacción enorme y no pasas de puntillas por las cosas que te importan. Desde luego, hay guerras en las que yo no entro, las que no son mías o las que son de políticos que no sabes a dónde te quieren llevar, pero hay guerras que sí siento como mías. La guerra de la libertad, la igualdad de la mujer o todas las que tienen que ver con los derechos fundamentales son mis batallas, y creo que me juego la vida en ellas, porque nos jugamos nuestro modelo como sociedad. Todo eso merece la pena, a pesar de que tiene consecuencias. Uno va aprendiendo que hay alguien siempre que te espera al otro lado.

Hace cuatro años, en la primera edición de este encuentro de periodistas, se repitió en muchas ocasiones: "Ni un paso atrás". ¿Estamos dando pasos atrás?
El movimiento feminista es imparable, y los aliados, en masculino, que nos encontramos en el camino son mayoría. No siento que la mayoría sean los otros. No. La gente de nuestro entorno quiere que las mujeres participemos en la vida en plena igualdad. En eso creo que hay una mayoría de hombres a nuestro lado. Y hay una minoría que siente que se ha hecho pequeño, que está amenazado, que su territorio ha sido invadido por gentes extrañas. Los que se sienten amenazados se intentan rebelar, se sublevan, caricaturizan... pero como son tan pocos se les oye muy poco.

"Lo que pasa factura es no conectar con uno mismo. Tener la oportunidad de hacer algo y que te quedes quieto por el miedo"

Ha dicho en alguna ocasión: "Echo de menos de los hombres que no han hecho su revolución". ¿Es lo que falta en el camino a la igualdad?
Uno de los programas que he hecho esta temporada ha tenido que ver con las nuevas masculinidades. Creo que hay muchos hombres en transformación. Hay un modelo masculino también antiguo, caduco, que obliga al hombre a ser de una determinada manera, enmarcado en la idea del macho, del hombre proveedor, el duro, el que todo lo puede. Hay mucha gente que no se siente identificada en esos moldes. Nuestros hijos, nuestros sobrinos no son así ya. Creo que ellos tienen que hacer su propia revolución e integrar otras masculinidades y otras formas de interpretar qué es ser hombre en el siglo XXI. Yo creo que es más rico y más libre probablemente de lo que les han enseñado a ser de pequeños.

En su programa Encuentros inesperados ha sentado a personajes muy diversos alrededor de un mismo tema, ha hablado de machismo, de feminismo, de odio... ¿Qué es lo que más ha llamado su atención de todo lo que se ha dicho?
En el caso del programa de ‘Machos’ me sorprendió la identificación del macho español como algo a conservar. También queríamos hacer un programa sobre el odio para ver cómo se alimenta. Me sorprende que los políticos no sean capaces de ver la responsabilidad que tienen en esto. La verdad es que me ha sorprendido todo, porque como es todo tan nuevo te saca de tu zona de confort. Es un formato que no busca e el enfrentamiento, sino el diálogo. La posición de escucha para mí es difícil porque estoy acostumbrada a saltar a la primera.

"Ellos tienen que hacer su propia revolución e integrar otras masculinidades. El hombre del siglo XXI es más rico y más libre"

Ha tenido que atarse un poco en este nuevo formato.

He tenido que atarme las dos manos (risas).

Dice que pregunta "hasta la derrota". Pero ahora se dedica, sobre todo, a escuchar. No está muy de moda eso...
Escuchar, reflexionar, dialogar es fundamental para construir una sociedad mejor, una política mejor, una familia mejor. Te sientas a entender la diferencia del otro y a aceptarla. Cada vez leemos más lo que queremos, escuchamos lo que nos agrada... No queremos nada que altere nuestra idea preconcebida, pero si nada te mueve de tus posiciones te vas a quedar antigua dentro de nada.

"La aventura vence al miedo"
MAMEN MENDIZÁBAL no se considera referente de nadie, pero reconoce que muchas veces ha sido guía de los compañeros jóvenes en la redacción. «Soy una curranta, como todas, que me he dejado la piel desde los 20 años en las redacciones aprender de los mejores y siendo permeable», dice la periodista. «Lo que sí he intentado transmitir lo que yo he aprendido. Muchas veces somos testigo de la primera vez que alguien hace una entrevista o un directo. Eres como una guía en el camino de mucha gente. Eso me enorgullece.

Ha conducido el programa Más vale tarde durante diez años. Un día dice "la vida es efímera, está para vivirla y exponerte a ella, a las emociones, los cambios..." y lo deja. ¿Hace falta valor? ¿Da miedo?
Hay que tener valor pero también oportunidad. La cadena me dio la oportunidad de cambiar después de muchos años, y valor por no tener miedo de dejar lo que tenías. Cuando uno tiene un tesoro y solo le saca brillo todos los días, lo mismo ese tesoro se desgasta. Últimamente sentía la necesidad de vivir otra vida, otras experiencias, de estar en contacto con otra gente. Me podía más eso que las ganas de hacer siempre lo mismo y que el propio miedo. Necesitaba cambiar. La aventura vence al miedo.

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