Multa de 3.000 euros por cortar una calle con una hormigonera en Pontevedra

Un particular alertó a la Policía Local cuando quiso acceder a su garaje y se encontró con un bloqueo que no había sido autorizado

Valla provisional indicando el paso prohibido a la circulación. ADP
photo_camera Valla provisional indicando el paso prohibido a la circulación. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Importante varapalo económico el que ha recibido una empresa por haber decidido, por su cuenta y riesgo, cortar el tráfico el jueves en una de las calles más céntricas de la ciudad para ubicar una hormigonera, con el consiguiente trastorno para los numerosos conductores que pretendían utilizar este vial y se vieron obligados a dar un rodeo.

Algunos ni siquiera pudieron completar el objetivo de acceder a sus garajes. Y fue uno de ellos el que avisó de la anomalía a la Policía Local. La patrulla desplazada al lugar comprobó que los operarios ni disponían de autorización para desviar el tráfico ni tan siquiera lo habían comunicado a la Jefatura. Por este motivo, y en vista de que tenía antecedentes por infracciones similares, se tramitó la oportuna sanción, que asciende a 3.000 euros sin posibilidad de reducción por pronto pago.

Y podría haber sido peor, porque el artículo 142 del Reglamento General de Circulación, en uno de sus apartados recoge que «instalar, retirar, trasladar, ocultar o modificar la señalización en una vía sin permiso y sin causa justificada» conlleva una penalización de 3.000 a 20.000 euros.

REINCIDENTE. Fuentes de la Policía Local explican que no es la primera ocasión en que una de las empresas que trabajan en la remodelación de la antigua sede de la Xunta, en Benito Corbal, comete este tipo de negligencias. Hace unos meses, con motivo de la colocación de la estructura del tejado, una grúa de gran tonelaje cortó al tráfico en varias ocasiones la calle Lepanto. Según estas fuentes, los primeros cortes se llevaron a cabo sin el preceptivo aviso previo a la Policía Local, que es el organismo que debe autorizar o denegar la medida, lo que le valió una reprimenda.

En las siguientes ocasiones, la empresa ya adoptó las precauciones exigidas en estas situaciones, como ubicar un operario junto a la valla de corte para permitir el acceso a los garajes.

Sin embargo, eso no ocurrió el pasado jueves por la mañana, cuando una hormigonera se detuvo en la calle Javier Puig para dar suministro al que será el nuevo edificio estrella de Benito Corbal. Los responsables de la obra decidieron que la mejor solución era colocar una valla prohibiendo el tráfico, sin tener en cuenta las serias consecuencias económicas que ese gesto les iba a reportar, puesto que la colocación o alteración de señales en la vía pública sin autorización está tipificado como falta muy grave.