La iglesia de San Bartolomé de Pontevedra se quedó este lunes pequeña para albergar a las decenas de personas que quisieron rendirle un último homenaje a Luisa Vázquez de Silva Lulú, que a sus 111 años era la abuela de Galicia y que falleció el pasado viernes.
Durante su matrimonio con Juan José Harguindey Salmonte no llegó a tener hijos, pero eso no le impidió convertirse en la matriarca de un ubérrimo clan formado por más de 300 familiares, entre primos, sobrinos, sobrinos nietos, sobrinos bisnietos y sobrinos tataranietos. Gran parte de ellos se dieron cita en la tarde del lunes en el templo pontevedrés, donde se ofició un funeral por el eterno descanso de Lulú.
La veterana mujer, la cuarta más longeva de España, había sido incinerada en privado.