¡Música, peregrino!

El albergue de Pontevedra acoge desde 2012 un piano, donado por la familia Fontoira, que pueden tocar los usuarios del establecimiento con conocimientos musicales

El piano de la familia Fontoira que desde hace siete años está en el Albergue de Peregrinos de Pontevedra. GONZALO GARCÍA
photo_camera El piano de la familia Fontoira que desde hace siete años está en el Albergue de Peregrinos de Pontevedra. GONZALO GARCÍA

"YO DIRÍA que este es un caso único. Apostaría a que no hay ningún otro albergue de peregrinos con un piano a disposición de sus usuarios", cuenta el presidente de la asociación Amigos do Camiño Portugués, Tino Lores. Se refiere al hecho de que, efectivamente, en el de Otero Pedrayo hay uno. Y a disposición de los peregrinos con conocimientos musicales que quieran usarlo.

El instrumento, colocado en la sala multiusos del albergue (que hace apenas unos días se convertía en colegio electoral y este mismo lunes servía para que un sacerdote atendiese a unos usuarios), llegó a este espacio hace algo menos de una década.

Unas italianas bautizaron el instrumento con el nombre de 'Roma'

"El piano estaba en el Chalé Fontoira y pertenecía a la familia que le da nombre". Lores se refiere a los descendientes del doctor Celestino Fontoira Peón, al que pertenecía el inmueble que desde 1990 está en manos del Concello y que actualmente acoge las dependencias de Servizos Sociais. Melómano reconocido (Fontoira fue presidente de la Sociedad Filarmónica de Pontevedra durante 25 años, entre otras cosas), fue una de sus nueras, hospitalera, la que decidió donar este piano de pared al albergue de peregrinos de Pontevedra.

"Lo cogimos, lo restauramos y lo colocamos en uno de los espacios del centro", sigue contando Tino Lores, que reconoce que se ha convertido en uno de los detalles que más llaman la atención de los peregrinos que llegan al albergue pontevedrés.

Fueron precisamente unos viajeros, en concreto dos italianas, las que estrenaron el instrumento en su nueva ubicación y las que lo bautizaron

Fueron precisamente unos viajeros, en concreto dos italianas, las que estrenaron el instrumento en su nueva ubicación y las que lo bautizaron. "Fue en el año 2012. Una placa que colocamos en el propio piano lo recuerda", explica Lores. "Eran dos peregrinas italianas, que cuando vieron el piano nos preguntaron si lo podían tocar. Le dijimos que acabábamos de rehabilitarlo, que estaba sin afinar... pero insistieron. Así que acabaron ofreciendo un pequeño recital".

Recuerda el presidente de Amigos do Camiño Portugués que esas mismas mujeres preguntaron si el piano tenía nombre. "Yo pensaba que se referían a la marca y se la dije. ¡Pero ellas lo que querían era bautizar al piano! Le pusieron Roma". Así aparece también en la placa conmemorativa. "Desde entonces lo han tocado docenas de peregrinos. Cuando alguien lo pide, está a su disposición".

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