Naciones Unidas mantiene a las Rías Baixas en el ojo del huracán

El informe mundial advierte de un espectacular crecimiento de las áreas de cultivo y de la producción de cocaína en la selva colombiana

PONTEVEDRA. La Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC), mantiene a Galicia como el lugar preferente para la entrada de grandes alijos de cocaína en el Viejo Continente. Así lo atestigua el más reciente informe sobre la materia, publicado hace apenas unos días y que incluye la ruta que pretendieron seguir los veleros interceptados la semana pasada como una de las más habituales para el contrabando internacional entre uno y otro lado del charco. El mismo informe revela, además, que la Brigada Central de Estupefacientes, con sus grupos Greco como punta de lanza, se ha consolidado como el freno fundamental para estas organizaciones que intentan abastecer de polvo blanco no solo a España sino también al resto de Europa.

Entre los datos más destacados del citado informe, que recibe aportaciones de los principales servicios de inteligencia a nivel global, sobresale el brutal incremento de producción de cocaína que se viene registrando en Colombia en los últimos tiempos. Unas 213.000 hectáreas de campos de cultivo sirven para preparar cerca de 1.500 toneladas cada año, lo que acarrea un excedente que obliga a las organizaciones sudamericanas a redoblar sus esfuerzos para dar salida a su mercancía.

La Brigada Central de Estupefacientes está sirviendo de freno ante la escalada de actividad de los narcos sudamericanos

Este nuevo escenario incluye la presencia de un gran grupo criminal, el clan del Golfo, considerado el más poderoso del mundo en la actualidad y con lazos históricos con narcotraficantes gallegos (sin ir más lejos, en el reciente juicio contra la red de O Mulo fueron procesados tres de sus supuestos integrantes). Sin embargo, la brutal producción ha hecho que otras personas se estén haciendo con buena parte del pastel, tanto en Colombia como en España.

213.000 hectáreas, la mitad de la superficie de la provincia de Pontevedra, están dedicadas al cultivo de cocaína en Colombia

Así, la Brigada Central sitúa entre sus nuevas amenazas a los grupos de narcotraficantes de procedencia magrebí y con pasaporte holandés afincados en el Norte de África y que, con el paso del tiempo, se han ido desplazando hacia la Península, dominando parte de los alijos que entran a través del puerto de Algeciras mediante contenedores.

También compiten con los colombianos grupos procedentes de los Balcanes (no hay más que ver a los detenidos en los dos veleros), que se dedican a adquirir las sustancias en España para venderlas aquí y en el resto de Europa, con el Reino Unido y Holanda como clientes preferentes.

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