"Nadie se ha fugado, está en Panamá atendiendo obligaciones empresariales"

Fuentes del entorno del anterior administrador de Nexia, Pablo Valiñas Monteagudo, afirman que su marcha no fue una huida forzada por los acreedores
Instalaciones que actualmente ocupa Nexia, fundada en 2014, en A Ermida, Marcón. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Instalaciones que actualmente ocupa Nexia, fundada en 2014, en A Ermida, Marcón. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

El traslado del anterior administrador de Nexia Infraestructuras, Pablo Valiñas Monteagudo, a Panamá no fue una huida, sino un viaje motivado por las empresas en las que participa al otro lado del Atlántico. Así lo aseguran fuentes del entorno del empresario, que este miércoles se dirigían a este periódico para advertir de que "nadie se ha fugado" y que Valiñas "está en Panamá atendiendo obligaciones empresariales". "Cualquiera puede comprobar que tiene empresas en ese país y que lleva varios años a caballo entre Galicia y Panamá. En el último año realizó seis viajes a ese destino y durante seis años fue su residencia permanente", añadieron las mismas fuentes.

Por otro lado, insisten en que el empresario ya no guarda relación con Nexia Infraestructuras, toda vez que ésta fue vendida el pasado 17 de enero.

Dicha información trasciende como réplica a las declaraciones vertidas por afectados, que sostienen que la marcha a tierras panameñas fue adelantada a causa de la presión ejercida por los acreedores, que han empezado a movilizarse para cobrar las facturas pendientes.

TRAYECTORIA. Nexia Infraestructuras fue fundada en mayo de 2014 por Pablo Valiñas Monteagudo, entonces administrador único. En la plantilla también figuraba como auxiliar administrativo su padre, José Luis Valiñas Barreiro, anterior responsable de Sercoysa, otra empresa constructora que acabó un año antes (2013) en concurso da causa de deudas por valor de 16 millones.

La firma fue vendida a una pequeña sociedad que, según fuentes consultadas, se dedica al alquiler de maquinaria y tiene sede social en Salvaterra do Miño. Valiñas presentó al nuevo responsable, Javier López, como el representante de una empresa solvente que pretendía dar continuidad a la actividad, pero las dudas no tardaron en surgir. Sobre todo cuando, según los trabajadores, anunció que contrataría una auditoría catalana para examinar el estado de las cuentas, a posteriori de la compra. Algunos afectados intuyen que la operación podría acabar con un concurso de acreedores.

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