Los narcos gallegos fijan su mirada en el Sur para incrementar sus beneficios

La Policía Nacional detecta que algunos comisionistas de las Rías Baixas 'bajan' a la Costa del Sol para comprar cocaína a 24.000 euros el kilo y revenderla por toda España

Paquetes de cocaína con el anagrama SE han sido detectados en Marbella, en Galicia y en Palma de Mallorca en las últimas semanas. La droga, con la firma de una gran organización liderada por ciudadanos holandeses de origen marroquí asentada en la Costa del Sol, procede de los grandes alijos que introduce en Europa el Clan del Golfo, el mayor cártel del mundo en la actualidad, a través de la corrompida dársena de Algeciras. Los encargados de mover esa mercancía son, según determinan las investigaciones de la Brigada Central de Estupefacientes, comisionistas gallegos, narcotraficantes de mediana escala que se aventuran a viajar al Sur de un modo muy similar al que hacen otros grupos en busca de hachís, pero para realizar una gestión nunca vista hasta el momento: la adquisición de polvo blanco a precios que rompen el mercado de las Rías Baixas.

La desarticulación de la organización criminal dirigida por Sito Miñanco y en la que supuestamente trabajaban, entre otros, los gallegos David Pérez Lago, Juan Antonio Fernández, Fernando Prado Rey o Ramiro Somoza, supuso un duro golpe para los cárteles colombianos que apostaban por la vía tradicional para la introducción de los alijos: pesqueros y planeadoras. Desde octubre de 2017, cuando la Policía apresó el carguero Thoran con 3,8 toneladas de cocaína que iban a a entrar en España por la ría de Arousa de la mano del capo cambadés, las autoridades no han logrado detectar ningún otro cargamento por este sistema. Sí se ha realizado al menos un gran operativo en origen, pero lo cierto es que los colombianos decidieron, desde entonces, apostar muy fuerte por los envíos ocultos en contenedores que, principalmente, fletaron en dirección a Algeciras.

La Guardia Civil decomisó 5,7 toneladas en diciembre de 2017 y la Policía incautó casi 9.000 kilos hace escasas semanas, el mayor decomiso de polvo blanco en un contenedor jamás visto en el Viejo Continente.

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Mientras, en Galicia, dos grandes organizaciones siguen teniendo cocaína de primera calidad. Sin embargo, la menor confianza de los colombianos, que investigan en estos momentos las causas de la caída de la ruta de Miñanco, ha hecho que los precios se hayan disparado, desde los 26.000 euros el kilo de hace seis meses a los 32.000 de la actualidad. La droga es buena, pero el precio es elevado. Ello ha hecho que algunos comisionistas de segunda fila, personas que se dedican a la distribución de mediana escala a nivel estatal, hayan puesto sus ojos en el Sur, trabando contactos con los citados grupos de origen marroquí y con intereses en los Países Bajos, que disponen de ingentes cantidades de cocaína. La droga es de peor calidad que la que entra directamente por las rías gallegas, pues ya ha sido adulterada por estos grupos. Además, los narcos se arriesgan a cerrar tratos con delincuentes mucho más peligrosos, los norteafricanos. Sin embargo, lo que se impone es la ley de la oferta y la demanda, y el viaje a Marbella, lugar en el que se asientan los proveedores, supone ganancias de unos 10.000 euros por cada kilo de cocaína.

El mejor ejemplo de ello se estaba produciendo en los últimos meses entre la Costa del Sol, Vilagarcía y las Islas Baleares, con el clan Salamanca y el capo Miguel Ángel Rial Casais como puntas de lanza.

El grupo presuntamente liderado por los hermanos José Carlos y Michael Tiago Gorjón, castellanoleoneses afincados en O Salnés, adquiría la mercancía en la Costa del Sol y la transportaba por carretera hasta Galicia, donde la vendía. El Greco de Pontevedra y la Brigada de Estupefacientes de Mallorca, que investigaron los hechos, consiguieron desarticular el citado clan Salamanca después de interceptar a la altura de Ourense siete kilos de cocaína en un vehículo que, procedente de Andalucía, se dirigía a Pontevedra.

Los gallegos que se aventuran a viajar a Marbella para adquirir polvo blanco obtienen unos 10.000 euros por cada kilo que logran vender

Al mismo tiempo, en Palma, lograron incautar un cargamento similar, también con el anagrama "SE", que había recorrido la península de Oeste a Este y, tras alcanzar el puerto de Denia, tenía como destino las Baleares. En las islas, la Brigada Central de Estupefacientes se encontró con un pez gordo del narcotráfico gallego: el isleño Miguel Ángel Rial Casais, conocido por su participación en un intento de introducción de 4.000 kilos de cocaína en un barco en el año 2007, por lo que fue condenado a diez años de prisión. Rial Casais tenía una empresa dedicada a la automoción al tiempo que vendía cocaína, según las autoridades, a un precio muy superior al que era adquirida en las inmediaciones de Marbella. Tanto los hermanos Tiago Gorjón como el isleño están en prisión provisional por este asunto, bautizado operación Yunque.

Mientras, en las Rías Baixas, los grandes narcotraficantes siguen a lo suyo. Aprovechando el ruido que se está generando en relación con el Campo de Gibraltar, trabajan para reponerse a marchas forzadas del duro golpe que supuso la caída de Sito Miñanco y de sus presuntos colaboradores, que trabajaban para varios grupos. Esta misma semana apareció una lancha quemada a orillas del río Ulla, una señal inequívoca de ello.

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