La división sindical volverá a ser protagonista en la jornada internacional del 1 de mayo que recorrerá el sábado las calles de Pontevedra en forma de manifestación. La crisis ocasionada por la pandemia no ha sido suficiente para coser la brecha que tienen abierta las fuerzas sindicales de la Boa Vila, que suman otro año más con diferencias internas y provoca un nuevo caos reivindicativo en la ciudad.
Pontevedra tendrá dos manifestaciones paralelas con el mismo objetivo: la lucha por la mejora laboral de los jornalistas. Por un lado, CIG tiene prevista una protesta que dará comienzo a las 11:30 en la Plaza de la Herrería y finalizará en torno a las 12:15 en la Plaza de la Peregrina. Al mismo tiempo, Comisiones Obreras realizará un homenaje frente al Hospital Provincial a todos los trabajadores del centro que durante más de un año han luchado en condiciones precarias contra la pandemia, exponiéndose a la enfermedad. Acto seguido, el sindicato laboral unido a UGT, iniciará una marcha reivindicativa a partir de las 12:00 horas que saldrá desde ese mismo punto hasta la Glorieta de Compostela.
De esta manera, los grupos sindicales vuelven a mostrar su falta de acuerdo por un bien común ante los ciudadanos y reparten sus fuerzas en un día de conmemoración internacional, algo que viene siendo una estampa habitual en los últimos años.
Después de que el año pasado no pudiese celebrarse la manifestación en las calles de la villa a causa de la pandemia, este año, todos los sindicatos regresan con un punto añadido a lo que ya se protestaba en años anteriores, que no es otro que las delicadas condiciones laborales que sufren muchos sectores y han quedado especialmente reflejados durante el periodo de pandemia. Así lo declaró este jueves Carlos Conde, secretario Comarcal de CIG, asegurando que "nadie puede negar como avanzó en estos dos años la precarización. La clase trabajadora cada vez estamos más precarizados, es algo que es evidente. Por eso, este primero de mayo como cualquier otro, saldremos a la calle, pero más que como una realidad en el mundo laboral, casi como una emergencia social".
El otro lado de la vertiente que ofrece motivo de reivindicación es la precarización del sector femenino. Después de que el 8 de marzo se haya convertido ya en el Día de la Mujer, promoviendo las manifestaciones que refuercen los derechos en todos los aspectos, se continuará la lucha en la calle después de que los números tras la pandemia dejen al descubierto las delicadas condiciones de la mujer en el ámbito laboral. De esta manera, la secretaria de Servicios de CIG, Diana Rodríguez, explicó este jueves que "creemos que estamos en un momento histórico para la clase trabajadora y que el único camino para un futuro digno como clase y como pueblo gallego tiene que ser la unidad , solidaridad y lucha obrera". El motivo principal este año recae en la pelea por reconocer esos empleos femeninos que durante la pandemia han salido a escena como los más esenciales. «Esos a los que la sociedad no dan valor: trabajadoras del hogar, limpieza, residencias o alimentación que vienen sufriendo en mayor medida una precariedad».
Por su parte, UGT y Comisiones Obreras se desplazarán bajo el lema Agora toca cumprir con el objetivo de aclamar al Gobierno la deuda que tiene con los trabajadores e intentar que "tenga en cuenta que estos trabajadores de los servicios esenciales han sido los que han mantenido la unidad en el país cuando estaba todo parado, arriesgando su vida" apunta José Ramón Piñeiro, presidente de Comisiones Obreras.
La pandemia ha dejado un punto de inflexión entre los trabajadores y sindicatos como motivo para reivindicar en la jornada del sábado, unido a los problemas que ya estaban instalados en la sociedad. "Por supuesto, también queremos que mejoren los salarios de los trabajadores, acabe con la precariedad laboral y, lógicamente, mejoren los servicios públicos. Hay que pasar del reconocimiento moral a un reconocimiento efectivo" señala Piñeiro.