Aunque la borrasca Fien amenazaba con llevar las cotas de nieve a lugares en donde es muy poco frecuente, su primer envite apenas dejó efectos diferentes con respecto a otros temporales de frío de años anteriores.
El estreno de los municipios del interior de Pontevedra con la nieve este año, de hecho, siguió un patrón muy similar al que se repite la mayor parte de las veces: los municipios de Deza, Tabeirós y Terra de Montes se vieron afectados en mayor medida, y en la comarca capitalina solo el de A Lama, en sus cotas habituales (por encima de los 800 metros) conservó la fina capa de nieve. Dozón, Agolada, Lalín, Rodeiro y Forcarei fueron los municipios más afectados por la nieve en el interior, aunque las incidencias que propició el temporal no se salieron de lo común.
La nieve no llegó a los núcleos urbanos y se acumuló en las zonas altas, alcanzando bastante grosor. En Forcarei, Emerxencias instó a los conductores a circular con precaución, al detectarse incidencias en la N-541 por las precipitaciones que se produjeron por la mañana. En los municipios con mayor acumulación de nieve, como Agolada, Dozón y Rodeiro, por la mañana no hubo transporte escolar, dado el estado de las carreteras, de modo que todos los colegios contaron con poco alumnado.
En A Lama, pese a que la nieve solo cuajó en la zona de Xesta-Pigarzos (Serra do Suído) y en los montes de Pelete a Barcia de Seixo (Serra do Candán y Monte do Seixo), también hubo absentismo por culpa de la mala situación meteorológica. En total, faltaron más de 20 niños y niñas al centro escolar de este municipio.
En términos generales, Pontevedra fue la provincia menos afectada por la presencia de nieve, registrando solo 63 incidencias en la jornada de este miércoles, según el resumen diario del 112, en el que se constató una elevada cifra de avisos en toda Galicia (285 incidencias) de los que cerca de la mitad (un total de 111) tenían que ver con la nieve.
Los sensores del embalse indicaban que estaba entrando un caudal de 197,55 metros por segundo (el umbral de alerta es de 180 metros cúbicos por segundo) y el caudal de salida era de 81 metros cúbicos por segundo. Esto supuso un riesgo de desbordamiento por el aliviadero, y, como tal, se activó el aviso.
La vigilancia se despliega para proceder a cortar viales, si se detectan crecidas repentinas, e incluso desalojar barrios próximos al río, como Comboa, Aranza o Candán. Los propios efectivos indicaron que, al final, la situación se moderó, y no fue necesario adoptar ninguna medida adicional.