La nueva movida pontevedresa

Los conciertos en directo, las terrazas en el casco histórico y pequeños pubs de cócteles toman el relevo de la noche pontevedresa

Concierto en La Gramola. RAFA FARIÑA
photo_camera Concierto en La Gramola. RAFA FARIÑA

Salir para tomar el vermú al son de un concierto. Pasar una tarde de domingo en una terraza tomando unas copas. Tapear algo por el centro y terminar la noche en un pub con carta de cócteles. La forma de divertirse de los pontevedreses ha cambiado. Ya no les importa tanto bailar y prefieren disfrutar del aire libre.

En el auge de las terrazas tuvo mucho que ver la ley que en 2011 restringía el consumo de tabaco en el interior de los locales. Los bares desplegaron sus mesas en el exterior, se armaron de estufas de gas y hasta repartieron mantas por las mesas. El objetivo, que sentarse a la intemperie para disfrutar de unas copas fuese lo más cómodo posible. Esto unido a la peatonalización del centro de la ciudad ha provocado que la movida pontevedresa se haya trasladado al centro histórico y, en concreto, a sus calles. Sobre este punto tienen también sus quejas los vecinos del casco antiguo, que protestan por los ruidos que provocan las personas que hacen la fiesta en la calle.

De este cambio de tendencia se dio cuenta Marta González, propietaria del pub de la Praza de Méndez Núñez La Gramola (antes El Universo). Cogió las riendas del local en el que trabajaba hace cinco años y ya entonces la clientela se estaba orientando hacia otro tipo de planes de ocio. "Se sale más de tarde, la fiesta empieza en la sobremesa y lo que más le gusta a la gente son las terrazas", cuenta comparándolo con la época en la que se salía de casa a medianoche para ir a un pub y luego a las discotecas. Es así como se alarga la cena o el tapeo de tarde hasta la noche. La música en directo y al aire libre durante el verano sirve para acompañar durante el terraceo, que se prolonga hasta la madrugada recortando el tiempo de negocio de las discotecas.

Terraza en la Praza de Méndez Ñúñez. DAVID FREIRE (ADP)

Lo corrobora José Malleiro, que además de ser titular de la Discoteca Daniel es copropietario del pub Bazaar, en la Praza do Teucro. "Es diferente el tipo de público que viene a un local y a otro, en Bazaar, por ejemplo, tiene tirón la sesión de música en directo de los viernes por la noche", explica.

Las plazas y calles próximas a Méndez Núñez y la Praza do Teucro concentran buena parte del ambiente de la noche (y del día) en la ciudad. "Durante el invierno siempre hay un bajón, pero el resto del año funcionamos muy bien", explica.

Hasta las tres de la mañana hay ambiente. Luego muchos se van para casa. "De hecho, los domingos por la tarde también hay ambiente", señala González, que recuerda que hay muchas familias que se acercan con los niños a pasar la tarde. "Por la noche no pueden salir y aprovechan mientras pueden traer a los pequeños para tomarse unas copas".

Otro de los factores que señala la propietaria de La Gramola como determinante para que cambiase la forma de salir de los pontevedreses es que los últimos años no han sido excesivamente lluviosos.

La Gramola, tanto actualmente como en la época anterior, abre todos los días de la semana excepto los lunes, pero el ambiente de verdad empieza los jueves y el día de más actividad sigue siendo los sábados, aunque la fiebre haya bajado un poquito.

Concierto en La Gramola. RAFA FARIÑA (2)

Jóvenes. Se acabaron a las juergas universitarias
Mención aparte merece la movida universitaria. ¿Dónde está? Pocos lo saben, pero lo cierto es que en los últimos años los estudiantes ya no son rentables para muchos de los pubs de la ciudad. Muchos de los locales han optado por cerrar los jueves. Sus locales no se llenaban en el día de fiesta de los universitarios.

"Ha decaído muchísimo, son locales contados los que tienen este tipo de público", indican los hosteleros. La falta de recursos agudiza el ingenio y los jóvenes prefieren tomar unas copas en casa en vez de pagarlas más caras en los locales.