Curiosamente, esta situación cobró protagonismo la semana pasada. Firmas como H&M o Mango, que adelantaron las rebajas al día 2 de enero, se vieron obligados a cerrar sus puertas en esa jornada incluso en varias ocasiones para evitar que se superara el número de clientes permitido dentro de la instalación.
Otros vivieron esa mayor afluencia el 28 de diciembre, como es el caso de la zapatería Krack. Las firmas que comenzaron antes las rebajas, coincidiendo además con el habitual aumento de las compras que se produce en las fechas navideñas y antes de Reyes, tuvieron más problemas para lidiar con el aforo por aquel entonces que en el día de ayer. Además, muchos de los clientes se acercaron a realizar cambios y devoluciones.
Zara y otras franquicias de Inditex mantuvieron la fecha habitual del 7 de enero para dar el pistoletazo de salida a las rebajas. No hubo mucha diferencia con días anteriores. En la tienda de Zara en Pontevedra el límite de personas dentro al mismo tiempo está fijado en 200 y no se llegó a alcanzar, algo que sí sucedió en alguna ocasión durante las Navidades.
"No son unas rebajas como las anteriores", comenta una vendedora. No solo se refiere a la menor afluencia de personas por las consecuencias sanitarias o económicas que provocó la pandemia, también porque se estaba produciendo una tendencia a la baja debido a las ventas online, que siguen cobrando fuerza y aumentando desde hace tiempo, sobre todo durante el confinamiento y luego con las restricciones de movimiento impuestas por las autoridades sanitarias.
También señalan los vendedores que en esta ocasión las prendas con mayor demanda son las que suelen utilizarse en casa o en salidas para pasear o ir a la compra. Pijamas, batas y prendas de abrigo para llevar con un chándal son las más solicitadas. Estamos ante unas rebajas atípicas, pero no solo por el covid. El cliente ha cambiado su forma de comprar y las firmas ya no siguen los patrones de antaño. Las rebajas tampoco volverán a ser lo que eran.