Las obras regresan al exterior del complejo deportivo de Campolongo. Y lo hacen con el objetivo de culminar el traslado y el retranqueo de la línea de media-alta tensión en los accesos al centro que alberga las únicas piscinas públicas de Pontevedra.
Responsables de Fenosa confirmaron este viernes que se ha contratado los servicios de otra empresa, Elecnor, para reubicar la instalación eléctrica. La misma firma se ocupará también del retranqueado de la zona, aunque esta obra la pagará la concesionaria del centro deportivo del Concello: Serviocio.
Los trabajos en la red fueron aprobados formalmente el pasado 27 de octubre por la Xunta, a través de la publicación de la obligatoria autorización en el Boletín Oficial de la Provincia. La obra, aún sin rematar, se produce después de la reapertura de las piscinas el pasado 1 de noviembre.
La actuación no será la última que se realice en la entrada del complejo deportivo de Campolongo, que deberá completar la urbanización de los espacios más próximos a su fachada. En la actualidad, una valla acordona toda esta zona, que muchos usuarios utilizan para aparcar sus bicicletas.
La inauguración del centro municipal, que se ha reconstruido casi desde cero, ha sido un éxito. El número de usuarios sigue creciendo debido a la modernización y refuerzo de sus servicios.
PULIENDO DETALLES
Serviocio, que es la adjudicataria de la instalación, sigue puliendo detalles para la misma funcione a pleno rendimiento y sin ningún tipo de incidencias. El centro cuenta con más trabajadores que durante la anterior etapa. De los 42 que había antes de la reforma, que duró siete meses, uno más de lo previsto, cuenta con una plantilla de 48 profesionales. Muchos de ellos han mejorado sus condiciones laborales y salariales.
El renovado complejo de Campolongo, cuyas obras han rozado los cinco millones de euros, se divide en varias áreas. La parte de abajo del edificio, más orientado a las familias, cuenta con ludoteca, aula infantil, vestuarios con accesos a las piscinas y una gran sala de 'fitness'.
El sótano está dedicado al área de salud, con espacio para las dos cabinas de los fisioterapeutas, salas para el dietista y los asesores deportivos, un espacio de entrenamiento individualizado, una sala de 50 metros cuadrados para grupos terapéuticos y tres más de cien metros para pilates y yoga.
La primera planta acoge dos grandes salas: una de 'spinning' de 115 metros cuadrados (con el doble de bicicletas que hasta ahora, al pasar de 20 a 40) y otra para actividades coreográficas como zumba, danza o aeróbic.
