Las nuevas restricciones desinflan la feria y restan clientela al Mercado

La Asociación Galega de Ambulantes Autónomos critica la confusión del cierre perimetral de la Xunta. "Non pagou a pena montar", aseguran ► La cancelación de pedidos por parte de la restauración marcó la primera jornada de las limitaciones en Pontevedra en la Praza de Abastos
La zona central del gastroespacio, totalmente vacía de clientes. DP
photo_camera La zona central del gastroespacio, totalmente vacía de clientes. DP

Ambiente en la feria de Rafael Areses. RAFA FARIÑAEl cierre perimetral decretado este viernes por la Xunta en Pontevedra, Poio y Marín ha asestado un duro golpe en la economía local. Las nuevas restricciones asociadas al repunte de contagios de coronavirus han desinflado la feria ambulante de Rafael Areses y han restado clientela al Mercado de Abastos en una jornada, la antesala del Día de Difuntos, que solía ser propicia para la iniciativa privada.

La Asociación Galega de Ambulantes Autónomos critica la confusión que han generado las nuevas directrices del Sergas, que fueron anunciadas a mediodía y que entraron en vigor a partir de las tres de la tarde del viernes. Su presidente, Marga González, mostró el cabreo de todo el sector por unas medidas que "pillaron a todo o mundo desprevenido". 

Hay clientes que han empezado a llevar mercancía para Navidad, pero echamos en falta a gente de los alrededores

"A nós deixáronnos saír dos nosos concellos porque somos autónomos, pero a xente non veu polas restricións ou por medo", comenta Pilar Ozores, que tiene un puesto de venta de ropa interior en el mercadillo de A Xunqueira, en el que instalaron sus stands 42 de los 56 vendedores censados. "Houbo menos postos", asegura el sector.

Clientes en la Plaza de Abastos pontevedresa. RAFA FARIÑAOzores, que es de Vilanova de Arousa, asegura que las limitaciones de movimiento de los vecinos de la comarca ha perjudicado a la feria. Y todo ello a pesar de que en Pontevedra no hay restricciones en este mercado porque el Concello ha sorteado las restricciones de la Xunta ampliando el espacio para los vendedores para garantizar las medidas sanitarias contra la covid-19.

El sector reclama a la Dirección Xeral de Comercio que modifique la reducción del aforo al no entender por qué su actividad solo puede funcionar al 50% y el de las terrazas al 75%. "Aquí en Pontevedra non temos problemas porque o Concello fixo o seu traballo. Pero noutros lugares si. E os gastos son os mesmos a pesares de estar ó aire libre, con menos probabilidades de contaxio. Agardemos que a Xunta cambie de postura", reivindica el colectivo.

A nós deixáronnos saír dos nosos concellos porque somos autónomos, pero a xente non veu polas restricións ou por medo

"As restricións son malas para todos. A situación é fodida. Se compensa? Hai que aguantar. Non podemos abandonar", comenta José Ramón Furelos, de Pulpería Rey, que cada 15 días viene desde A Estrada a Pontevedra a montar su puesto en el Parque de Rosalía de Castro, frente al Recinto Feiral.

Clientes en la Plaza de Abastos de Pontevedra. RAFA FARIÑAPARA NAVIDAD. La cancelación de pedidos por parte de la restauración marcó la primera jornada de las limitaciones impuestas en Pontevedra, Poio y Marín en la Praza de Abastos, que al mediodía de este sábado estaba llena. "Hai xente, pero como moitos fins de semana. Vendemos algo, pero non foi unha loucura", asegura Pilar Boga, de A Pementeira, un puesto dedicado a la venta de frutas y verduras. "Moita clientela é fixa", aclara.

Manoli Domínguez, que tiene un puesto de pescado y de marisco, afirma que han perdido clientela porque compradores de municipios de la comarca, como Ponte Caldelas o Cotobade, que no pueden entrar en la capital por el cierre perimetral. "Hay clientes que han empezado a llevar mercancía para Navidad, pero echamos en falta a gente de los alrededores de la ciudad", apunta.