Nuevo decreto educativo: ¿aprueba o suspende?

Seis docentes pontevedreses 'evalúan' la norma que suprime los exámenes de recuperación en la ESO y que deja en manos del profesorado la decisión de si un alumno pasa o no de nivel, convirtiendo en una medida "excepcional" la repetición de curso, aunque el estudiante tenga asignaturas suspensas. Pese a que las opiniones difieren, todos coinciden en la necesidad de bajar la ratio de alumnos por aula 
Una profesora dando clase en un instituto gallego. EFE
photo_camera Una profesora dando clase en un instituto. EFE

El Gobierno aprobó el pasado 16 de noviembre el Real Decreto 984/2021, por el que se regulan los nuevos criterios de evaluación, promoción y titulación para la Educación Primaria, Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional, y las espadas vuelven a estar en alto.

La norma, que entrará en vigor este mismo curso 2021-2022, permitirá que los alumnos de 2º de Bachillerato obtengan el título con una asignatura suspensa, contempla la repetición de curso como algo excepcional y elimina las pruebas de recuperación de junio y/o septiembre en Secundaria.

El objetivo de estos cambios es, según el Ministerio de Educación y Formación Profesional, adaptarse a los estándares europeos y avanzar en el camino hacia un sistema de evaluación más individualizado y personalizado, concediendo a los docentes "la voz principal" y priorizando -por encima de los suspensos o aprobados- el progreso del alumno y la consecución de las competencias exigidas para cada curso.

Sin embargo, para las comunidades autónomas de Galicia, Madrid, Andalucía, Castilla y León y Murcia los nuevos criterios "rebajan la exigencia" y "desconciertan a los docentes".

En el caso de Galicia, la Consellería de Educación e Universidade decidió finalmente aplicar en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) los mismos criterios de promoción fijados por el Real Decreto para la etapa de bachillerato.

De este modo, los alumnos tendrán que obtener una calificación media de 5 o superior en su expediente para pasar de curso y tener superada esta etapa. La Xunta resuelve con esta fórmula el rompecabezas generado por el cambio de normas fijado por el ministerio al eliminar en medio del curso los exámenes de recuperación y promover e paso de curso con suspensos.

"Perjudica a los buenos alumnos o los que estudian de manera muy constante. Es muy desmotivante"

El titular del departamento autonómico, Román Rodríguez, trasladó esta decisión en el marco de la conferencia sectorial de Educación, celebrada este jueves y en la que se abordó tanto la supresión de los exámenes extraordinarios de Secundaria este mismo curso como los currículos de Primaria y de ESO, entre otras cuestiones.

También el sindicato de enseñanza ANPE manifestó su rechazo a los cambios promovidos por el departamento que dirige Pilar Alegría. Así, a través de un comunicado criticó que el Real Decreto "deja a los docentes en una situación de inseguridad jurídica en la toma de decisiones sobre la promoción y titulación del alumnado".

Además, ANPE mantiene su absoluto desacuerdo con que se obtenga un título, como es el de Secundaria o Bachillerato, con alguna asignatura suspensa. "Esta medida, envía un mensaje contrario a la cultura del esfuerzo, del rigor, y del mérito en el que la ausencia de incentivos para lograr la excelencia académica resulta desmotivadora para el profesorado y el alumnado", sostiene.

¿Qué opinan los docentes pontevedreses? Seis profesores que ejercen su profesión en los institutos de la Boa Vila ‘evalúan’ en estas páginas, a título personal, las nuevas reglas educativas.

Cultura del esfuerzo. "No se está valorando para nada la cultura del esfuerzo porque al final aprueban prácticamente todos", afirma Mónica Castells, docente de Secundaria con 18 años de experiencia.

"El esfuerzo no se premia ni se ayuda a la gente que se esfuerza. El nivel va a bajar todavía más" 

"Los exámenes extraordinarios tenían una función: recuperar a esos alumnos que no habían estudiado. Si ahora se eliminan, tienes que bajar el nivel para facilitar que el alumnado pase de curso porque si no suspenderían muchísimos y repetirían muchísimos y ya pone que la repetición será excepcional. ¿A quién perjudica? A los buenos alumnos o a los que estudian de manera constante. Es muy desmotivante y contraproducente", señala la docente.

"La recuperación en septiembre tenía su sentido porque el que no había trabajado durante el curso a lo mejor en verano sí recuperaba -subraya-. El pasarlos a finales de junio y que tuviesen dos semanas era un absurdo. No tenía sentido. Ahora directamente los sacan", lamenta.

VER MÁS: Los exámenes de recuperación en junio y septiembre desaparecen en Eso

Respecto a la repetición de curso, Castells considera que es "una medida que en algunos casos sí funciona, en otros no". "Si tuviésemos una ratio menor se atendería mejor a todo el alumnado. Con 30 alumnos en clase, el que es autónomo, tiene en su casa un respaldo y estudia, va bien, pero el que necesita la atención individualizada porque le cuesta es muy complicado, y esos son los que repiten y no sirve de nada tampoco porque necesitan una atención que con 30 en clase no se puede dar. Lo fundamental es reducir la ratio", argumenta la profesora.

"Yo lo veo fatal. Es nefasto", asegura otra docente que lleva 25 años en las aulas y prefiere omitir su nombre. "Si los niños no trabajan nada en el momento que sepan que no va a haber exámenes todavía van a hacer menos", indica esta profesora con respecto a la eliminación de los exámenes de recuperación.

"En mi opinión, el esfuerzo no se premia ni se ayuda a la gente que se esfuerza. El nivel se va a bajar todavía más y está ya por los suelos. La gente está promocionando, no está pasando aprobada. La enseñanza cada vez está peor. No interesan los conocimientos, a los alumnos, y a los padres también, lo que les importa es pasar de curso", sentencia.

"É incentivar aos que non fan nada durante todo o curso e desmotivar aos que si o fan" 

En cuanto a la repetición de curso, considera que "para muchos niños repetir es necesario y tampoco pasa nada" y, al igual que Mónica Castells, apela a la necesidad de bajar la ratio de alumnos por aula. "No puedes trabajar con 25 personas cuando tienen niveles muy distintos. También viene mucho fallo de casa. No se da importancia al estudio. Porque el colegio enseña pero la casa tiene que educar y eso falla mucho últimamente", apunta la profesora.

Comparte muchas de sus opiniones Mónica Garrido, con tres años de experiencia docente. "Eu considero que non vai dar moi bo resultado quitar as probas extraordinarias porque estaslles dicindo aos alumnos que dá igual o esforzo que fagan. Ao final, os alumnos que se esforzan ao longo de todo o curso e merecen aprobar verán que alumnos que non fixeron nada ou fixeron moito menos acaban pasando o mesmo. Non é que os exames de setembro acaben sendo a panacea, porque normalmente a taxa de aprobados en setembro tamén tende a ser baixiña, pero sempre hai algún caso que se pode acabar salvando. Entón é incentivar aos que non fan nada durante todo o curso e desmotivar aos que si o fan".

"Al quitar la recuperación eliminas la discriminación que suponía para los que no podían pagarse clases particulares"

"Cada vez baixamos máis os contidos para adaptarnos ao que van dando os rapaces. É a pescadilla que se morde a cola: os rapaces cada vez queren dar menos, nós esixímoslles menos para que cheguen e retroaliméntase o sistema", añade Garrido.

Para Ángel Carballo, docente desde hace diez años, el nuevo decreto tiene pros y contras. Al quitar los exámenes de recuperación "eliminas la discriminación que suponía para el alumnado que no podía pagarse clases particulares".

En cuanto a los contras, "la gente que tenía su tiempo para recuperarse ahora no lo tiene". Carballo pone el foco en la necesidad de buscar "nuevas metodologías" y, como sus colegas, insiste en que "lo que no funciona es el sistema actual masificado".

"Hay que invertir en educación. No todos los alumnos son iguales: hay alumnos que no necesitan ningún apoyo y otros que necesitan mucho. Yo soy partidario de hacer otra serie de medidas", recalca.

Nuevos tiempos. Tras 34 años en las aulas, Jesús Portela habla con la autoridad que le da haber sido testigo de muchas "revoluciones" en el sistema educativo. Con respecto a los últimos cambios, los enmarca en los "nuevos tiempos" que se están viviendo.

"Se está transformando la sociedad y tenemos que adaptarnos"

"Se está transformando la sociedad y tendremos que adaptarnos. Un sistema educativo moderno no es aquel que sea rígido y no evolucione. Desde el punto de vista de la evaluación del alumnado, se está pasando de una evaluación estrictamente de contenidos, que es lo que hemos hecho hasta hace muy poquito, a un enfoque más competencial. Creo que esto es un paso más para alcanzar ese proceso que se lleva buscando desde hace unos años", explica.

No obstante, Portela reconoce que "las condiciones no son las idóneas para poder conseguir una evaluación correcta utilizando esa metodología" y, como sus compañeros, se queja de la "saturación" de las aulas.

"Con 30 alumnos es imposible evaluar tal y como se nos propone. No digo que lo que se nos propone sea malo, sino que lo que se nos propone en esas condiciones es muy difícil", aclara.

En lo que respecta a la supresión de los exámenes de recuperación, considera que tenían sentido en septiembre, pero "un mes después no creo que haya el tiempo suficiente por la edad que tienen para conseguir alcanzar los objetivos del curso. Entonces quizás lo adecuado sea suprimirlos".

Asimismo, niega que se "devalúe la cultura del esfuerzo". "No creo que porque se suprima una convocatoria extraordinaria haya que aprobar a nadie que no lo merezca en junio", afirma.

Samuel Saeta, que dio sus primeros pasos en la docencia a los 15 años y desde hace 21 es funcionario, considera que las últimas decisiones "hay que tomarlas en un contexto que ya dura mucho de cambios continuos y de no aceptación de una ley, la LOGSE (1990), que estaba bastante bien hecha y que, precisamente, estas medidas recuperan".

"Estas medidas recuperan la LOGSE, una ley que promovía otro tipo de enseñanza y que no se entendió"

"La LOGSE antes de ser entendida fue rechazada -sostiene Samuel Saeta-. Era una ley difícil de entender: ¿por qué los alumnos promocionaban y por qué no había exámenes de septiembre? Producía otro tipo de enseñanza, otra manera de enseñar que remitía a Giner de los Ríos, creador de la Institución Libre de Enseñanza a principios del siglo XX. Una pedagogía que ha sido alabada en el mundo entero y seguida por los países que ahora tienen tanto éxito y que, sin embargo, en nuestro país venimos rechazando desde hace décadas. Era una ley con principios democráticos y con principios pedagógicos interesantes, pero difícil y, como siempre, fue rechazada por los sectores más conservadores. Yo creo que hace falta entender bien la LOGSE y darse cuenta de que está cobrando demasiado relieve la cuestión de la evaluación y de la calificación, cuando se desatienden otros principios más importantes como es la metodología, la evaluación y la enseñanza individualizada".

"La mentalidad de gran parte del profesorado sigue siendo previa a la LOGSE, sigue centrándose en los contenidos -lamenta Saeta-. La LOGSE introducía un currículo poliédrico. Es la típica discusión de si baja o no baja el nivel cuando es mucho más profundo que todo eso. Creo que precisamente lo que no se entendió en la LOGSE es que lo que había que medir no era, como en el modelo fascista, la mera reproducción de los contenidos, sino las capacidades del alumnado. La LOGSE también daba un protagonismo al profesorado y suponía una revitalización de la libre cátedra y eso tampoco se entendió. Hay gente que prefiere obedecer, seguir evaluando y poner sus notas. A mí me parece que hay que implicarse un poco más por parte del profesorado también", concluye.

Así opinan las familias 
Roxelio Carballo, presidente de la Federación de ANPA de centros públicos de la provincia de Pontevedra (FANPA), cree que este "no es el momento para hacer una modificación de ese tipo".

"Estamos discutiendo sobre el cómo y no sobre el qué. Estamos discutiendo sobre cómo se evalúa, cómo se promociona y no sobre si las competencias que reciben nuestros hijos son las adecuadas para el siglo XXI".

"Aquí alguien ha confundido los términos -subraya-. Nosotros lo que defendemos es que la legislación educativa haga su trabajo, que consiga que todo el alumnado llegue al final de la etapa habiendo alcanzado las competencias y los conocimientos necesarios que se definen en el currículo escolar para esa etapa. Lo que no hemos pedido es que todos los alumnos aprueben por decreto. Son dos cosas muy distintas: en una tienes que poner los medios y en la otra simplemente los apruebas por decreto. Nosotros tenemos muchísimas dudas porque se deja en manos de la junta de profesores la evaluación del alumnado y las diferencias de criterio ya se vieron en el estado de alarma inicial".

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