Un nuevo episodio de toxinas paraliza desde este miércoles el marisqueo en el fondo de la ría de Pontevedra. El cierre cautelar pilló por sorpresa a muchos trabajadores. Los de a pie se enteraron de la noticia poco antes de empezar la jornada laboral y los de a flote ya estaban en faena cuando fueron advertidos de la alerta del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar). De hecho, estos últimos, que son los que capturan bivalvos desde las embarcaciones, tuvieron que devolver la mercancía al mar.
El parón extractivo ordenado por el Intecmar, organismo dependiente de la Xunta, es el primero al que se enfrentan las tres cofradías en lo que va de 2021. Esta situación de inactividad se produce además tras el bajón de los precios de la subasta de almejas después de la Semana Santa.
Se ha convertido en el quinto cierre por toxinas en las playas del fondo de la ría desde el inicio de la pandemia del coronavirus. La incidencia de la covid obligó a paralizar la actividad durante casi toda la pasada primavera. En 2020 se contabilizaron cuatro episodios de este tipo, que impidieron la extracción de bivalvos en los arenales durante 85 días, la cifra más alta desde 2016, cuando se alcanzaron las 111 jornadas de paro por episodios de lipofílicas.
Los planes de contingencia del virus han obligado a cambiar las formas de trabajar en el sector, que debe usar mascarilla y guardar distancia de seguridad durante el desarrollo de su actividad. La suspensión del marisqueo mantendrá sin trabajo a 438 mariscadores a pie de playa y a los más de un centenar que realizan la misma tarea subidos a sus embarcaciones.
Más carnés para 2021
La Consellería do Mar lanzará este año nuevas convocatorias para dar 28 nuevos permisos de marisqueo. De ellos, 25 le corresponderán a la cofradía de San Telmo de Pontevedra y cinco al pósito de San Andrés de Lourizán.