O Mulo se define como transportista pero niega ser el capo que lo manejaba todo

José Antonio Búa y Luis Fajardo le señalaron como "el que daba las órdenes", lo que provocó que el principal acusado pidiese la palabra
Dos de los acusados, en la Audiencia Provincial de Pontevedra
photo_camera Dos de los acusados, en la Audiencia Provincial de Pontevedra

Rafael Bugallo Piñeiro no debía ser el protagonista de la cuarta sesión del juicio por el alijo de casi cuatro toneladas de cocaína que su organización intentó introducir en las Rías Baixas en agosto de 2008. Sin embargo, O Mulo no pudo evitar salir a la palestra tras escuchar la declaración de dos de sus (presuntamente) principales colaboradores, José Antonio Búa Padín y Luis Fajardo, que le señalaron como "el que daba las órdenes", para exponer que su papel era el de transportista, pero no el del capo que lo manejaba todo en la operación. Bugallo Piñeiro señaló a los dos citados como las personas que adquirieron los motores para la lancha rápida (que apareció varada y en llamas en la playa de A Lanzada). En su testimonio del día anterior (y en el famoso manuscrito autoinculpatorio) afirmó que era José Luis Orbaiz, y no él, quien trataba directamente con los colombianos.

También declaró ayer Fernando Prado, primo del mismísimo Sito Miñanco, que reconoció parcialmente los hechos que se le atribuyen, aunque indicó que no buscó a nadie para acompañarle en la embarcación (era el piloto), sino que iba a emprender el viaje en solitario.

José Luis Devesa, patrón del Ratonero (el buque que aportó el combustible en altamar), confesó que era consciente de su participación en los hechos, aunque indicó que a día de hoy aún no ha cobrado por su trabajo.

Cinco de los procesados negaron cualquier implicación en los hechos que son objeto de juicio, aunque el fiscal Antidroga, Pablo Varela, dispone de pruebas que les incriminan.

La vista oral continuará en este viernes con el testimonio de las fuerzas de seguridad.

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