"El objetivo es actuar en la mejora de la vida de las personas"

Dirige una red formada por 4.000 urbanistas y 60 líderes de pequeñas y medianas ciudades de Europa. Ramón Marrades (Valencia, 1986) es economista urbano y está al frente de la fundación Placemaking Europe, que se ha fijado en Pontevedra para organizar este año su cuarto congreso anual.
Ramón Marrades, en la Fonte dos Nenos. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Ramón Marrades, en la Fonte dos Nenos. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

¿Qué es un economista urbano?
Es alguien que utiliza las herramientas de la economía para gestionar y mejorar las ciudades. Yo soy un urbanista que he estudiado Economía.

La Placemaking Week se celebrará el 27 al 30 de septiembre. ¿Por qué se eligió Pontevedra?
La Placemaking Week es la conferencia estrella del movimiento Placemaking en Europa. Es algo muy parecido a lo que lleva haciendo Pontevedra desde hace años: entender la ciudad desde el punto de vista de las personas y trabajar alrededor al derecho a la ciudad y al derecho público. El primer congreso se hizo en Ámsterdam; luego vinieron Estocolmo, Valencia y Barcelona. A partir de ahí empezamos a buscar dónde hacer el siguiente. Teníamos dos requisitos: encontrar un lugar que nos permitiese aprender y un lugar que estuviese dispuesto a escuchar. Así llegamos a Pontevedra. La Placemaking Week no es una conferencia comercial. Las personas no vienen a vender sus productos. Vienen a compartir.

¿Les han escuchado las administraciones allá donde han celebrado sus congresos?
Yo diría que sí. En Ámsterdam, nuestro congreso sirvió para impulsar un espacio de pensamiento urbano. Y Ámsterdam es pionera ahora en pensamiento urbano y en economía circular en su estrategia 2030. En Estocolmo la discusión giró en torno a la inclusión. Se desarrolló en un espacio industrial en reconversión, que luego se convirtió en espacio de viviendas y para actividades culturales. En Valencia se hizo en La Marina, el puerto viejo de la ciudad, que también se estaba transformando en un espacio público. La idea es que queden cosas. No es casualidad que vengamos a Pontevedra el día en el que se abre la iglesia de Santa Clara. Porque eso es Placemaking: pensar cómo recuperar y reutilizar infraestructuras que parecían hechas para otra cosa y darle usos comunitarios.

¿Qué asuntos se discutirán en el congreso de septiembre?
Sin duda trataremos la relación entre el espacio público y la salud, la ciudad para los niños y la inclusión, pero también la actividad inmobiliaria y el desarrollo económico. Nos interesan mucho los frentes marítimos y los frentes de ría, así como el rol del espacio público en la recuperación después de la covid. Ahora estamos discutiendo los fondos Next Generation y debemos pensar un poco más allá de respuestas ligadas a las infraestructuras. ¿Qué van a ser los Next Generation? ¿Solo construir paneles solares y plantas de biofuel? Eso está bien. Pero, ¿cuál es el rol de las personas y del espacio público? ¿Y el papel de la cultura en esta recuperación?

El Concello ha señalado al barrio de Monte Porreiro, que precisa ser rehabilitado, y a la recuperación de los terrenos que ahora ocupa Ence en Lourizán como posibles objetos de estudio y debate.
No conozco los dos desafíos. Pero conozco las dos problemáticas. Y son cuestiones importantes que van a decidir el futuro de la ciudad en los próximos años. Tanto si las tratamos directamente o no, la gente estará encantada de conocer estas realidades y discutirlas.

Pontevedra va a reducir los tráficos de paso y de agitación en toda la ciudad antes de 2023, tal y como marca la Ley del Cambio Climático. ¿Cómo lo ve?
El objetivo del Placemaking es actuar en la mejora de la vida de las personas. No se trata solo de que respiremos mejor aire, que también, sino aprovechar estos cambios para introducir soluciones verdes, suelos que filtren el agua, suelos resistentes, espacios de calidad, equipamientos, etcétera.

¿Qué le diría a las personas, partidos o instituciones que ven las restricciones de tráfico como una amenaza?
Lo veo como algo obsoleto. Un profesor mío decía que lo más evidente es lo más cansado de explicar. Me gustaría no estar teniendo este debate hoy en día, porque es una cuestión de sentido común. Pero es verdad que es importante tenerlo. Por ejemplo, si todos los coches fuesen eléctricos, el problema de distribución del uso del espacio público seguiría existiendo aunque respirásemos mejor aire. Lo importante es entender la intersección entre la movilidad, la salud, la cuestión climática y el espacio público. Les diría que viajaran, que abrieran la mente y que vieran la intersección de esto con la salud de las personas y con la actividad económica. No hay por qué elegir entre sostenibilidad y economía. La elección es entre sostenibilidad o sostenibilidad. Y el resto de las alternativas están condenadas a hacernos la vida peor a largo plazo. No hay otra alternativa que no sea reducir la contaminación, adaptarnos mejor al cambio climático y reducir las emisiones.

Es la tercera vez que visita Pontevedra. ¿Qué mejoraría de la ciudad?
(Se lo piensa). Más que mejorar cuestiones específicas, sobre las que tendría que tener un conocimiento más profundo, el siguiente desafío de la ciudad es entender cuál es su potencial para ser una ciudad a escala humana. Es evidente que es importante tener una ciudad con buena calidad del aire, con más niños jugando en la calle y más personas mayores pudiendo tener una vida autónoma. Pero el siguiente reto es el fomento de las industrias creativas, atraer a personas migrantes, tener más familias jóvenes mudándose aquí, tener más empresas que traigan sus sedes aquí... El siguiente reto es definir cuáles son los pasos para mejorar lo que ya es Pontevedra, que es una ciudad fantástica a nivel de espacio público.

¿Cómo afrontar la transformación urbana en un contexto político y social tan polarizado y aparentemente intransigente como el actual?
Nosotros somos un organismo de profesionales. Nos dedicamos a la dimensión de lo público y siempre hay una intersección con la políticas. Hoy (por este jueves) está aquí Fredrik Lindstal, que fue vicealcalde de Estocolmo y que ahora es presidente de Puertos allí. Si le digo su partido podría sorprenderse. Es del partido del centro. Se lo comento porque a menudo asociamos transformaciones urbanas a orientaciones ideológicas. Como entidad tenemos unos valores insustituibles: el derecho a la ciudad, la inclusión, el valor económico y social de las personas migrantes, los espacios públicos diversos, el respeto a las minorías de cualquier tipo y el respeto al medio ambiente.

Quiere decir entonces que la transformación urbana es una cuestión política, pero no de partidos...
Exacto. Es una cuestión política y no de partidos. Es evidente que la sostenibilidad y la ecología tienen ideología, pero no pertenecen a los partidos.

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